Estela Zatania
La presentación de su nuevo disco, un recital de cante, conferencias, el anuncio de su retirada…
Acontecimientos importantes y emociones fuertes para tan sólo tres días en la vida de un veterano cantaor cuya presencia dignificaba cada faceta del III Festival Mundial de Flamenco de Marbella en diciembre del 2003.
“La Virgen de la Peña, la chiquetita, la chiquetita,
la que tiene romero, en su capillita, en su capillita”
Así remataba Juan Peña el Lebrijano sus maratonianas bulerías en los festivales de los años setenta cuando era el rey absoluto de aquellos happenings, apadrinado de Antonio Mairena y joven maestro del cante más tradicional, porque su estirpe y su disposición le conducían de manera natural a ese destino.
¿Aquella época dorada de los festivales ha terminado para siempre, Juan?
No, no se han terminado los festivales, lo que pasa es que los festivales de ahora no son como los de antes. Antes tenían mucho sabor, eran otros artistas, y era una competición sana, fuerte, muy bonita…todos jóvenes y con muchas ganas. Ahora hay otros festivales pero no es como antes, pero vamos, yo acudo a todos que me llaman. No creo que deben de acabar, todo depende de como se haga…los festivales de antes de tantos artistas quizás no funcionen…
Lebrijano canta a La Perrata
¿Las peñas tienen relevancia?
Bueno, las peñas siempre han existido ¿no? Pero el problema de las peñas es que no tienen dinero, si no, harían más cosas. Luego no acuden los jóvenes porque en las peñas hay que cantar más puro, con más seriedad en los cantes.
¿Todavía se canta en tu casa, hay reuniones?
Sí claro, para las navidades nos hemos reunido los hermanos, mi madre [La Perrata] también, lo pasamos muy bien.
¿Crees que se canta mejor ahora que antes?
No…es distinto. En la época pasada había gente muy buena, ahora se canta de otra forma, se está transformando en otra cosa. El flamenco siempre será el flamenco, no sé, está funcionando de otra manera, pero los discos los estamos vendiendo haciendo una música un poco más ligerita. He sido muy clásico, pero también he hecho la fusión de los árabes y he cantado con búlgaros.
¿Te gusta eso más?
No, a mí me gusta más el flamenco tradicional. Lo que pasa es que el artista tiene sus inquietudes y tiene que ser de todo un poco. No creo que sea necesario alejarse del cante, pero aquel artista que lo haga, que le vienen estas cosas a la cabeza ¿porqué no las va a hacer?
“He sido muy clásico, pero también he hecho la fusión de los árabes y he cantado con búlgaros”
Háblame del disco nuevo…
El disco se llama “Yo me llamo Juan” y eso refleja lo que es mi casa y mi tradición de familia: “Yo me llamo Juan de la Santa Trinidad, hijo de Bernardo y de María, soy gitano rubio y en mis ojos llevo el azul del cielo de Lebrija”. Luego hay unos tangos comerciales, pero muy dentro de mi línea, hay un fandango de Huelva por tangos que no se ha hecho nunca, hay una obra musical que ha hecho mi sobrino David (Dorantes) para este disco, hay una bulería “sinfónica”, vamos, con guitarra y bajo, pero una maravilla, después está lo del Guadalquivir, una cosa de Machado, muy bonito. No he incluido cante flamenco porque estoy dejando todo eso para dentro de muy poco cuando voy a empezar una antología de tres discos, para salir dentro de tres años más o menos, y todo lo que he aprendido, lo voy a hacer allí…soleá, siguiriya, romance, bulería, tientos…
Dentro de unos minutos ofreces la clase magistral…¿cómo te fue ayer? ¿cómo es eso de enseñar cante en una hora?
[Se ríe] No hombre, no…yo lo que hago es reflejar los cantes de mi tierra, de Lebrija, quién los hizo, cómo los hizo, y está muy bien, ayer se llenó la sala de gente.
A estas alturas ¿qué piensas de como la generación joven critica a Antonio Mairena?
Eso por sí sólo subirá, la verdad siempre prevalece…Antonio Mairena no está muerto, está vivo y al maestro no se le puede olvidar.
CONFERENCIA
En la charla conferencia que Juan Peña el Lebrijano ofreció a continuación en una sala contigua, el cantaor estaba relajado y a gusto a pesar de su confesión de que era la primera vez que había dado una conferencia. De manera amena, con la soltura de una persona que conoce a fondo su tema, desglosó las figuras más representativas de su tierra: ”El conferenciante soy yo, así que hablaré de los cantaores de Lebrija” comentó con sonrisa pícara. Con el acompañamiento de guitarra de su sobrino Pedro Mª Peña, ofreció muestras de los cantes de cada uno: la debla de Diego Fernández, el anterior ‘Lebrijano’ que vivió su plenitud artística hacia el final del siglo diecinueve, la soleá del legendario Juaniqui y las alegrías del Pinini.
Habló de la entrañable figura del Choza cuyos cantes personalísimos siempre ha incluido en su largo repertorio por bulerías, y contó como de chico visitaba la anciana Antonia Pozo para escuchar los cantes que ella marcaba con un compás sencillo con sus manos quemadas de vender castañas asadas…detalles deliciosos que no se encuentran en los libros.
PRESENTACIÓN DE DISCO
Pero lejos de ser una pieza de museo, el Lebrijano acaba de grabar un disco fresco y actual de cante ligero aflamencado “porque hay que transportar el flamenco al mundo comercial”, con la guitarra de Paco Jarana.
Abrió la presentación diciendo que se llama Juan de la Santa Trinidad y el disco se titula “Yo me llamo Juan”. De uno en uno explicó la procedencia de los temas incluidos en la trigésimo cuarta grabación de su dilatada carrera y cantó algunas muestras a palo seco. ‘Qué bonita', con letra de Castro Márquez y música de Juan Peña y del cual existe un marchoso videoclip; Jardinera, basado en un canto popular infantil; el tema que da título al álbum; Niña qué va a ser de mí, de Carlos Franco; el fandango de Huelva por tangos Vengo de Paymogo, donde habla del contrabando entre España y Portugal; la Sinfonía, de Castro Márquez y una pieza compuesta por su sobrino, el joven pianista David Dorantes. Pidió palmas por bulerías para acompañar uno de los cantes y el público colaboró encantado.
Aprovechó la ocasión para comentar su intención de retirarse dentro de cuatro años, no sin antes sacar dos grabaciones más, una de ellas titulada “Cuando El Lebrijano canta se moja el agua”, como en su día afirmó Gabriel García Márquez, y la antología a la que hace referencia en su entrevista y que culminará cincuenta años de profesión: ”Creo que los 65 es una buena edad para dejar de competir con los más jóvenes”.