Entrevista con Ángel Álvarez Caballero, critico de flamenco de El País, escritor y divulgador

 

Entrevista
con

Ángel Álvarez
Caballero
Crítico de flamenco,
escritor y divulgador

 

“A mí nadie
me ha intentado inclinar la voluntad o torcerla o comprarla”

19-junio-2005
– Teatro Albéniz – Programación «Gracias
Ángel»

Manifiesto homenaje

por Manuel Moraga

Periodista, investigador, crítico y
divulgador. Con más de una decena de libros publicados
y veinticinco años escribiendo en el diario El
País, la firma de Ángel Álvarez
Caballero es probablemente la más seguida de
las últimas décadas, tanto por aficionados
como por los propios artistas. Ahora sus amigos y compañeros
le tributan un homenaje en el que intervienen María
Pagés, Gerardo Núñez y Miguel Poveda.
Un reconocimiento a muchos años de honestidad
con un lema que lo dice todo: “Gracias Ángel”

“Gracias Ángel”…
¿cómo surge?

Pues mira yo no lo sé bien. Me lo encontré
ya todo en marcha y no me explicaron bien cómo
había sido la génesis de esto. Sé
que ahí están José María
Velázquez, Alfredo Grimaldos y Cultyart y poco
más.

¿Cómo te enteraste?
Me lo dijeron cuando ya la cosa estaba un poco avanzada,
de tal forma que ya prácticamente no podían
seguir sin que yo me enterase. José María
Velázquez y Alfredo Grimaldos me lo comentaron
un día que comimos juntos. Y ya tenían
casi la programación hecha y la fecha y el teatro
y todo.

¿Qué pensaste?
Bueno al principio casi no me lo creía porque
me parecía que no había motivo, pero me
convencieron de que era cierto ¡y qué iba
a pensar! Pues que era muy bonito.


En La Unión con Yoko Komatsubara

¿Cómo empieza
tu relación con el flamenco?

Es de siempre, lo que pasa es que hasta que empecé
a hacer crítica de manera formal en El País
estaba condicionado porque no tenía dinero para
ir a los festivales o acontecimientos flamencos. Entonces
mi primera etapa con el flamenco es a base de discos:
oía mucha discografía y acudía
a espectáculos teatrales cuando los había.
Luego, cuando empecé a hacer crítica en
El País allá por 1980 ó 1981, pues
ya surgió todo lo demás: mis temporadas
de verano de los festivales y estar presente en casi
todo lo que se hace de flamenco.

“Yo mismo he sido
amenazado, pero eso pasa en todas las facetas del arte”

Tienes dos vertientes, la
de divulgador y la de crítico ¿cómo
enfocas cada una de ellas?

Las dos están ligadas. Hacia el año 1970,
había asumido lo del flamenco de una forma tan
seria que comencé a investigar y a hacerme un
banco de datos con el propósito de escribir un
libro, que fue aquél “La historia del cante
flamenco” editado por Alianza, pero el de la edición
de bolsillo. Comencé a preparar material, pero
con calma porque esta fue una tarea de unos doce o quince
años. Iba cogiendo todo lo que salía,
leyéndolo, anotándolo, fichándolo,
etc. Y cuando ya el libro estaba próximo a salir
se me ocurrió ofrecer la crítica a El
País y efectivamente entró la cosa. Entonces,
la crítica está reflejada en el periódico.
Es lo que es. Casi siempre luchando con la falta de
espacio, con lo que he tenido que desarrollar una gran
destreza para sintetizar, para poner en poco espacio
lo que quiero decir. Trato de dar lo más sobresaliente,
porque en esos espacios no se puede hacer una crítica
extensa, detallada y minuciosa, así que lo que
hago es destacar las dos o tres cosas que me parecen
más relevantes de cada recital y trato de reflejarlas.
Y lo de divulgador, pues después de aquel primer
libro surgieron otros muchos. Tengo publicados como
diez o doce libros y todos llevan la misma forma de
manejar los datos, de coger esto o aquello y contrastarlo.
Cojo bastante de los que hay publicado, pero tratando
de dar las dos vertientes, la buena y la mala, que no
es frecuente encontrar las dos sobre un mismo asunto.
Y así fue como han ido surgiendo todos los demás
libros.

“Cuando se amplían
los campos de acción, todo el arte se abarata
y llegamos a donde estamos llegando que es un arte más
fácil”

Tus libros son principalmente
de divulgación, es decir, que no van dirigidos
a un público especializado, sino que están
orientados a gente que, como yo cuando me leí
tu primer libro, no tenía muchos conocimientos
de lo que era el flamenco. Son trabajos fáciles
de leer para el profano, pero al mismo tiempo son muy
rigurosos, y esa creo que es la mayor dificultad que
tienen.

Sí, creo que ese ha sido mi mayor acierto, que
hago libros sólidos, pero quizá mi vertiente
de periodista me haya ayudado a darles una amenidad,
una importante asequibilidad para todos los públicos.
Son libros que sirven lo mismo para quien no tiene prácticamente
conocimientos del arte, como para especialistas, porque
siempre en ellos se abordan cosas nuevas o se analizan
otras ya sabidas, pero enfocadas desde otros puntos
de vista. En fin, creo que eso es importante. Es uno
de los valores de estos libros.

En general ¿cuál
crees que debe ser el papel de la crítica en
el flamenco?

Hay que tener en cuenta una cosa, que uno no escribe
para los artistas o para los especialistas, sino para
una gran masa de público, al menos en mi caso.
Entonces la clave de todo está en escribir de
forma constructiva: no dar palos porque sí, sino
que en caso de darlos hay que razonarlos, justificarlos
y sacar de ellos algún valor constructivo. La
crítica, por lo menos en lo que a mí concierne,
la oriento así. Mi masa de lectores es una gran
masa amorfa de público y lo que escribo tiene
que interesar a una gran masa amorfa de público.

“Lo que es
intolerable es estos artistas que van a gusto en un
carro que no es de buena ley flamenca”

Aunque
intentes ser constructivo ¿Qué no pasarías
por alto, es decir, qué no te podrías
callar nunca en una crítica?

Lo que creo que es intolerable, porque hace daño
al flamenco, es estos artistas que van a gusto en un
carro que no es de buena ley flamenca: estos artistas
que lo cogen todo por donde a ellos les viene bien sin
ver la autenticidad de lo que cantan. Esto para mí
es fundamental.

Siendo el mundo del flamenco
tan pequeño ¿es comprometido hacer crítica?

Pues si, lo es. Yo mismo he sido amenazado, pero eso
pasa en todas las facetas del arte. El artista que está
expuesto al rigor o al juicio de una crítica,
si no tiene un alto sentido de lo que está haciendo
y de lo que es su responsabilidad al ser un hombre o
una mujer públicos (que es una dependencia que
tienen que asumir) pues pasan estas cosas. Pero tampoco
hay que rasgarse las vestiduras.

“He tenido que
desarrollar una gran destreza para sintetizar, para
poner en poco espacio lo que quiero decir”

¿Los flamencos llevan
quizá peor las críticas negativas que
otro tipo de artistas?

No lo sé. No sé lo que pasa en otros campos,
pero supongo que en todos los sitios es igual. Lo que
ocurre es que en el flamenco, como en realidad seguimos
siendo una minoría pues quizá se nota
más cuando hay una voz discordante cuando te
llama y te dice “oye, cuidado conmigo”.

¿En los años
que llevas en esta profesión alguien te ha intentado
comprar o, al menos, te ha sugerido el que tu opinión
le fuera favorable?

No. Conmigo no ha pasado. A mí nadie me ha intentado
inclinar la voluntad o torcerla o comprarla. Nunca.
Eso también tengo que decirlo.

“Si queda un
cantaor que con un guitarrista canten solos en un escenario
por siguiriyas va a ser casi a modo de reliquia”

¿Cómo te han
tratado tus compañeros?

Bueno, hay de todo. En general, bien, pero siempre hay
uno o dos que escriben o se refieren a mí con
reservas. Pero tampoco es significativo.

¿Qué llevas
peor la ignorancia o la envidia?

Hombre, peor se lleva la envidia porque la ignorancia,
al fin y al cabo, es una cosa que no se puede paliar,
al menos de momento. Pero tampoco sé qué
hay envidiable de mí, porque lo que he hecho
lo he hecho con mi trabajo personal. Yo debo ser uno
de los que menos dinero ha ganado con el flamenco, porque
los libros ya sabemos lo que son: dan prestigio pero
este tipo de libro no da dinero, o lo dan relativamente.
Y la crítica, pues igual: está mal pagada,
los periódicos pagan poco y no supone nada del
otro mundo. Quizá las conferencias, pero son
pocas y tampoco están pagadas de forma muy allá.
O sea que no sé dónde pueden estar los
motivos de envidia.

Hay quien ve como amenaza
que el flamenco se convierta en una música de
inmensas minorías ¿Cuál es tu opinión?

Yo opino que el flamenco, si va por donde va, pueda
ser de una gran minoría y pierda autenticidad,
que ya la está perdiendo. Cuando se amplían
los campos de acción, todo el arte se abarata
y llegamos a donde estamos llegando que es un arte más
fácil, más de estribillo, más de
que mucha gente pueda hacerlo sin que, por ejemplo,
sepan cantar por derecho un simple fandango.

“Uno no escribe
para los artistas o para los especialistas, sino para
una gran masa de público”

¿Cómo valoras
el momento actual de la información y de la crítica
sobre el flamenco?

Pues lo que te he dicho. Creo que se está ampliando
mucho el conocimiento de este flamenco no tan genuino
y la crítica, en cierto modo, aplaude eso porque
si la crítica no secunda lo que hay en el flamenco
en cada momento, pues el alcance de ese flamenco estaría
mucho más reducido.

¿Qué opinas
del peso que tiene el flamenco en medios como Internet?

Ahí no te puedo contestar porque no uso internet.
A mí personalmente no me interesa. Me ha cogido
ya con unos años… En general, la información
me parece que no es demasiado fiable, pero te hablo
por hablar, porque como te digo, no conozco el tema.

¿Cómo te imaginas
el flamenco que puede haber dentro de cincuenta años?

¡Uf! Creo que va a ser otra cosa. Y si queda un
cantaor que con un guitarrista canten solos en un escenario
por siguiriyas va a ser casi a modo de reliquia, como
ahora los que están cantando por tonás
o por siguiriyas como se cantaba hace cincuenta años.
Creo que desgraciadamente va a ser así.

¿Qué satisfacciones
te ha dado el flamenco en todos estos años de
trabajo?

El flamenco no es que de muchas satisfacciones pero
quizá lo que más me ha congratulado con
el flamenco es cuando me han llegado ecos de que mis
escritos sirven de alguna manera a enterados o aficionados,
sino a la gente a la que antes me refería, a
la que es mi núcleo lector, a una gente amorfa
e indiscriminada que es el público de un gran
periódico. Cuando me ha llegado alguna referencia
de gente así que me han dicho “hombre,
le leo a usted y sus críticas me sirven”,
eso es quizá lo que más me ha satisfecho.

Espero que lo pases muy bien
en ese homenaje y que te emociones mucho, que emocionarse
es una cosa muy flamenca… “Gracias Ángel”

Gracias de verdad.

 

Más información:

19-junio-2005
– Teatro Albéniz – Programación

Entrevista
a Ángel Álvarez Caballero en 'La Ventana'
de la Cadena Ser el día 16 de junio 2005 por
Gemma Nierga [CadenaSer.com]

Manifiesto

Homenaje a Ángel Álvarez
Caballero

El periodista Ángel Álvarez Caballero
ha cumplido veinticinco años como crítico
de flamenco en las páginas del diario El País.
Sólo este hecho, que implica rigor, perseverancia
y garantía profesional, ya es más que
suficiente como para que se le otorgue la distinción
de un reconocimiento público.

Si a esto añadimos la edición de su
obra magna, en forma de extensa trilogía, dedicada
al cante, baile y toque flamencos, tanto su figura intelectual
como su apuesta por la cultura adquieren una considerable
dimensión y, al mismo tiempo, se convierten en
una referencia viva para todos los que se dedican a
través de los medios de comunicación a
difundir la música y analizar las circunstancias,
los acontecimientos históricos y los aspectos
coyunturales que van marcando su evolución.

Pero, además, Ángel Álvarez Caballero
es autor de otros textos imprescindibles para conocer
con toda amplitud un arte que tiene una gran proyección
fuera de nuestro país: Historia del cante flamenco,
Gitanos, payos y flamencos en los orígenes del
flamenco, La discografía ideal del flamenco,
Pilar López o el coleccionable Arte flamenco.
A todo ello hay que sumar su labor como conferenciante
por diferentes países y la dirección de
cursos especializados en numerosas universidades.

Este es el bagaje que Ángel ha ido construyendo
con la elegante discreción de un cronista sensible,
pero también con la exactitud de un investigador
que supedita la pasión que siente por el flamenco
y las propias complacencias a la mesura que requiere
su condición de articulista comprometido con
el lector. Una responsabilidad modélica que ha
presidido en todo momento su trabajo, honesto, de lenguaje
reflexivo, muchas veces elaborado en el silencio del
que no tiene otra motivación que la de profundizar
en unas formas musicales reconocidas ya en todo el mundo
y que se manifiestan con muy diversas claves.

Y estas son las razones de un homenaje, que no es
más que un acto de gratitud, y que se materializará
el domingo diecinueve de junio a las siete de la tarde
con la celebración de un concierto extraordinario
en el que van a participar, con sus respectivos grupos,
la bailaora María Pagés, el cantaor Miguel
Poveda y el guitarrista Gerardo Núñez.
Gracias, Ángel.

Al homenaje a Ángel Álvarez Caballero
se han unido: Alfredo Grimaldos, Carlos Saura,
Carmen Linares, Enrique Morente, Félix Grande,
Francisco Umbral, Gerardo Núñez, José
Lamarca, José Manuel Caballero Bonald, José
María Velázquez-Gaztelu, José Mercé,
Juan Peña el Lebrijano, Julio Diamante, Luis
Eduardo Aute, María Pagés, Miguel Mora,
Miguel Poveda y Pilar López.

 



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