Entrevista: Pablo San Nicasio Ramos
Fotos: Rafael Manjavacas
«Rotundamente no, no se canta mejor que nunca»
El torrente de voz de José Valencia estuvo a punto de cortarse en seco hace no mucho. Un pólipo, de nuevo, le hizo jugársela a todo o nada. Lleva cantando desde los seis años y, como él dice, lo de la técnica vocal es algo que los flamencos en general no cultivan. El envite salió bien y hasta amplió tesitura y ganó en comodidad. Pero no se confía.
Sabe lo que sabe y lo que puede cantar. De momento “Sólo Flamenco”. Ese es su lema y la identidad de su debut en las tiendas y redes. Con treinta años largos de profesión.
Llevábamos oyendo mucho de ti, generalmente bueno. Sobre todo de la crítica. Aún así te has esperado, o quizá por eso. “Bien, vale. Satisfacción, es un halago. Y ofertas tenía, pero me pedían temitas comerciales. Insinuaban cosas que iban en contra de mis principios y me he esperado. Cuando me he visto con la capacidad de aguantar el peso de un disco propio, me he puesto con ello. Aunque ya me dijeran maravillas hace diez años.”
Te etiquetan de lebrijano, continuador de una forma autóctona de cantar “No lo sabía. De mi generación estoy yo solo allí, la verdad. Así que puede ser por eso. Como profesional, ahora que lo pienso, sólo estoy yo. Nací en Barcelona y estuve allí ocho años. No es mucho. O por lo menos no lo suficiente como para que te enteres bien de tu entorno. Pero sí que empecé a cantar en Barcelona, con mi tío “José de Lebrija”. La verdad es que cantar y además vivir del cante en Lebrija es complicado. O tienes un nivel bueno o las críticas de tu propia gente son durísimas. Te imponen un listón muy alto. Allí paran Lebrijano, Funi, Pedro Peña, Malena, Manuel de Paula… no te puedes andar con bromas.”
Lebrija es mucho Lebrija “Es cierto que a veces puede existir cierta sugestión en los localismos, y más cuando en todos estos años se han producido tantas mezclas. La mayoría de los gitanos de Santiago, por ejemplo, tienen su origen en Lebrija. Luego, muchas familias que han convivido juntas en gañanías de la campiña, en todas esas extensiones… siendo de sitios diferentes, pues han contribuido a esa fusión, valga el término. Y te puedes dar cuenta que la consanguinidad es mucha, pero la forma de ver las cosas es diferente. Por la razón de que Lebrija es un pueblo y, por ejemplo, Jerez es una ciudad. Eso hace que muchas cosas se conciban de diferente manera, también en el cante.”
Volviendo a tu primera respuesta, le he dado vueltas ¿qué peso es el que hay que estar preparado para soportar cuando uno saca un disco? “Sobre todo musical y psicológicamente. Hoy en día cualquiera, y digo bien, cualquiera puede hacer un disco. Hay aparatos que hasta te afinan la voz. A partir de ahí… Lo difícil es defender eso en directo. Y ser consecuente, saber por qué lo haces. Y si no tienes una trayectoria, unos conocimientos, un saber estar que va desde saber cantar hasta saber vestirse o andar… si eso no lo tienes olvídate de salir con garantías. Es algo que se consigue con los años, colaborando con muchos artistas, cantando atrás…”
“esta crisis va a poner a mucha gente en su sitio real. Va a ser una criba importante para ver quién puede y quién no”
¿Cuándo te decidiste? “Hace tres años. Me dije que ya era la hora, y si me tenía que equivocar, pues también era el momento. Como todo el mundo. Tenía el reconocimiento, las tablas, los medios… y nada, me puse. Ahora, después de haberlo grabado tres veces…”
¿Tres veces? “Sí, la primera no me gustó y la borré entera. En medio de la segunda grabación me salió un pólipo en la garganta y me tuve que operar, con lo cual vuelta a borrar. Y a la tercera ha sido la vencida.”
Mucho riesgo en la operación, imagino. O por lo menos algo de miedo “Fui al otorrino y me dijo que tenía que dejar de cantar, reposar y prepararme para ser intervenido. Con riesgo de dejar de cantar. Pero salió bien, cogí más registro de voz y más confianza. Volví a grabar, ya definitivamente. Y luego medio año buscando discográfica hasta que di con Cambayá Records, que me dio la oportunidad de estar en las que estamos”.
Nada para la galería, todo ortodoxia “Es para la galería de aficionados. No se podía esperar otra cosa. Sólo he plasmado lo que pienso y todo el mundo sabe que va por ahí. Es así.”
Con todos los estilos que tú dominas parece hasta poco hacer un debut con un formato de nueve cantes. ¿Qué criterios de selección sigue un profesional tan curtido como tú? “Siempre me ha gustado indagar e investigar. Soy curioso por naturaleza. Paralelamente a la búsqueda de cantes no muy trabajados o no muy versionados hoy, quería que saliese a la luz el aire de mi tierra. Por ejemplo, en el romance o en las cantiñas de Lebrija. También me gustaba que el disco tuviera un eco de Mairena y acabo con una toná haciéndole un guiño. También me acuerdo del “Cojo de Málaga”, que siempre fue un cantaor que me ha gustado mucho y en la taranta y malagueña aparecen cosas suyas. El disco tiene mucha historia. Un día, en una gasolinera, encontré una cinta con temas de “El Pena”. Del hijo. Allí, sin que nadie le echara cuentas. Y oí los tangos del balcón… se me encendió la bombilla. Esos tangos son realmente unos tientos rapiditos…con un aire total, increíbles. Y así ya nadie puede decir que no he grabado unos tangos comerciales en el disco (risas)”.
La guitarra también de tu cosecha “Como todo el disco. Lo tenía perfectamente claro. He tenido la suerte de estar al lado de Juan Requena, mi mano derecha, coproductor, guitarrista…que se ha encargado de gestionar este ámbito. La producción del disco se ha hecho desde la amistad, la profesionalidad y la exigencia. En el caso de los guitarristas todos son estupendos, pero no están tan al orden del día. Y merecían un hueco, que se han ganado a pulso. En ese sentido el disco tampoco es corriente.”
“hay gente que te da consejos, otras veces los detalles los ves tú. Y más te vale porque si no durarás poco…”
¿Porque lo que había no te gustaba o por cambiar y probar? “Porque hay más guitarristas en el panorama. Ellos, al igual que yo, tienen cosas estupendas que decir. Juan Requena, Salvi, Eugenio Iglesias, Parrilla…aunque a este último ahora se le empieza a valorar más…”
¿Y ahora vuelta a parar para pensar? “No, ahora a seguir grabando, ya que estoy en la espiral esta pues no pararé. Se trata de expresar ideas flamencas.”
Entonces es que te ves curtido a base de bien. Han sido muchos años “atrás”… “Te curte, sí. Lo que te decía, hasta en el vestir y el caminar. Es que hay que ser artista y parecerlo. El que viera por la calle a Manolo Caracol y no lo conociera seguro que se daba la vuelta y se preguntaría quién sería ese personaje. No es tan fácil sentarse en una silla en el escenario. Del mismo modo que no es lo mismo sentarse para cantarle a un bailaor, que para otro formato… hay gente que te da consejos, otras veces los detalles los ves tú. Y más te vale porque si no durarás poco… Los bailaores me han aportado mucho, para mi cante: Joaquín Grilo me ha enseñado cómo sacar de mí cosas alucinantes. Andrés Marín desarrolla sus espectáculos de una manera que le distingue. Eva Yerbabuena… También me ayuda mucho hacer cosas con compañías de teatro…al final te tienes que meter en todos los registros posibles para acabar desembocando en lo mismo.”
Has hablado de la distinción, de lo que quieres como cantaor. Que no quieres parecerte a… seguir esta corriente determinada… ¿Porque lo que ves no te gusta? “No me meteré en honduras. Pero sí digo que esta crisis va a poner a mucha gente en su sitio real. Va a ser una criba importante para ver quién puede y quién no. Ustedes lo verán y han de decirlo.”
Entonces no se canta mejor que nunca “No, rotundamente no. La mejor época es la dorada, la de los años diez, veinte, treinta… vamos…se levanta Pastora, Vallejo, Niño Gloria y nos vamos todos para albañiles… sin duda. Comparar siempre es complicado. Pero aquella época de creación y expansión…es que no hay rivalidad en conocimiento, cantidad, calidad, entrega. A todos los niveles, el flamenco explotó entonces. Antes eran mucho más modernos que nosotros ahora. Ahora imitamos, recreamos y muchas veces hasta eso se hace mal. En aquellos años el flamenco estaba casi por descubrir. Y a partir de Chacón y Manuel Torre se inició todo. Sobre su base, las generaciones posteriores edificaron cosas sólidas. Porque además la comunicación era mejor. Más directa, de convivencia, de cuarto. Crear es dificilísimo y evolucionar también, es cuestión de personalidad.”