La identidad cantaora de Jesús Ruiz-Cabello Méndez, “Jesús Méndez” (Jerez de la Frontera, 1984) parte de la sangre. De la misma que regaba las turbulentas venas de la Paquera. Doña Francisca, gloria, se sentiría hoy orgullosa de este espigado vástago de la familia, ya a punto de casarse. Otra fuerza natural en quien muchos aficionados tienen puestas las miras de la continuidad de los seísmos de la marca San Miguel. Y no hablamos de bebidas. Lo hacemos de flamenco puro.
No va mal tu año por ahora. Ya te pareces a los toreros en verano. Hoy en Huesca, al día siguiente en el Puerto, luego Madrid… “La verdad es que no me quejo. Ahora vengo de Francia, que ha sido una experiencia genial con Belén Maya, Rafael Rodríguez y su gente. En total han sido dos meses entre idas y venidas en los que nos hemos recorrido todo el país. Muy bien, gran acogida y aprendiendo, que es lo importante. Lo de la gira en España también me importa mucho, aunque los escenarios sean dispares en categoría, siempre se sacan conclusiones. Como paso previo a la presentación del disco. Es especial lo del jueves, en Huesca. Voy con Diego del Morao a un homenaje a Moraíto. Es un orgullo.”
¿Y cómo es que en Huesca? “Unos gitanos aficionados de allí lo han organizado y, mira, perfecto. No es un sitio muy habitual pero fíjate, Morao tiene admiradores en todas partes.”
No fue lo tuyo rivalidad entre barrios “En absoluto. Siempre hubo buenas vibraciones entre Santiago y San Miguel”.
¿Con qué espectáculo vendrás al Corral de la Morería? “Con un recital clásico. Me acompañará a la guitarra Miguel Salado y haremos, no sé, unos ocho o nueve cantes. Ahora la cosa de las contrataciones va por tiempo y hay que tener mucho preparado.”
¿Y eso de cantar zarzuela flamenca? “Pues una novedad. Vamos a Bilbao y hacemos la zarzuela “Entre Sevilla y Triana”. Tengo que hacer unos cuatro o cinco cantes, variados, aún me lo tienen que especificar. No es que Pablo Sorozábal contemplase unas alegrías o soleares en su obra, es más bien una adaptación posterior. Será a finales de junio.”
En las quinielas de las jóvenes promesas que le gustan a, entre otros, Miguel Poveda siempre apareces tú. ¿Qué hay de ese disco que te iba a patrocinar él? “Pues que estamos en ello. Va muy bien. Seguramente lo presentemos en la Bienal de Sevilla a mitad de septiembre. Aún no tenemos un título. Estamos ahí David Lagos y yo dándole vueltas. Que yo soy cantaor y poco más, necesito ayudas (risas). Habrá unos diez o doce cantes, estarán las guitarras de Antonio Rey, Diego del Morao, Miguel Salado, quiero que esté Parrilla…”
“Eso ha sido una época concreta. Yo creo que ahora ya no es así. Y hace décadas tampoco era sólo por bulerías o por soleá. Tengo discos de la Paquera cantando por granaína, bambera, a Terremoto cantando por caña. Por eso eran tan grandes. Como debe ser.”
¿Y Miguel? “Me gustaría, pero con la agenda que tiene… Colabora también Dorantes. Estoy muy orgulloso.”
Primero Gerardo Núñez y luego, para tu segundo disco, Miguel Poveda como mecenas. ¿Qué hay de diferente en los dos trabajos? “Sobre todo en los cantes. Ahora abarco más. Hay malagueña, taranta…ofrezco un repertorio más amplio y eso hace que las miras sean más lejanas. El flamenco abarca muchos estilos, no sólo bulerías, eso lo sabemos todos, otra cosa es que luego se interpreten.”
Sí, porque a los de Jerez se les puede achacar una cosa… “Vale, pero eso ha sido una época concreta. Yo creo que ahora ya no es así. Y hace décadas tampoco era sólo por bulerías o por soleá. Tengo discos de la Paquera cantando por granaína, bambera, a Terremoto cantando por caña. Por eso eran tan grandes. Como debe ser. De cante, por ejemplo he aprendido mucho con los bailaores. Belén Maya, Rocío Molina, Mercedes Ruiz, Andrés Marín…que sabe de cante una barbaridad. Ellos me han aportado una visión más global de todo esto. Por cierto, yo creo que este disco no será el segundo. Realmente el segundo está también a punto de salir, de hecho se presentó en el Festival de Jerez.”
¿Qué me dices? “Es que es de canciones militares que Manuel Valencia y yo aflamencamos, digamos. Un pariente de Manuel tenía un archivo bestial de canciones de la guerra de Cuba, Filipinas… y entre Manuel y yo nos pusimos a pasarlas por alegrías, etc. El disco se llama “Rojo y Gualda”, y como lo compren todos los militares de España vendemos más discos que nadie (Risas). Este pariente de Manuel dice que quiere que hagamos más entregas de esto, porque el repertorio de canciones es tremendo, y además bonitas. No te creas. Lo patrocinó el Ministerio de Defensa y lo mismo hacemos giras por cuarteles, nunca se sabe…”
¿Cómo? “Lo que oyes…hay que saber y cantar de todo.”
Si la Paquera lo viera… “Bueno, pues le gustaría. Volviendo a lo que te decía antes y saliendo ya del tema militar. Ahora se nos exigen recitales por tiempo, y si te piden una hora y media de cante está muy claro que no puedes ofrecer sólo una ensalada de bulerías y tangos. Hay que cantar por taranta, seguiriya, granaína y lo que sea. Y además bien. Eso también era la Paquera, el cante total. No sólo ese temperamento en las bulerías. Que es un espejo para mí, por supuesto, pero también lo es Mairena, Terremoto, Talega o Manolito de María.”
