Fuensanta Fresneda Galera, “La
Moneta”, nacida en Granada en 1984, ganó
el codiciado Desplante Minero, primer premio al
baile del Festival de La Unión, con sólo
diecinueve años. Desde los trece había
bailado en la cueva de La Rocío de Sacromonte
además de incontables actuaciones en su
tierra natal y el extranjero, en solitario y con
compañías como la de Javier Latorre.
Es una de las estrellas más brillantes
del panorama del baile flamenco actual, y esa
brillantez está a punto de alumbrar algunos
escenarios importantes de Estados Unidos en el
Festival Flamenco USA. Recién llegada de
Japón, nos cuenta sus ideas acerca del
baile, y sus proyectos cara al futuro.
“Hay
que tener afición y mirar hacia atrás
para entender lo que hacemos hoy”
¿En qué
medida te ha ayudado el premio de La Unión?
Profesionalmente un premio siempre abre puertas
y da popularidad al artista. Personalmente me
ha estimulado mucho a seguir estudiando, ya que
por tener un premio no sé más, y
a querer conocer más este arte que me enamora
y que es el flamenco.
¿Irás
al concurso de Córdoba del 2007, o a cualquier
otro concurso importante?
Por el momento mis objetivos no son los de probar
suerte en otro concurso; actualmente tengo muchas
inquietudes y me encantaría poder plasmarlas,
por eso quiero dedicar el nuevo año a trabajar
en dos proyectos que tengo en mente y a los que
ya estoy echándole mano. No descarto que
en años posteriores participe en el concurso
de Córdoba, que es uno de los de mas prestigio,
ni en cualquier otro, pero prefiero esperar a
tener mas sabiduría
para hacerlo.
¿Qué
representa el baile para ti?
Aunque suene típico, voy a decirte que
el baile es mi vida. Es algo que me llena tanto,
que me da tantas satisfacciones como disgustos,
que está presente en mi vida porque yo
lo elegí, nunca me lo inculcaron, que no
representa sólo mi trabajo sino mi felicidad
y mi modo de vida.
Eres una bailaora de
mucha personalidad y que despierta el interés
de la gente donde vayas. ¿Qué vivencias,
si es que alguna, tienes de tu niñez que
alimentan esa personalidad?
No creo que se deba a ninguna vivencia en particular,
creo que nací con esta forma mía
de ver el arte; supongo que los genes tienen algo
que ver, ya que me parezco mucho en la forma de
ser a mi madre y a mi abuela, de la que me viene
el nombre de Moneta.
¿A alguien de
tu familia le gusta el flamenco? ¿Alguno
canta, baila o toca la guitarra?
Ninguno canta, baila o toca, pero mi padre siempre
ha tenido algo de flamenco, aunque no ha sido
un aficionado en toda la plenitud de la palabra.
Mi madre y mis hermanos empezaron a aficionarse
cuando yo empecé a bailar. Ya ves que,
como digo antes, nunca me lo han inculcado, en
todo caso se lo he inculcado yo a ellos. Ah, y
también tengo un primo al que le gusta
mucho y además es muy aficionado.
¿En tu casa
de pequeña se escuchaba cante?
Gracias a mi padre en mi casa se escuchaba de
vez en cuando, entre otras músicas, a Caracol
y a Camarón, los cuales le gustaban mucho.
¿A quién
viste bailar flamenco por primera vez?
El recuerdo mas claro que tengo y que yo conservo
como si fuera el primero, es una imagen de Carmen
Amaya en el video en el que baila sobre el pandero
vestida con traje de pantalón. Sería
a la edad de 6 o 7 años y recuerdo que
me impactó de tal manera que a partir de
ese momento decidí ser bailaora.
¿Con qué
edad empezaste a bailar?
Yo bailo desde que tengo uso de razón,
pero mi debut, si es que se le puede llamar así,
fue a los ocho años.
¿A qué
bailaores pasados y actuales admiras o sigues?
Yo siempre digo que mis modelos son Carmen Amaya,
Manuela Carrasco y Eva La Yerbabuena, a las que
considero a cada una de ellas las máximas
exponentes de sus respectivas generaciones. Creo
que con estas tres hay todo un abanico de colores,
para nada despreciables. Pero mi intención
no es la de encerrarme en esos tres estilos, hay
muchos artistas que me inspiran y de los que aprendo,
como La Argentinita, Matilde Coral, Gades, Manolete,
Mario Maya, Farruco, Rafaela Carrasco, Belén
Maya, Antonio Canales, Manuel Liñán,
Roció Molina… El flamenco es muy rico
en estilos y hay tantos artistas que le aportan.
Pienso que en la variedad esta el gusto.
Hasta ahora has triunfado
bailando en solitario y con un estilo tradicional
y muy personal. ¿Ambicionas tener un ballet
flamenco o montar obras teatrales como hoy en
día hacen muchos bailaores, o te sientes
realizada con lo que haces?
¿Como voy a sentirme realizada si apenas
he empezado a «hablar»? Tengo mucho
que contar al público y a los aficionados,
pero no me olvido de que soy muy joven y tengo
mucho que vivir y que aprender. Creo que llevo
una trayectoria en proporción con mis 22
años, no sería muy lógico
que con 50 años mi trayectoria siguiera
siendo la misma, por lo que sería absurdo
por mi parte pensar que ya lo tengo todo hecho.
Quiero ir paso a paso, y el siguiente paso creo
que es montar mi propio espectáculo, el
cual me gustaría que fuera sencillo y de
una envergadura que no se salga de mis posibilidades.
Aún tengo tiempo por delante para ir enriqueciendo
mi lenguaje e ir cumpliendo cada uno de mis sueños,
como montar obras teatrales.
¿Qué
tipo de escenario te hace sentir más a
gusto: tablao/cueva, teatro, fiestas íntimas?
Gracias a Dios he conocido los tres ambientes
y te puedo asegurar que no sé con cual
quedarme. El tablao da tablas y mantiene el ingenio,
ya que se está todos los días en
contacto con el baile; el teatro es un espacio
más amplio en el que el artista puede desarrollar
mejor los movimientos que ha aprendido antes en
el tablao; y la fiesta es un ambiente en el que
uno está a gusto entre amigos y donde la
inspiración juega un papel importantísimo,
la cual a veces falla en el teatro. Mi visión
de esto es que los tres ambientes son necesarios
en la carrera de un artista.
Muchos aficionados
tienen un concepto negativo de los tablaos de
las cuevas de Sacromonte. ¿Estás
de acuerdo con esa apreciación, o defenderías
las cuevas como buen lugar para formarse y ver
el flamenco clásico o tradicional?
Por supuesto que defiendo a los tablaos de mi
tierra, porque en algunos es cierto que se puede
apreciar el flamenco clásico y tradicional,
al igual que en otros se puede ver el flamenco
de «pachangueo» y mal gusto, lo cual
pasa en otras ciudades como Sevilla, Madrid, Barcelona,
etc…, no sólo en Granada.
“El tablao da
tablas y mantiene el ingenio”
¿Qué
puntos positivos o negativos destacarías?
Destaco dos buenos y uno malo: el salvajismo y
la autenticidad que se respira en mi tierra, y
el malo es que es un ambiente muy cerrado y puede
parar la evolución del artista.
¿La experiencia
de las cuevas ha sido una buena formación?
Por supuesto. Allí he vivido muchas experiencias
y he tenido la suerte de ver bailar a alguna que
otra vieja de estas que están cargadas
de sabiduría.
¿Has dado clases
formales, o siempre aprendido de instinto y de
mirar a los demás?
He dado y doy muchas clases formales. Es cierto
que en las cuevas se aprende de instinto y de
mirar a los demás, pero yo sabía
que el flamenco no era sólo eso y me esfuerzo
por llenarme del aire de otras tierras.
Parece que Granada
figura poco en el panorama del flamenco, ¿piensas
que el flamenco granadino está subvalorado?
Para nada. Lo que pienso es que Granada es una
tierra un poco hermética. Pero ha dado
muy buenos artistas como Manolete, Mario Maya,
Enrique Morente y su hija Estrella, Marina Heredia,
La Yerbabuena, Manolo Liñán….
También pienso que tiene un futuro optimista,
ya que hay artistas muy jóvenes que vienen
dando fuerte como Patricia Guerrero o David Carmona.
Pienso que es mejor que dé pocos artistas
pero buenos, no muchos y malos.
Eres tradicional pero
original…¿piensas que todavía
hay lugar para el baile tradicional, o es necesario
buscar la innovación?
Pienso que nunca ha dejado de existir ese lugar
tan importante que ocupa el baile tradicional,
lo que no quiere decir que se tenga que negar
lo innegable, y es que el baile es un arte libre
y está expuesto a cambios, lo que hace
que nunca muera y siga creciendo. No soy de la
opinión de que el baile tiene que ser tradicional
o vanguardista, pienso que sólo entendiendo
ambos estilos el artista puede encontrar el equilibrio
de su baile.
¿Te parece bien
la dirección actual del baile?
Si, creo que hay mucho talento y mucha libertad
de expresión. Que hay mucha gente joven
con muchas ganas de aprender y de estudiar, concienciados
de que hay que tener afición y mirar hacia
atrás para entender lo que hacemos hoy.
¿Qué
opinas de las inicitivas más vanguardistas?
Pienso que están bien, que son necesarias
para la evolución del flamenco, que nacen
de aquellos que se preocupan por mirar atrás
a las raíces del flamenco.
¿Te sientes
más a gusto con el baile tradicional, o
también disfrutas con el baile contemporáneo?
También disfruto con la danza contemporánea
y el ballet clásico, son danzas que tienen
mucho que aportarme. De hecho estudio ballet;
pero cuando salgo a bailar no hago lo que he aprendido,
hago lo que siento o, mejor dicho, adapto lo que
he aprendido a lo que siento.
Parece que no entienden
tu baile tanto en Sevilla como en otros lugares,
¿notas una diferencia en el público
de un lugar a otro?
La noto en el público de España
en relación con el del extranjero, no en
el cariño sino en el respeto; y es curioso
pero yo no he notado que no se me entienda en
Sevilla. Esa es una tierra a la que le debo mucho
porque me ha dado muy buenas oportunidades y me
las sigue dando. Es normal que no le guste a todo
el mundo por igual, como gustos hay colores y,
como ya he dicho antes, en la variedad está
el gusto.
De tu actuación
en la Bienal de Sevilla escribí, “Si
sólo fuera un poco menos granadina y más
sevillana”, una referencia a lo que nos
había parecido a algunos cierto exceso
de energía que luego fue templada en el
Festival de La Mistela.
Sinceramente no entiendo esa opinión, ya
que no puedo, ni voy a negar de quien soy ni lo
que siento. No creo que se deba juzgar a un artista
geográficamente, ya que considero una falta
de respeto que se pretenda que alguien se olvide
de dónde viene y quién es.
¿Tienes afición
al cante?
Claro que tengo afición al cante, no se
puede bailar si no sabes qué estás
bailando. Aunque creo que debería estudiar
más.
Si tuvieras que cambiar
de profesión, ¿qué te llama
más la atención?: A) bailarina de
danza clásica o moderna, o B) cantaora
de flamenco
La A.
¿Qué consejo
darías a una joven que quiere bailar flamenco
y no procede de una familia con tradición
flamenca?
¿Desde cuándo para bailar flamenco
hay que venir de familia flamenca?
Facilita mucho el aprendizaje
del compás y los elementos estilísticos.
Simplemente le diría que cumpla su sueño
y que si bailar es lo que le gusta, que baile,
que estudie, que sea constante y que haga sólo
lo que siente y lo que le haga feliz.
Acabas de venir de Japón,
¿qué tal te ha ido por allí?
Muy bien, Japón es un lugar que me cautiva.
Se trata muy bien a los artistas, hay mucha afición
al flamenco (la mayoría de ellos saben
muy bien lo que están viendo en una actuación),
tienen muchas ganas de aprender y un tesón
increíble y por eso se merecen un gran
respeto por parte del artista. Las clases han
estado llenas a tope y te puedo asegurar que una
viene de allí llena de cariño.
Dentro de poco irás
a Estados Unidos por primera vez, ¿te ilusiona,
te asusta, te inspira?
Tengo mucha ilusión por ello, además
también por la clase de artistas con los
que voy a tener el gustazo de compartir escenario,
con Joaquín Grilo e Isabel Bayón,
incluído el pedazo de cuadro que va atrás.
Es una pena que sea poquito tiempo, pero estoy
muy contenta.
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