“He intentado que esta sinfonía
suene, ante todo, flamenca”
por Manuel Moraga
Artista inquieto que disfruta de todas
las músicas que entran por sus oídos
y salen por sus manos, Juan Carmona salta de las
orillas norteafricanas de su último disco
al corazón de la cultura musical europea
que llamamos clásica, eso sí, bajo
el prisma de las formas en las que basa su expresión
natural: las formas del flamenco. La Bulgarian
Symphony Orchestra dirigida por Dominique Debart,
Diego Carrasco, La Macanita, Esperanza Fernández,
Guadiana, Pepe Luis Carmona, Joaquín Grilo
y Diego Amador, entre otros, dan cuerpo a “Sinfonía
Flamenca”, la nueva propuesta discográfica
de un guitarrista y compositor gitano-francés
cansado de que le miren el pasaporte porque su
salvoconducto es la música como idioma
universal.
¿Cómo
define Juan Carmona a Juan Carmona? Bueno, yo soy un flamenco… Soy de
familia gitana y en los casamientos, en la navidad,
en todo lo que es fiesta, siempre ha habido flamenco
en casa. Desde los nueve años estoy en
el mundillo del flamenco. Pero también
soy un flamenco que me ha gustado hacer proyectos
que van más allá del flamenco y
siempre me ha interesado traer todas las experiencias
que he tenido al terreno del flamenco. Para mí
eso es muy importante. Por eso he intentado que
esta sinfonía suene, ante todo, flamenca.
Foto: Web Juan Carmona
¿Cuándo,
cómo y por qué empiezas a trabajar
en un trabajo como este?
Estuve viviendo en Jerez de la Frontera durante
nueve años y todos sabemos que esa es una
ciudad donde hay sobre todo muchos cantaores y
la guitarra solista no está tan presente
como en Madrid o en Córdoba. Así
que durante nueve años me dediqué
a acompañar al cante y al baile, que es
muy importante, pero al mismo tiempo ya estaba
pensando en una obra: siempre he pensado que para
un guitarrista solista era muy importante componer
una obra donde poder escuchar todo el espectro
sonoro. Una orquesta tiene la posibilidad de tener
cincuenta músicos entre viento, cuerda,
etc. Entonces he pensado que eso podía
aportar algo al flamenco e incluso a mi música.
A partir de ahí empecé a componer
la sinfonía, pero claro, para una persona
que viene del mundo flamenco es muy, muy complicado
porque en el flamenco no suele haber conocimientos
de solfeo. Así que tenía la idea
en la cabeza pero he tenido que buscar gente que
me ponga todo eso escrito en una partitura. Y
eso duró mucho tiempo hasta que salió
a la luz. Después ya fue meterme en el
estudio y hasta ahora.
“Estamos
mezclando dos filosofías diferentes que
tienen un sentir totalmente distinto”
Juan Carmona – foto: Rafael Manjavacas
¿Veías
peligro en este trabajo? ¿Pensaste que
este proyecto se te podía salir de madre
o llegar a algún terreno no planificado
en un principio?
Claro. Era muy peligroso porque estamos mezclando
dos filosofías diferentes: la del flamenco,
que es la tradición oral y es una música
que viene de la tierra, y el mundo del clásico,
que es más intelectual y se escribe. Así
que tienen los dos un sentir totalmente distinto.
Pero lo que yo quería demostrar es que,
al final, la música es música. Lo
que importa es de qué forma se va a tocar.
Para mí eso es muy, muy importante. La
verdad es que cuando puse la bulería en
Jerez, acompañado con Diego Carrasco y
toda esa gente de allí, se quedaron alucinados
porque no esperaban una cosa así. La primera
cosa que tuve que cuidar mucho fue el compás,
que para el flamenco es el elemento más
importante porque es lo que permite que cualquier
palmero o cualquier percusionista o cualquier
bailaor o bailaora puedan entrar. Si no hay compás
no pueden entrar. Esa es la primera cosa que había
que cuidar y creo que lo he conseguido porque
he llegado a Jerez, que es la ciudad donde más
ritmo hay por bulerías y se han quedado
muy sorprendidos.
“He cogido
los dibujos de los bailaores de Jerez y les he
puesto melodía y armonía”
El trabajo con todos
los instrumentos de la sinfónica ¿ayuda
a definir el mensaje de tu guitarra o lo que hace
es crear un mensaje diferente y complementario?
Si tú analizas lo que he hecho verás
que, por ejemplo, por parte de los violines he
cogido los dibujos de los bailaores de Jerez y
les he puesto melodía y armonía.
Entonces creo que algunas veces (no siempre, porque
habría que coger la obra y ver detalle
por detalle y explicártelo) ayuda mucho,
y hay veces que son introducciones donde yo quería
dar más un color de sinfonía. Por
ejemplo, en la introducción del primer
movimiento se trata más de una introducción
de sinfonía, no tiene que ver nada con
el mundo del flamenco, pero yo quería eso:
pasar de un mundo a otro
Entonces tenías
la música pensada y ha habido gente que
te ha ayudado a escribirla… Pero cuando
la escuchaste, cuando le diste forma sonora ¿viste
reflejada realmente la idea que tenías
o variaba y tuviste que hacer cambios?
Sí, la verdad es que sí, porque
meterse en trabajos como estos es muy complicado.
Alguien con conocimientos de solfeo lo ve todo
claro: ellos pueden escribir música como
tú puedes escribir un libro. Ellos lo tienen
muy claro, pero nosotros no, porque el flamenco
es más una música de cosas que te
salen así, de repente, menos pensado. Digamos
que había tres procesos. El primero, componer.
Después, hacer los arreglos para la orquesta
y, al final, la entrada de los flamencos. Y era
ahí donde se notaba si había cosas
raras o no, una vez visto el conjunto. Pero mientras
yo componía para la orquesta yo no me daba
cuenta hasta que se grabó. Entonces vi
que había algunas cosas que iban y otras
que no.
“Lo más
importante era el ritmo de esta obra”
Das mucha presencia
a los acompañamientos de percusión
y a las voces y jaleos que también hacen
ritmo…
Exactamente (interrumpe) …Y muchos jaleos
están en primer plano… ¿por
qué?
Porque la primera idea, como te he dicho, era
el ritmo y tú sabes que un buen jaleo resulta
cuando está metido a tiempo y entonces
eso ayuda al ritmo. Para mí, lo más
importante era el ritmo de esta obra. La primera
pregunta que me hacen siempre es cómo has
logrado que una orquesta pueda tocar a compás,
si es lo más difícil del mundo.
Y la clave está en que la primera cosa
que he tratado no ha sido ver la belleza de los
violines, por ejemplo, sino que todo sonara a
ritmo. Entonces, todo lo que era jaleos y percusiones
tenían un papel muy importante
Haces dos dedicatorias
a músicos flamencos: Isidro Muñoz
y Paco de Lucía
Isidro Muñoz sigue siendo para mí
una persona muy, muy importante. En el 96 grabé
un disco que se llamó Borboréo,
que en caló quiere decir Jerez de la Frontera
y era un homenaje a esta ciudad. Entonces fue
cuando conocí a Isidro Muñoz e hizo
un trabajo muy bonito conmigo en el sentido de
que es una persona que se entregó mucho
y que me enseñó muchas cosas a partir
de las cuales empecé a respirar. Es quien
me abrió al mundo flamenco y le quería
hacer un homenaje dedicándole este tema.
Y de Paco de Lucía qué decir que
no se haya dicho ya… Es quien más
me inspira y quien más me anima a seguir
cogiendo la guitarra.
La tercera dedicatoria
es a tu hijo y se titula Django ¿Se llama
así o es por acordarte también de
Django Reinhardt?
Ahí hay una confusión, pero me gusta.
En verdad el tema está dedicado a mi niño,
pero al mismo tiempo le tengo mucho respeto a
Django Reinhardt. Incluso toco con gente como
Bireli Lagrene o Raphael Fays que son dos monstruos
de ese tipo de música y que me encantan.
Entonces hay gente que dicen que hay en el disco
un homenaje a Django y lo dejo estar porque tengo
mucho respeto a ese hombre, pero en verdad ese
tema lo he hecho para mi niños.
“Todavía
no he tenido oportunidad de mostrar mi trabajo
aquí”
Juan Carmona – foto: Rafael Manjavacas
¿En qué
países suele trabajar Juan Carmona?
Hay mucha gente que cree que yo sólo trabajo
en Francia. pero no es así. Por ejemplo,
acabo de llegar de hacer una gira en Estados Unidos,
también he estado en Bulgaria, en Rumania,
en Túnez, en Marruecos y en otros muchos
países. Trabajo donde me llaman, no sólo
en Francia
Lo pregunto porque tienes
una vida profesional amplia, con una discografía
extensa y sin embargo no es fácil verte
en España.
Sí, eso es muy curioso y me gusta que me
hagas esta pregunta porque. Eso me lo dice mucha
gente. Si coges mi disco anterior, “Orillas”
–que es un homenaje al mundo árabe
y al flamenco- se quedó como nominado a
los Premios Grammy, junto con José Mercé,
El Cigala, Serranito y que, al final, se lo llevó
Pepe de Lucía. Además, tengo un
premio de Madrid llamado “Certámen
Paco de Lucía”, tengo también
un Premio de Jerez, tengo premios que tiene poca
gente… Y dime cuándo un extranjero
se ha quedado nominado a los Grammy en la modalidad
de flamenco. Entonces es muy curioso que todavía
no haya tenido oportunidad de mostrar mi trabajo
aquí. Y si me preguntas el porqué,
pues no lo sé. Hay veces que pienso que
es racismo. Otras veces pienso: por qué
me van a llamar a mí si aquí hay
cuatro mil que tocan la guitarra muy bien, y es
la verdad que hay gente que toca muy bien…
Pero no, no tengo muy clara esa respuesta.
Supongo que hablas de
racismo en el sentido de que no eres español
Bueno, quizá la palabra racismo sea un
poco fuerte, pero todos sabemos que el mundo flamenco
es muy cerrado y –te digo más- creo
que es también un mundo muy cateto. Es
muy raro que puedas tener conversación
con gente del flamenco. También es cierto
que he estado en Jerez y le he tocado a todo el
mundo: a Agujetas, a Terremoto, a la gente de
la Paquera… Entonces no tengo muy claro
el porqué.
Quizá te refieres
al prejuicio de “no es español, no
puede tocar bien flamenco”, que puede estar
funcionando en la mente de los programadores
Sí, pero entonces esa gente no hace bien
su trabajo, porque si lo hiciera bien tendrían
que ver que he estado nominado a los Grammy, y
además, la música está ahí
grabada, y he hecho discos con Duquende, con Montse,
con Potito, con Carles Benavent, con Jorge Pardo,
Moraíto, Manolito Soler, he tocado con
Chano Domínguez… Y también
he tocado con la Ópera de Marsella, con
el Bolshoi de Moscú… En fin, que
llevo ya muchos años, que no soy nuevo,
y me extraña mucho esta situación
¿Cómo
recomiendas la escucha de este disco?
La gente que entiende el flamenco va a comprender
mi mensaje, espero. No se trata de un capricho,
no me he propuesto tener una orquesta detrás
de mí porque queda muy bonito. No. Lo que
he querido ha sido llevar el mundo del clásico
al terreno del flamenco. De esta forma escuchará
cosas a las que no está acostumbrado, como
es tocar una orquesta por bulerías. La
primera impresión puede ser extraña
a nivel sonido, pero al mismo tiempo, un disco
no puede escucharse sólo una vez y, sobre
todo, un trabajo así. Cuanto más
se escuche más se va a comprender que para
mí lo más importante es el flamenco.
Ahora, para quien no tenga conocimientos de flamenco
puede ser que resulta más problemático
porque si escucha la sinfonía flamenca
con criterio de música clásica,
no va a ser fácil ya que yo no soy músico
clásico, no tengo conocimiento de clásico.
A mí me ha gustado escuchar a Mozart, Pat
Metheny o Django Reinhardt y toda esa influencia
la he cogido para hacer mi propia música,
pero no soy un músico clásico, sino
que mi historia es el flamenco. Así que
quien se acerque a esta obra desde un criterio
clásico no sé de qué forma
la va a entender, la verdad. Lo que sí
recomiendo es una escucha sin mucho análisis
intelectual. Hay que escuchar y ver si te llena
o no, sin entrar demasiado en el delirio intelectual.
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