Entrevista a Vicente Amigo

Vicente Amigo

Vicente Amigo

Entrevista: Manuel Moraga
Fotos: www.vicenteamigo.com

«El arte te tiene que remover por dentro y decirte cosas que tú sabes»

 

«El arte te tiene que remover por dentro y decirte cosas que tú sabes»

Un formato diferente (15,5 centímetros de alto tiene la caja del CD), una carátula atípica en el flamenco y, sobre todo, un original concepto musical. Así es “Tierra”, la reciente entrega de Vicente Amigo. Reminiscencias celtas en un cordobés amante de Roma. Para poner música a esta Tierra, Vicente Amigo ha tenido que volar mucho.

La portada, la música… todo huele a tierra. A tierra húmeda, si me precisas.

Título hay que ponerle a todo, aunque no le haga falta. Pero el sentido que tiene es que es un acercamiento a otra tierra a través de la música y es un abrazo entre dos culturas a través de dos expresiones como son la música celta y el flamenco. Es algo que tenía muchas ganas de hacer, pero no lo he visto claro hasta que conocí a estos músicos y vi que podrían cuadrar los temas que yo tenía ahí medio desarrollados. Cuando ya lo vi claro me decidí a hacer este proyecto mezclándome con esta gente. Hace tiempo que estaba la compañía pidiéndome algo, pero no lo veía claro y no quería hacer cosas con calzador, sino ponerme a ello cuando estuviera convencido… Y ahí está… Ahí hemos metido la pata como hemos podido.

El trabajo rompe mucho con lo que tú has venido haciendo, y no solo por el contenido, también desde el mismo diseño visual: se rompe con la imagen clásica del artista protagonizando la portada… Casi me atrevería a decir que por la portada parece un disco de herbolario.

(Ríe) Está bien, está bien eso… Oye, pues a lo mejor tiene su cabida en esas tiendecitas, que van funcionando bien para como está la cosa. Las hierbecillas esas funcionan. 

Pero vamos, que es todo como muy natural ¿no?

Sí, el diseño que ha hecho Carlos Ruiz tiene mucho que ver con el contenido musical. Íbamos buscando que todo tuviera que ver y que tuviera coherencia.

“El paisaje de verdad es que se te presenta cuando te ves con las seis cuerdas a solas”

Imagino que la música celta ya la conocías antes de meterte en este trabajo.

No creas. Bueno, hace mucho tiempo colaboré  con Carlos Núñez, pero realmente no era una música que yo escuchara. Y cuando de repente escuché a Knopfler me dije, este músico, este sonido cuadra conmigo, seguro. Lo tuve claro desde primera hora. Así que nos pusimos manos a la obra para mostrar la intención de hacer este proyecto a  Guy Fletcher (teclista de Dire Straits y después colaborador de Mark Knopfler) y él estuvo abierto desde el primero momento. Además, me quedé sorprendido porque  fui a regalarle algunos de mis trabajos resulta que Mark Knopfler tenía varios discos míos. Entonces ya pensándolo me di cuenta  de que es que tengo ya más años que el puente romano de Córdoba. Y si no te conocen ahora ya no te van a conocer nunca (ríe).

No sé si sabes que el 40% de los instrumentos musicales prehistóricos del mundo han sido encontrados en Irlanda. Ese país tiene una tradición musical increíble y respira música. De hecho su símbolo es un arpa… Y también el arpa está en la cerveza Guinness, ahora que lo pienso.

No me extraña nada, porque en la forma de tocar de esta gente está la tierra, como algo muy profundo, muy viejo, hay una tradición que se respira cuando oyes tocar a estos músicos.

Encontramos ritmos de rumba, de tangos, de bulería… Esos formatos flamencos que has elegido ¿son quizás lo que más se prestan a esta experiencia?

He buscado algo que cuadrara con lo que había escuchado y en ese momento yo tenía algunas ideas guardadas que tenía que desarrollar y luego estuvimos  hablándolo y decidimos que para este trabajo eran esas, porque tenía más. Y rítmicamente, mi intención no era que ellos tocaran flamenco, ni mucho menos. Al revés. Si te das cuenta, en el disco hay poca palma. Quería que ellos tocaran así, sin caer en las cosas que siempre había hecho. Quería que nos mezcláramos con libertad y ver cómo cuadraba. Lo que sí tenía claro es que iba a sonar interesante.

“Dejo un margen a los errores, que ahí también está la vida”

¿Tuviste que viajar para darle forma a este trabajo? ¿Necesitaste la bruma, el paisaje?

Necesitamos aire y un paisaje siempre te ayuda a ponerte sensible, pero el paisaje de verdad es que se te presenta cuando te ves con las seis cuerdas a solas. Es la mente el espejo en que te miras para sacar algo nuevo de ti. Música descriptiva es toda. Toda la música te permite imaginarte lo que tú quieras. Yo no quiero decirle a la gente lo que se tiene que imaginar escuchando mi música. A lo mejor yo estaba pensando en una cosa y quien lo escucha en otra. El arte te tiene que remover por dentro y decirte cosas que tú sabes. Para mí, mucho del arte es decir cosas que están dentro de ti. Eso es lo que nos pone de acuerdo. A mí me ha pasado estar escuchando música y decir dentro de mí “eso es así”. 

Has grabado en Londres ¿Hay diferencia de hacerlo en España, en cuanto a calidad de producción, de sonido, etc.?

Yo creo que no. Personalmente, pienso que no. Cuando a un señor le suena bien un instrumento le suena bien en Londres, en Pamplona, en Valencia o en Montalbán, que es un pueblo muy bonito de por ahí abajo. Pero lo que sí es verdad es que necesitas también unos medios, una sala, y cada sala es una historia, igual que cada instrumento o cada micro es una historia diferente. Al final tienes que elegir. Y luego están las mezclas. Hay que mezclar y decidir  cómo lo quieres.

¿Eres muy puntilloso con las grabaciones, con el sonido, etc.?

Sí, bueno, también dejo un margen a los errores, que ahí también está la vida, pero prefiero hacerlo bien que medio bien.

¿Alguna anécdota de esa grabación en Londres? Seguro que alguna cerveza caería.

Trabajábamos todo el día, siguiendo un sistema que a mí me suena mucho porque es el mío: estar muy concentrado, no dejar escapar nada si puedo, pero cuando terminábamos, pues claro que nos tomábamos nuestras cervezas. Y ellos tienen buenas costumbres. Y la grabación fue como las de antes: todo el mundo tocando a la vez.  Cada uno en su sala, pero todos tocando a la vez, y eso es muy interesante también porque no es como cuando vas con una claqueta. Se nota cuando uno respira un poco más despacio o tiras para arriba o para abajo. Eso creo que se nota.

Sabes que muchos guitarristas se fijan en vosotros, los que estáis abriendo caminos, sobre todo en los aspectos técnicos: que si una técnica nueva, que si un detalle aquí o allá. ¿A ti te preocupa eso o estás más bien en dejar ideas?

La técnica nos preocupa a todos los guitarristas y a todos los instrumentistas. Hay una técnica establecida, básica, pero después es algo muy personal porque cada guitarrista tiene la suya: va en función de las características físicas de las manos de cada uno. Pero claro que a todos nos preocupa la técnica para que cada uno pueda expresar lo que quiere. Y si consigues una técnica mayor pues podrás expresar más cosas. 

Casi todos los guitarristas que conozco son, o sois, bastante obsesivos. ¿Dejáis de ser guitarristas alguna vez? Por ejemplo, si te vas de vacaciones ¿puedes dejar de pensar en la guitarra?

Yo creo que no. Pero ni los guitarristas ni ningún instrumentista. Es muy difícil que te vayas sin la guitarra, pero por pura necesidad. En las vacaciones hay tiempo para todo, incluso para aburrirte. Si te pasas dos o tres días más de la cuenta en las vacaciones, ya te está aburriendo, así que necesitas tu medio, tu costumbre, parece que te falta algo si no llevas tu guitarra, aunque sea para cogerla cinco minutos: no para darme un concierto a mí mismo, sino para ver si sale algo, para rebuscarme.

¿Te sigue interesando la historia del arte?

Tuve un tiempo en que estuve más metido. Ahora estoy en otras cosas. Leo un poco de filosofía… cosas para el espíritu, que muchas veces hace falta.

¿Esas lecturas te sirven para tu trabajo?

Lo que uno pueda aprender en un libro o en una conversación, te ayuda por lo menos a vivir, creo yo, que es en lo que estamos todos metidos: a ver cómo podemos enfocar nuestra vida para ser más felices.

“Muchas veces me retiro a un sitio para estar solo o para creerme que estoy solo porque al final estoy conmigo, que es el verdadero problema”

Me da la sensación de que Vicente Amigo es bastante místico y que este disco sigue esa línea.

Yo creo que todos los artistas somos un poco así. Yo tiro muy para adentro y me cuesta trabajo salir y explicarlo.

Por eso quizá, una dificultad para tu música es llevarla al directo: meterte en ese papel, en ese espíritu introspectivo ¿te cuesta?

Cuando toco en directo siempre busco irme a otro sitio. Para eso necesitas concentración, estar tranquilo. Y eso muchas veces no está en tus manos.

No deja de ser curioso: en un concierto de Vicente Amigo todo el mundo se pega por entrar, y tú estás buscando cómo salir…

Sí, es que es así. Yo intento salir ahí y no acordarme de dónde estoy. Pero ahora toca aprenderme los temas bien para poder expresarlos como quiero.

El clip del primer single está dirigido por toda una exministra de cultura, Ángeles González Sinde…

Esta familia tiene muchísimo prestigio en el cine. Se lo propusimos y se brindó desinteresadamente desde primera hora, por lo cual le estoy muy agradecido. Además le ha dado un aire distinto a lo que había hecho antes y lo que suele hacerse de aparecer tocando la guitarra. Ella me propuso hacer algo de mi vida cotidiana y le comenté que una de las cosas que me gustan es montar en bicicleta. No soy ningún deportista, pero la bicicleta me gusta para dar un paseo, para que me dé el aire, para alimentarme un poco de la ciudad donde vivo. Y entonces surgió la idea de hacerlo en Santiago de Compostela por aquello de los celtas, del camino de Santiago, con la bicicleta y la guitarra a cuestas. Y así lo hicimos. Es también como un viaje  y tiene que ver con el disco.

¿El camino de Santiago está en tu agenda?

Sí. Lo quiero hacer.

¿Ves como eres un poco místico?

Es que muchas veces me retiro a un sitio para estar solo o para creerme que estoy solo porque al final estoy conmigo, que es el verdadero problema (ríe). A mí lo que me gustaría de verdad es irme y no estar conmigo (ríe).Y muchas veces te vas por ahí a un pueblo o al campo y dices, pero si el problema te lo has traído: eres tú (ríe).

Porque claro, en el camino de Santiago están los kilómetros, pero luego está el viaje interior…

Tengo ganas de hacerlo, para vivirlo, para ver qué me aporta.

Me comentabas una vez que te encanta la Toscana. Y ahora veo que en este disco hay una composición titulada Roma ¿es por la ciudad o por ser el inicio del camino de Santiago?

A cualquier amante del arte, Roma le vuelve loco. Ahí está todo. De ahí venimos y en todo el mundo hay mucho de Roma. En Córdoba, sin ir más lejos. Roma no es una ciudad, es un mundo. Es diferente. Yo tenía una especie de deuda lo aquello que me ha transmitido cuando he paseado por allí.

 


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