Estela Zatania
Toda esta semana está teniendo lugar
en Holanda la Primera Bienal de Flamenco de los Países
Bajos, un acontecimiento singular e histórico
para el flamenco. Lejos de ser un empeño puramente
institucional, el hecho de que este festival primerizo
vaya a celebrarse, se debe a la ilusión y los
esfuerzos de un reducido grupo de personas cuya visión
y dedicación no han flaqueado a lo largo de los
meses y años de preparación. En otros
países europeos, más notablemente Francia,
siempre ha existido una comunidad cohesiva de aficionados
que han hecho posible la organización de festivales
de flamenco de calidad internacional, pero el desarrollo
del arte jondo en los países norteños
ha sido más discreto. Por este motivo, se pretende,
en las palabras que aparecen en la nota de prensa, “afincar
una tradición flamenca y difundir la riqueza
del patrimonio cultural andaluz desde el centro de Holanda
hasta los países vecinos”.
En esta entrevista Ernestina van de Noort, que junto
con Maarten Rovers es directora artística del
proyecto, y cuyo entusiasmo empapa cada frase, explica
el trasfondo de este festival que nace con clara vocación
de continuidad.
¿Cómo empezó
el proyecto de organizar un festival de este tipo en
Holanda? ¿De dónde y de quién surgió
la idea?
Cuando asistí a la Bienal de Flamenco
de Sevilla en 2002 como periodista, vi los nuevos desarrollos
en el flamenco y pensé, Holanda tiene mucha afición,
tiene una tradición de baile y música
contemporánea, ¿por qué la programación
de músicas del mundo no refleja la nouvelle moda
en el flamenco? y me pregunté por qué
Ámsterdam no tiene un festival de flamenco como
todas las grandes ciudades que se respetan? En el tema
de músicas del mundo, Holanda tiene un retraso
comparado con Francia, Alemania o Inglaterra, y quiero
rellenar este vacío con un festival de primerísma
calidad artística, con estrellas del mundo de
flamenco que hasta ahora no han pasado por Holanda.
Vi Galvánicas de Israel Galván y pensé,
si organizo un festival él tiene que estar obligatoriamente,
él y Diego Carrasco. Quise abrir con Arena, dónde
está Diego también, pero es demasiasdo
caro, el presupuesto no daba para tanto. Con esta edición
tengo que conquistar fondos en Holanda, públicos
o privados, para poder realizar un sueño más
grande.
En cuanto tuviera la idea de hacer el festival, empecé
a ventilarla con la productora de Rasa Utrecht que me
dijo “¡nosotros también vamos a hacer
un festival!”. Al día siguiente el programador
de Rasa, Maarten Rovers, me llamó para organizar
una colaboración, que resultó ser de maravilla,
o sea, la idea estaba en el aire esperando su realización,
como todos las buenas ideas. Maarten y yo nos conocimos
de otro festival que organicé, Q-ba Música
2004.
“Holanda es por tradición
un país que siempre ha asumido las influencias
extranjeras”.
¿Tiene Holanda una
tradición de afición al flamenco, como
Francia por ejemplo?
Sí, hay mucha afición. Yo soy de la primera
generación de aficionados, empecé en 1986.
Cuando llegué a Ámsterdam había
una sola academia donde iba todo el mundo, ahora hay
una red enorme de academias, bares de tapas, etc. La
cultura española ha echado raíces aquí
en los Países Bajos.
¿Hay dinero público
para el festival, o es un empeño privado?
En Holanda hay fondos públicos culturales para
diversos objectivos específicos, y tienes que
hacer la solicitud para poder hacer un festival a tan
gran escala, es una verdadera lucha con la burocracia,
para convencerles, sobretodo porque aquí no se
suelen pagar los cachés que en España
se pagan. Alrededor del flamenco hay todavía
esta imagen folclórica, y queremos mostrar el
flamenco como una forma de arte libre y contemporánea,
es nuestra misión.
Además recibimos una suma importante de la Agencia
Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, Bibiana Aído,
sin el cual no hubiéramos podido hacer esta primera
edición de este modo tan ambicioso. Un patrocinador
es Osborne, que no aporta dinero, pero contribuye en
material con jerez y vino.
¿Hay asesores artísticos,
o tiene la organización ideas claras en cuanto
a qué tipo de actuaciones quieren presentar?
Tenía desde el principio las ideas muy claras
– las suficientes para hacer 3 festivales. Y Maarten
Rovers también, sobretodo porque queremos mostrar
el flamenco en su forma libre y abierto, con fusiones.
La gama de posibilidades es grande – qawwali
flamenco, fusión con la música marroquí,
egipcia e incluso música contemporánea
(pero siempre volvemos al cante y la guitarra, la tradición).
Con Patrick Bellito del Festival de Nîmes intercambio
ideas.
“Quiero rellenar el
vacío con un festival de primerísma calidad
artística, con estrellas del mundo de flamenco
que hasta ahora no han pasado por Holanda”.
¿Intervienen artistas
holandeses?
Sí, el festival quiere ser una plataforma para
el talento holandés. Hemos iniciado dos producciones
holandesas con dos bailaores: Kika (Harriët IJssel
de Schepper, que con su grupo Luna en Alta Mar desarrolla
el espectáculo “Dansant”, y Masha
Meijman que interviene con su grupo en el programa Utrera
del Norte (Utrecht) Utrera del Sur (Tomás de
Perrate) (hay más información en nuestra
web en ingles).
¿Hace muchos años
que te interesas por el flamenco? ¿Es afición
pasiva, o también bailas?
Desde 1985. Vi “Carmen' de Carlos Saura en Ginebra
donde estaba estudiando francés e inglés.
Iba zapateando en la acera de las calles de Ginebra.
Aquel verano fui a Sevilla. Estaba 'en casa' a las seis
de la mañana, el sol saliendo amarillo alrededor
de la Giralda, y pedí mi primer café en
la calle Mateos Gago a las seis de la mañana
en frente de la única academia de idiomas que
había (¡que la llevaba un familiar de Garcia
Lorca!). Quise buscar una escuela de baile, pero me
respondieron con risas, fue difícil encontrar
donde estudiar. Al final encontré la academia
del padre de Andrés Marín, en la calle
Letamendi, dónde vi bellezas sevillanas luchando
con soleares y seguiriyas al ritmo del bastón
del padre de Andrés Marín, que fue el
primer profesor de baile que hizo escuela aquí
en Holanda (casualidades de la vida)
La palabra ”Bienal”
está muy ligada al festival de Sevilla que acaba
de celebrarse. Cuando Málaga quería emplearla,
había protestas y al final el festival de Málaga
se llama de otra manera. ¿Con qué intención
se eligió este nombre?
Sencillamente porque queremos hacer una bienal seria
y grande como en Sevilla. Queremos ser La Bienal de
Norte, la cita obligada del flamenco en el norte.
Es imposible hacer un festival anual, logística
y económicamente (me acortaría la vida
del estrés de buscar fondos). Queremos destacarnos
así dentro de la abundancia de festivales que
hay en Holanda
“Alrededor del flamenco
hay todavía esta imagen folclórica, y
queremos mostrar el flamenco como una forma de arte
libre y contemporánea”.
Has asistido a la Bienal
de Sevilla, ¿qué has aprendido de sus
posibles defectos o aciertos?
He asistido a tres ediciones. En las anteriores, para
mi gusto, el enfoque ha sido demasiado tradicional,
y sin líneas artísticas suficientemente
claros.
En la edición del 2002 el director Herrero dijo
que la Bienal quería ser un escaparate de la
oferta flamenca. En mi opinión, eso no es una
elección artística. Pienso que la línea
artística es más moderna ahora con la
nueva dirección, pero me gustaría ver
a Andrés Marín o Israel Galván
en la Maestranza, pienso que la vanguardia debe tener
presencia en los escenarios grandes. En esta edición
la innovación/modernidad y tradición ya
han ido mas a la par, es la línea artística
que queremos seguir también. Me suscribo al concepto
de la Bienal de Sevilla con las actividades paralelas
(un concepto artísticamente redondo), con charlas,
conferencias, un ciclo de cine etc., y aplaudo la buena
organización.
¿Cuál ha sido
la reacción de tus paisanos a esta iniciativa?
¿Están entusiasmados, o ha habido voces
disconformes?
Hay mucho entusiasmo entre los aficionados, la prensa
y la mayoría de los programadores, pero hay algunos
que piensan que esta bienal constituye una amenaza,
lo que no pretendemos ser para nada. Lo que queremos
es enriquecer la oferta cada dos anos. La prensa reaccionó
con mucha alegría que por fin hubiera una iniciativa
fresca para mostrar el flamenco moderno en unas salas
nuevas y modernas como Muziekgebouw aan 't ij y Sala
de Jazz, y los dos directores Jan Wolff y Huub van Riel,
están encantadísimos.
Hubo una primera generación que sentó
las bases de la oferta flamenca, e hicieron un trabajo
muy bueno – crearon afición. Pero hay más
flamenco hoy en día, y eso es lo que queremos
traer a Holanda. Es hora de que corran vientos más
frescos.
¿Qué tipo de
flamenco gusta en los Países Bajos? ¿Más
vanguardista, clásico, fusionado, tradicional…?
Hay gustos de todos tipos. La aventura de esta Bienal
es el objetivo de conquistar a un nuevo público
de danza contemporáneo para ver un flamenco moderno,
un público abierto a la fusión, por eso
programé recitales en estas dos salas. Muziekgebouw
aan 't ij viene del Ijsbreker (significa “rompehielos”),
la sala pequeña de música contemporánea.
Ahora en esta sala grande quieren ampliar su programación
y la Bienal de Flamenco cabe exactamente en sus planes,
lo mismo para el Bimhuis, un centro de jazz e improvisación
donde les gusta abrir sus puertas al flamenco. Nuestro
programación es también para unir el publico
tradicional con lo clásico, fusión, jazz
etc….romper las categorías tradicionales
del público
¿Tiene tu país
algo que aportar al flamenco?
Un espíritu libre y abierto, una fuerte tradición
de baile y música contemporánea. Holanda
es por tradición un país que siempre ha
asumido las influencias extranjeras.
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