JERONIMO
MAYA “Yo cojo la guitarra
y expreso un lenguaje, no veo el instrumento como tal”
Jerónimo empieza a hablar sin que se
le pregunte: de sus recuerdos, de sus anécdotas
y así nos va destapando como es Jerónimo
y “Jerónimo”. El Jerónimo
guitarrista que ha bebido el flamenco desde que nació,
pero que siempre ha deseado ampliar sus conocimientos
con la guitarra. Y a la par nos va desvelando al otro
Jerónimo, su primer disco en solitario que por
fin se ha editado para disfrutar de la primera grabación
de este joven guitarrista, al que se reconocieron sus
dotes desde muy pequeño, pero que ha trazado
sin prisas y con conocimiento su camino. Para su presentación
discográfica un disco fundamentalmente flamenco
que contiene bulerías, rondeñas, tangos,
soleá, seguiriya, granaina y zapateado.
Rescata el arte de artistas que ya no se encuentran
con nosotros como el Indio Gitano o José Antonio
Galicia, que han puesto su granito de arena en este
disco al igual que las voces del Ciervo o su tío
el Yunque.Rinde homenaje a maestros de la guitarra como
Sabicas, Montoya y Paco de Lucia, o del cante como el
Planeta, sin dejar de lado a maestros de la música
clásica como Mozart y da un toquecito de su amplitud
de registros con una balada y un tributo con su tema
Rey Chango a Django Reinhard, coqueteando con el jazz
junto a su hermano Leo.
“En mi familia se
ha vivido de siempre el flamenco. Nosotros somos flamencos
porque sí, porque hemos nacido, lo llevamos en
la genética”.
Jerónimo recuerda sus tiempos de aprendizaje
cuando iba a la cueva del bar Candela con su padre a
tocar y a ver a los artistas flamencos, pero si iba
era con todas las consecuencias. “Yo he tenido
el privilegio de estar ahí y de vivir eso, aunque
luego me quedara dormido en la escuela (ríe)
porque mi padre eso sí, siempre me ha dejado
claro: “¡Oye! si te quieres venir, luego
me tienes que rendir en lo que me tienes que rendir,
en la escuela me tienes que ir bien””.
En el colegio hasta quinto fue un buen estudiante “después
cuando me empezaron a gustar las chavalas empezó
a empeorar la cosa” , pero también
se percataron en la escuela de que lo de Jerónimo
era la música y le pagaron una beca en el conservatorio. “Sor María que la quiero mucho, se
fue conmigo al Real Conservatorio de la Música
y me pagó una beca por dos años. Después
yo seguí estudiando con un profesor particular
que se llama Nacho que es un guitarrista clásico
y que fue mi maestro de guitarra clásica”.
A los siete años se enamoró de la música
clásica. “En el disco dedico un tema
a uno de mis sueños preferidos y del que estaré
enamorado siempre, Wolfan Amadeus Mozart”.
Curiosamente cuando era niño por su precocidad
a veces le ponían el apelativo de “Mozart
del flamenco”.
Jerónimo nació en el seno de una familia
flamenca, donde tenía como referente de la guitarra
a su padre, el guitarrista Felipe Maya y donde ha vivido
el flamenco desde chiquitito. Para ser guitarrista flamenco
no le hubiera hecho falta más, pero para él
su aprendizaje en el conservatorio también ha
sido muy importante.“Creo que el saber no
ocupa lugar. Uno no debe creer nunca que es uno solo,
uno siempre necesita ayuda por todos los sitios, necesita
referencias, necesita comunicarse, expandir su conocimiento.
Pienso que si es posible y queremos, estaría
muy bien que todos fuéramos al conservatorio
porque es una ayuda grande, para muchas cosas que te
encuentras en el camino”. Jerónimo
en ese camino hace referencia a su faceta creadora.
Todos los temas del disco son compuestos por él. “Yo digo que la creación es el sentimiento
transformado, tu miras algo, sientes algo y eso lo transformas
y uno como está transformando algo que está
sintiendo, se encuentra con obstáculos y necesita
ayuda y uno echa mano de las ayudas de las que ha aprendido”.
“Es
que yo no he sido un niño prodigio. Mi padre
siempre me lo dejaba claro”.
Para saciar sus deseos de saber más de música
clásica, Jerónimo se las tuvo que apañar.
En su casa ni faltaba, ni sobraba y su padre se fue
de gira seis meses. “¿Cómo iba
a decir yo en mi casa, a mi madre que me diera para
unos fascículos de música clásica?
¿Qué música clásica, ni
que Mozart? Cómete unas lentejas niño.
Yo lo que hacia (ríe) cuando veía que
uno de esos fascículos asomaba en el quiosco
como medio suelto, iba por detrás y lo mangaba
y salía corriendo y lo enterraba al lado de unas
obras que hacían al lado de casa de mi abuela”.
En cambio a la hora de ver y aprender flamenco fue todo
un privilegiado. “Mis apellidos llevan haciendo
flamenco que se conozca, un siglo y medio, 150 años”
y empieza a dar detalles. “Yo soy pariente
directo de Don Ramón Montoya que para mí
es como el Bach de la guitarra flamenca, es la referencia
que debemos tener todos los que tocamos la guitarra.
Por parte de mi abuela venimos de Granada y de Córdoba,
pariente mío es Manolete, gran bailaor y hay
una mezcla ahí. En mi familia se ha vivido de
siempre el flamenco. Nosotros somos flamencos porque
sí, porque hemos nacido, lo llevamos en la genética”.
Y además. “Yo nací escuchando
a la Niña de los Peines, Tomas Pavón,
Juanito Mojama, Manuel Torres, Sabicas, el Niño
Ricardo. Mi padre siempre me había alimentado
a mí de eso”.
¿Y además de tu faceta de concertista,
no has dejado nunca de acompañar para el cante? “Esta es otra faceta mía que también
te tengo que contar que es muy interesante, en el Corral
de la Morería. El Corral de la Morería
ha sido como mi escuela. Pasaba por el Corral de la
Morería y el Candela y he tenido la gran suerte
de que cantaores que a lo mejor no son muy conocidos,
fueron los que me enseñaron”. ¿Quienes? “Manuel el Flecha, Sebastián Román,
Pedro Montoya, pasaba mucha gente. Yo subía al
Corral y Don Manuel ( dueño del Corral de la
Morería) me tiene como su familia. Yo le decía,
Don Manuel voy a subir un tiempo, para aprender, porque
a uno le toca aprender y yo me veía un niño
de 14 años en medio de personas con cuarenta
y tantos y con mi padre al lado, que para mi uno de
los mejores guitarristas para acompañar al baile
nombrado y querido por todos los maestros, el Güito,
Manolete, Blanca del Rey y yo ahí con ellos ¡imagínate
todo eso para mí!. Pienso que uno para andar,
tiene que andar a gatas y a uno primero lo tienen que
cargar y el cante es el pilar de todo. Yo acompaño
al cante, porque a mi me gusta más el cante que
la guitarra, yo soy un cantaor frustrado, entonces yo
desde chiquitito escuchaba a esa gente. Yo he acompañado
para cante, para baile ha sido una escuela más
en casa, pero profesionalmente yo he acompañado
para cante y luego he actuado como concertista. He acompañado
a mi tío Ricardo el Yunque que lo he tenido muy
cerca, desde muy chiquitito, que es uno de los cantaores
más reconocidos”.
“Este disco es la
digestión de todas las vivencias, es como la
digestión”
En
«Algo pa´mi» la granaína del
disco canta el Yunque. “Porque una de mis
cunas es mi tío Ricardo que yo le digo que es
una enciclopedia, le digo: “ a ver tío
háblame, enciclopedia flamenca, háblame”.
Y me dice: “ es que hijo, había un cante
por alegrías que es del siglo…” mi tío
tiene discos hasta de pizarra. Yo me he criado con todo
eso, he tenido una información enorme”.
También el tema “Antepasados” es
un homenaje a sus ancestros. “Antepasados
es un homenaje a como vivía nuestra gente en
otros tiempos. Afiné la guitarra en otros tonos
y suena hindú porque dicen que el gitano viene
del norte de la India”. Al Planeta uno de
los cantaores más antiguos, le dedica la seguiriya
del disco y a los grandes maestros de la guitarra Montoya,
Sabicas y Paco de Lucia, la soleá. “Son
los que me han marcado y los que más me marcarán”.
Aunque hay otro maestro, del que más ha aprendido
Jerónimo en todas las facetas de su vida. “Mi
maestro de la vida y de la guitarra, mi amigo incondicional
y después de Dios que es la fuerza en la que
creo, es mi padre. Para mí ha sido una persona
que me ha marcado y me marcará siempre, porque
se quito de él para dármelo a mí”.
Jerónimo como empezó tan pequeño
a destacar en la guitarra y se codeó desde muy
niño con las grandes figuras como Paco de Lucia
en el homenaje a Sabicas en el Carnegie Hall de Nueva
York, fue denominado en numerosas ocasiones como un
niño prodigio. “Es que yo no he sido
un niño prodigio. Mi padre siempre me lo dejaba
claro. Me acuerdo que un día yo estaba tocando
y había un interprete de música clásica
muy antiguo, que estudiaba todos los músicos
clásicos de una época y cuando me escucho
tocar me dijo que yo creaba como un músico de
yo no sé cuantos siglos y yo era un niño
pequeño, yo simplemente me quedaba mirando y
mi padre no sé lo que hizo que enseguida nos
fuimos y yo como niño le preguntaba y mi padre
le quitaba importancia ¿ a ver que ha dicho?
Este es un hombre que ha estudiado los músicos
clásicos y ya está, ni quites, ni pongas,
tú lo que tienes es que estudiar, porque hoy
cuando has tocado has hecho mal esto y esto y tienes
que mejorar en esto y yo no lo entendía y yo
terminaba yéndome a mi casa diciendo, soy una
mierda, pero las cosas que me decía llevaba razón.
Mi padre es uno de los grandes conocedores de la guitarra
flamenca actual y me decía tienes que mejorar
en esto y tenía razón como ahora que me
quedan muchas cosas por mejorar. Antes no lo entendía,
ahora lo entiendo”.
“Desde la primera
bulería que se llama “La Calí”
se ve que es un disco esencialmente de guitarra”
Lo que es evidente es que el viajar desde tan pequeño
le ha llevado a juntarse con muchos músicos y
no solo de flamenco, lo que le ha dado la oportunidad
de intercambiar ideas. “ A mí me encanta
todo tipo de músicas, yo escucho hasta a grupos
suecos”. Y esos conocimientos los incorpora
siempre a su guitarra. “En mis conciertos
hay dos partes muy claras. Hay una que salgo tocando
solo con la guitarra, que es flamenca y después
hay otra parte que es música, porque tocamos
jazz o como lo entendemos nosotros, con todos mis respetos”.
Y ello queda reflejado en este disco. El tema Rey Chango
está dedicado al músico de jazz Django
Reihard. “Django Reinhard me lo presentó
un primo mío que se llama Juan Maya, que me dijo
escucha esto, que tenía yo como 9 o 10 años
y fue un flujo de conexiones que yo tenía y yo
siempre digo que este disco es la digestión de
todas las vivencias, es como la digestión”.
Jerónimo es así como define su disco.
Al tema “Rey Chango” lo define como un jazz
antiguo, un jazz francés, que toca con su hermano
Leo. “Leo y yo somos almas gemelas, a parte
de que nos hemos criado juntos y en la música,
somos uña y carne, llegamos a estar espiritualmente
tan conectados que a veces da miedo”
Como él dice ha nacido flamenco y sin dejar
de serlo ha ido digiriendo todo lo musicalmente aprendido. “Pienso que la música es tan universal
y tan grande que es capaz de dar el sitio y lugar a
un nombre y un apellido, no a una raza, ni a un sitio
donde se nazca, la música es tan universal que
le da el sitio al corazón”. Y en su
disco no quería otra vía de expresar todo
eso que su guitarra. “Yo tenía un sueño
que era sacar un disco de guitarra, lo que es guitarra,
me propuse grabármelo yo, pagármelo yo”.
Y se ha hecho esperar porque entre sus compromisos,
ha ido forjándolo en 2 años y medio. Fue
cuando el periodista Javier Primo le ofreció
un proyecto discográfico “que queremos
sacar después de este, nada más te puedo
decir eso” con el sello discográfico
alma 100, recién creado y Jerónimo propuso
primero sacar este disco. “Me llama Javi y
me dice: “Jero tremenda responsabilidad, pero
venga para adelante” y hablamos de hacer un sello
discográfico para hacer discos, aunque la distribuidora
sea otra. Me dijeron: “Jero tu té quedas
un poco como al mando de lo artístico”
y cuando me lo dijeron pensé: yo toda mi vida
he sido emprendedor”.
Así Jerónimo al ver que faltaban algunas
mezclas prefirió grabar casi toda la guitarra
de nuevo. “Suena vivo, porque está
tocado todo como de golpe”. Pero permanecieron
los colaboradores. “Desde la primera bulería
que se llama “La Calí” se ve que
es un disco esencialmente de guitarra, no he querido
meter muchas cosas, está la percusión
de Luky Losada, palmas que tocan mi primo Joselillo
Romero y un primo mío que se llama Antonio Maya
y hay tablas indias que las toca Galicia, si, que yo
le llamé y vino, es uno de los privilegios que
yo he tenido, tanto por José Antonio Galicia
como por el Indio Gitano, que son personas que han pasado
a otra fase y que como digo yo,¡ hasta luego!”.
¿Y que has querido mantener? “Claro,
es que no se trata de incluir partes de cante en medio
de los temas, sino que eran presentaciones de los cantaores
y después suena la guitarra”. Solo
guitarra se escucha en la rondeña. “Esa
la saqué cuando nació mi hijo”
y en la balada “Enamorao del amor” . “Se
la he sacado a un primo mío que es bailaor, Kelián,
él siempre coge la guitarra que la toca muy bien
y hace cosas muy bonitas. Un día le escuché
una cosa y a mí me gustó mucho y se me
quedó y empecé a sacar eso y de hecho
el tema se lo dedico a él”.
“Pienso que
la música es tan universal y tan grande que es
capaz de dar el sitio y lugar a un nombre y un apellido,
no a una raza, ni a un sitio donde se nazca, la música
es tan universal que le da el sitio al corazón”.
El producto final es “un disco para quien
lo quiera escuchar”.Y aunque lo disfrutaran
los aficionados al flamenco, también es para
los que no lo son. “Mi intención es
que sea asequible a todo el mundo, porque uno con el
tiempo aprende a ver por la música. Yo me veo
ahora como un lenguaje, no como un guitarrista. Yo cojo
la guitarra y expreso un lenguaje, no veo el instrumento
como tal, sino como que estoy contando una cosa, que
es el resultado de este disco, que lo volví a
grabar, casi todo otra vez. Pensando ni en el público,
ni en mí, pensando en un deseo que quería
manifestar y espero que guste”. Y la técnica
¿ayuda a contar esa historia?. “El
otro día veía la película del “Ultimo
Samurai” y hubo una cosa que me hizo reír
un montón. Yo empezaba ja, ja, ja, ¡ponlo
otra vez!, así estuve media hora, riéndome
de eso. Había como una pelea y al protagonista
le estaban dando lo que no estaba en los escritos y
había un niño pequeñito por ahí,
que era samurai, que se había adiestrado y le
dice: “tu mucho pensar, en golpe, en espada, movimientos”
se le queda mirando y le dice “no pensar”,
y se va y eso me hacia reír. Me estaba reivindicando
lo que yo he hecho al crear, yo no pienso ni en nada,
ni en nadie, ni en hacerlo para la gente, ni para mí,
ni hacerlo mas o menos técnico. Yo simplemente
quiero contar una historia y la técnica es un
vehículo para expresar unos sentimientos y punto,
aunque te digo una cosa, siempre me quedo falto”.
Y vuelve a citar a Mozart. “Había una
anécdota que contaba Mozart que está muy
clara, que un día estaba llorando en un parque
y le dijo su padre “ ¿por qué lloras?”
y le dijo él: “cuando comparo lo que escucho
con lo que tengo en la mente me derrumbo” y fíjate
quien era y eso es lo que nos pasa un poco a todos,
que estamos muy por debajo de lo que uno quiere, pero
eso pienso que está bien, porque te hacer tener
la iniciativa de querer aprender”.
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