Entrevista con Manuel Morao
Manuel Moreno Jiménez 'Manuel Morao' (Jerez de la Frontera, 1929) es el actual patriarca de la saga de tocaores que parte de su padre El Morao y encuentra continuidad en su sobrino Moraíto, el hijo de éste Diego de Morao y el recientemente desaparecido hermano de Manuel, Juan Morao. Ha tocado para los cantaores emblemáticos de su tierra, más notablemente Terremoto y la Paquera, además de Manolo Caracol y la Perla de Cádiz entre muchos otros. Manuel es el más destacado discípulo del legendario tocaor Javier Molina, principal artífice del «sonido Jerez» tan fielmente mantenido por los Moraos.
«'Nuevo flamenco' quiere decir que no tiene nada que ver con el flamenco»
Un domingo caluroso a mediodía Manuel Moreno Jiménez, 'Morao' me espera en una de las mesas exteriores de su paradero habitual, una cafetería en la calle Larga en pleno centro de Jerez. Está tomando una infusión de manzanilla y tiene todo el porte de un patriarca. Vestido de blanco impecable que contrasta con el intenso color canela de su piel, su abundante pelo gris plateado está cuidadosamente peinado. Lleva una vara con punta metálica con el que golpea la acera para puntualizar sus declaraciones, cual telegrafista enviando un mensaje urgente…
Manuel Morao con Estela Zatania
Manuel, ¿qué te parece el flamenco de hoy comparado con el flamenco de hace cuarenta años?
El flamenco de hoy no tiene nada que ver con el flamenco. Si nosotros hablamos del flamenco de hace cuarenta años, entonces lo de hoy ya no es flamenco…es otra cosa. Lo que pasa es que el flamenco es el 'marketing' y por eso lo siguen usando, porque es más parecido el flamenco de hoy a una música sudamericana o a una música de fusión de cualquier país que al flamenco. Que el flamenco que yo entiendo por flamenco es el que yo he vivido y el que yo tengo dentro, y es donde yo me he criado.
«Hace sesenta años no decían 'flamenco'…decían 'el cante de los gitanos'. Pero no quería nadie saber de esto…»
¿Te refieres a lo que llaman la 'fusión' ahora, o al flamenco en general?
Los cantaores, los tocaores, los bailaores…todo…todo…es que allí entra todo. Con el marketing, le interesa a todo el mundo para vender, entonces todos caen en la misma trampa de hacer algo de fusión o algo con influencia de otra música, porque esto ha llegado a un estado que el flamenco que se vende hoy ya, repito, parece más otra música que el flamenco. Eso de «nuevo flamenco», eso lo han puesto ahora, porque todos estos grupos de ahora de flamenco pop, de flamenco salsa, flamenco no sé qué, todos estos tipos de flamenco ahora han convergido porque ya está diciendo todo el mundo que hay que ponerle un nuevo nombre a esta música, pero ellos no tienen la seguridad de poder seguir vendiendo si no se llama 'flamenco', entonces han puesto «nuevo flamenco», pero «nuevo flamenco» quiere decir que no tiene nada que ver con el flamenco.
El flamenco, quieran o no, se produce por el cante de los gitanos de Andalucía la baja, de Sevilla a Cádiz. Se liga con el cante andaluz y el folclore andaluz y de allí nace el flamenco. La música de los gitanos no es un folclore, es una música étnica. Entonces allí está el nacimiento del flamenco. Porque antes, hace sesenta años no le decían 'flamenco' al cante de los gitanos…decían «el cante de los gitanos». Pero no quería nadie saber del cante de los gitanos. Después empezaban a decir «el cante grande», que es cuando empezaron a comercializarlo, y después ya «flamenco».
«Todos estos flamencólogos que hay ahora, parece que hablando de Silverio se acaba el mundo».
Manuel con Juan Morao en 1960
En el siglo pasado cuando los cantaores antiguos aprendieron de otras influencias, ¿no sería también una 'fusión', aunque llamándolo de otro modo?
En el siglo pasado lo primero es que nadie quería saber nada de los gitanos, ni de su cante ni de su baile. Era una etapa hermética, una etapa que estaba allí cerrada y que nadie sabía nada porque no les interesaba ni a los intelectuales, ni a los políticos, ni al pueblo en general. Luego el primer gachó que empezó a interesarse por el cante de los gitanos fue Silverio, y ahora resulta que Silverio fue el que inventó el cante de los gitanos, según Blas Vega y según mucha gente. Todos estos flamencólogos que hay ahora, parece que hablando de Silverio se acaba el mundo. ¿Sabes como yo les llamo a los flamencólogos? 'Los miembros del club de la olla'…con la cuchara en la olla…donde hay una olla, allí están los flamencólogos. [Se ríe a gusto]. Entonces, desde que salió de esta época del interior de las familias de los gitanos, empezó el cante a adulterarse y empezaron a decir que lo estaban prostituyendo…¡y era verdad! Y cuando eso empezó, entonces había una adulteración mínima…pero ahora está en el polo opuesto.
«Entonces aquello de que en Jerez 'canta
cualquiera y que baila cualquiera', ¡era real!»
¿Cómo era Jerez en tu juventud?
Jerez era, a nivel flamenco, y a nivel de los gitanos cantaores, la capital del mundo entonces. Lo que pasa es que el mundo era mucho más pequeño que ahora. Jerez era la capital del mundo porque es donde nace esta música étnica de los gitanos de Andalucía. Los gitanos vienen de fuera, de la India o de donde sea, y aquí congregan y hacen su producto con todas las influencias musicales que tienen como vivencias en Andalucía.
¿Con qué edad empezaste a tocar?
Yo empecé a tocar con siete años para ocho.
¿Quién había entonces de tocaores?
Pues había muchísimos…había guitarristas con una personalidad enorme, que de hecho es lo que se ha perdido…la personalidad. Hoy se toca muy bien, pero se toca muy técnicamente, muy uniformado…ninguno tiene un sello propio y todo el mundo toca igual.
¿Y cómo era ese ambiente? ¿Había fiestas?
La fiesta estaba a la orden del día en aquella época. El barrio donde vivían los gitanos – todavía estábamos concentrados en una zona de la ciudad – en cada casa de los gitanos había una fiesta todos los días. Entonces claro, la escuela estaba en la calle y en la familia.
¿Había fiestas pagadas, el sistema de los señoritos como patrones del flamenco?
Ya eso de las fiestas de los señoritos fue más tarde, que había un sector de artistas que vivíamos de eso e íbamos a trabajar donde nos llamaban, bien una fiesta particular de un señorito, a las ventas, a los cabarets…
Cuando empezaste ¿qué cantaores había que vivían del cante?
Hombre, había una gran nómina de cantaores extraordinarios, por ejemplo todavía vivía El Gloria, La Niña de los Peines, Tomás Pavón…. Y en Jerez había un sector de gente que se dedicaba a vivir del arte, pero también había un sector muy importante que eran los gitanos aficionados que eran tan buenos, o quizás mejores, que los grandes profesionales. Entonces aquello de que en Jerez 'canta cualquiera y que baila cualquiera', ¡era real! Pero hoy no.
¿Cuándo empezó a tener la bulería la importancia que tiene hoy en día?
La importancia que empieza en la bulería es como todas las cosas que empiezan a popularizarse.
«A mí hoy, no es que no me gusta nadie…es que se han uniformado los niveles».
¿Pero cuando eras joven se cantaba tanto por bulería?
Claro…aquí, entre los de mi edad, siempre se ha bailado y se ha cantado por bulería porque ya fue un ritmo que se creó aquí y que nació aquí, pero de influencias de otros cantes y otros ritmos. Todo eso viene del cante por soleá por ejemplo, que deriva en un cante de bulería por soleá, y entonces nace la bulería más para bailar, que es más ligera.
¿Qué cantaor sería para ti tu cantaor, en todo lo que tú has escuchado?
Es que ha habido mucha gente…Terremoto ha sido de los últimos…ese hombre, todo lo que cantaba era un puro sentimiento, una pura transmisión. Igual que él había otros, pero antes había muchos más, hoy ya no hay nadie…
¿Nadie?
A mí hoy, no es que no me gusta nadie…es que se han uniformado los niveles. Hoy, como han bajado los niveles, cualquiera canta. Por eso no me gusta, porque si a mí, alguno de los que hay me lo presentan como un aficionado, entonces me gusta. Pero si me lo presentan como figura, entonces ya no me gusta, porque para ser una figura hay que tener unas cualidades que no las tiene…ninguno.
¿Cómo ves el futuro del flamenco?
Hasta hace poco tiempo lo veía con optimismo. Yo tenía la esperanza de que llegara uno y resurgiera…pero claro, aquí lo que faltan son artistas, porque los artistas cuando nacen, son los que hacen el arte y la evolución del arte, sin perder la raíz y sin perder el sentido de este arte. Aquí la mala suerte que tenemos es que hace mucho tiempo que no nacen artistas, ni voces importantes, porque para hacer una figura de cante, lo primero que hay que tener es una gran base de voz…con calidad, con cualidades y sonido, y eso no hay. Todas las voces las compone la megafonía…les quita el micrófono a todos los cantaores y no saben ni empezar.
«Todos bebíamos de la misma fuente, porque antes las familias se nutrían de nosotros mismos…era la savia de la raíz que volvía y evolucionaba»
¿Pero no seguirá habiendo las familias?
Lo malo de esto es que antes nosotros aquí estábamos donde todavía se conserva algo, y de ese algo queda muy poquito. Resulta que había un núcleo, y todos bebíamos de la misma fuente, porque antes aquí las familias se nutrían de nosotros mismos, entonces era la savia de la raiz que volvía y se movía y por eso el cante evolucionaba constantemente. Por eso el cante por soléa de Juaniquín, el cante por soleá de Tío José de Paula, el cante por soleá de Frijones, si tú analizas estos cantes, todos tienen una comunicación…todo es lo mismo pero con las modificaciones y la personalidad. Pero ya no…hoy el mismo flamenco que se oye en Barcelona se oye aquí…el mismo flamenco que se oye en Madrid se oye en Sevilla, y el mismo que se oye en Pamplona, se oye en Alcalá. No hay diferencias.
¿El compás de Jerez es diferente al compás de otros pueblos?
Sí. El compás de Jerez siempre ha sido diferente a otros pueblos. Pero ahora eso se está uniformando también, por la deformación de los ritmos y de la música. Anoche mismo estuve yo escuchando a una muchacha en la televisión, que no digo el nombre, que decían que estaba cantando por tangos…¡y era una rumba!…así va esto ahora…
«Los jóvenes se entienden…el que no entiendo
soy yo, que parece que están hablando chino…»
¿Cómo se acompaña hoy?…con toda la técnica avanzada, ¿acompañan bien?
Bueno, el acompañamiento es muy difícil, aunque parece ser muy fácil, es muy difícil. Lo que pasa es que, el que sabe cantar, está a la misma altura que el que toca, entonces se entienden. Pero si se pone uno que sabe cantar muy bien, y se pone un guitarrista de hoy, entonces no hay conversación porque no hablan el mismo idioma. Pero ellos [los jóvenes] se entienden…el que no entiendo soy yo [se ríe], que parece que están hablando chino…
Háblame de tu grupo…
Yo inicié 'Gitanos de Jerez' en el año ochenta y siete. En ese año creo mi propia empresa, mi propio espectáculo. El primer espectáculo fue 'El flamenco…esa forma de vivir' y se encendía la gente porque era una cosa totalmente depurada y totalmente auténtica. Por eso quizás no tuviera todo el éxito que había de tener, que hoy para tener éxito hay que vender la envoltura, pero no el contenido.
Un niño gitano se detiene no muy lejos de nuestra mesa para realizar unos cantes y pedir calderilla. Manuel Morao gesticula hacia la grabadora indicando que la entrevista ha concluido, se relaja visiblemente y llama al camarero para pedir otra infusión de manzanilla…
Estela Zatania