Son de Morón de la Frontera. Son de la Frontera. La primera frase es un dato, la segunda, el nombre de uno de los grupos más sorprendentes que ha salido en años recientes. Cinco hombres – dos músicos, dos bailaores y un cantaor – que ven el pasado reflejado nítidamente en el futuro, y la receta les ha funcionado de maravilla. Con dos discos en el mercado, empiezan a ser conocidos en el extranjero, y en España, ya tienen numerosos seguidores. Con sonidos exóticos a la vez que conocidos, vanguardistas a la vez que antiguos, es un grupo único e irrepetible, con las ideas muy claras.
En el mundo del flamenco, todo el mundo conoce vuestro proyecto, pero cuesta salir del círculo del flamenco. Raúl Rodríguez (RR): La tradición de Diego no era la de buscar el mercado, sino la de hacer la musica, el mercado que llegue después. Nosotros tampoco tenemos prisa, ni ambición desmedida, la música va por delante, y a la música nos debemos.
De alguna forma sois un grupo de culto. RR: Sí, a la gente le gusta, y participa del tema, es nuestra felicidad, lo hacemos para que haya una respuesta, pero más por la necesidad que tenemos de hacerlo.
Raúl Rodríguez, Manuel Flores, Moi de Morón, Pepe Torres, Paco de Amparo
¿Qué tiene SDLF que lo hace diferente a cualquier otro grupo? RR: En el flamenco no ha habido tradición de grupos, de trabajo en equipo y de sensación de trabajo colectivo o de pertenencia a una banda, no suele ser habitual y creo que para todos sería una felicidad que dentro del flamenco hubiera grupos como tal. Eso creo que es lo que más puede distinguir lo que hacemos de otra gente, también la introducción del tres cubano y el aire de Morón que es muy peculiar, bien sean las cosas que tengan 50, 60, 70 años, como las cosas que se hacen hoy.
«La idea es que no se pierda lo antiguo, que es donde está la savia y el saber que todavía está vivo»
Es un grupo equilibrado, porque hay cante, guitarra y baile. Paco de Amparo (PA): Hay de todo y cada uno aporta buenamente lo que tiene dentro, sus conocimientos, pone las ideas, se apoyan y se trabajan.
Tú llevas el peso de la guitarra flamenca. PA. Valiente cacho de peso.
Te toca luchar con el Tres Cubano. PA. Me toca luchar contra mi compañero Raúl que me tiene malo de los nervios, -ríe-, pero creo que resulta un lenguaje muy bonito el que existe entre los dos instrumentos, y entre las personas nos respetamos mucho, como personas y como músicos, las ideas que él aporta son respetadas y puestas en marcha, y las que aporto yo también, se trata de conjugar un poco los sentimientos y la aportación de cada uno, tanto en el baile, cante y en lo instrumental.
Sois un grupo numeroso, cinco, y así lo vendéis, como grupo de cinco, sin líderes ni uno más que otro, ¿cómo resulta el proceso de creación? PA. Al ser instrumental básicamente, cada uno de nosotros aporta lo que puede. Raúl aporta sus conceptos de lo que ha vivido con Martirio, Kiko Veneno, Raimundo… Y nosotros intentamos emborracharnos en ese género, y el a su vez en el nuestro, que es el aire de Morón.
«Aportamos todo lo que podemos, hasta lo que entendemos como la frontera
Vosotros vivís el aire de Morón desde dentro, y Raúl lo ha tenido que estudiar desde fuera… PA. Y nosotros nos hemos tenido que estudiar desde fuera la escuela de Kiko Veneno y de Raimundo, pero el proceso de composición es que cada uno aporta lo que puede.
RR: Es muy interactivo, además a los bailaores del grupo, les gusta mucho la guitarra, y tocan la guitarra, al cantaor también le gusta la guitarra, a nosotros nos gusta el baile y el cante, y cada uno de una forma o de otra vamos influenciando lo que el otro puede aportar, hay un trabajo muy bonito, muy de emocionarse los unos a los otros.
Raúl Rodríguez
No obstante, por su singularidad, el tres cubano es el que resalta, el protagonista, quizás. RR: Más que el protagonista, es la novedad sonora,la novedad conceptual que el propio instrumento provoca, hay cosas que al ser leídas a través del instrumento, aportan también otras significaciones diferentes. Por ahí puede haber un punto de distinción que nos distinga un poco del resto de la música.
¿De donde viene la incorporación del tres cubano?
RR. Yo comencé a conocer la música cubana a través de los encuentros entre son cubano y flamenco en Sevilla, antes de Buena Vista Social Club, Compay Segundo en sus visitas a Sevilla, que comenzó a conquistar Europa en Utrera, centro natural del mundo, aparte de Morón. A partir de ahí, vinieron en los años 90, además de Compay, el Guayabero y otros muchos artistas cubanos, muchas tradiciones cubanas que no se conocían en Europa, y los que estábamos en Sevilla vivimos en ese momento, pudimos ver aquello por primera vez.Yo sentía que ese instrumento podía reincorporarse a nuestra música. En la tradición cubana, hay mucha tradición andaluza emigrada, y probablemente el tres es un instrumento híbrido entre las guitarras andaluzas y la forma que le dieron en Cuba, creo que tuvo que tener una relación previa con el flamenco. Una especie de ida y vuelta.
«Si uno se convence de que lo que está haciendo te sorprende a ti, tiene más posibilidades de que cause impacto en los demás»
¿En un grupo instrumental, cuál es la aportación del baile? Manuel Flores. (MF): Tiene un enfoque al directo, es el ingrediente dentro del flamenco que aportamos al grupo como pintura escénica y matiz que se le da a la música que ya lleva el compás y el cante, el baile escenifica nuestros sentimientos. Pepe pone el baile, él es el bailaor, yo lo que hago es un baile de la casa, breve, con un lenguaje no verbal, de mucho movimiento, cada uno aportamos nuestra parte. Es un disco donde el baile de Pepe, el zapateado queda reflejado, normalmente en los discos no ocurre eso, en los nuestros se refleja el baile y creemos que es importante y necesario.
RR: Hay mucha música en los pies de los bailaores, son extraordinarios músicos, Pepe es un buen guitarrista y muy buen cantaor también, y sobre todo, conoce muy bien la música flamenca, y la parte que él aporta al sonido del grupo es fundamental. El grupo no es básicamente instrumental, creo que tiene las tres partes, en función de lo que hagamos se decanta más de un lado o para otro.
La reseña que publicamos de Juan Vergillos comienza diciendo “La vanguardia como vuelta a los orígenes”… ¿existe una necesidad de recuperar el pasado? RR: La generación nuestra tiene mucha responsabilidad en tanto en cuanto somos probablemente los últimos que conocemos las formas de cómo se hizo el flamenco antes de su industrialización en los últimos 20 o 30 años, y vamos a ser los últimos que conozcamos muchos cantes, toques y bailes tal como se han hecho en esos años fundamentales. Dentro de un tiempo las generaciones que vengan no tendrán acceso a ello, la nuestra tiene una responsabilidad bonita en ese aspecto, una generación bisagra, tenemos la necesidad y responsabilidad de poder transportar lo que aún está perfectamente vivo para que dentro de 30 o 40 años haya gente que pueda disfrutar de esos aires y las cosas no se pierdan. Al mismo tiempo pienso que el mapa del futuro muchas veces está atrás.
¿Cómo se actualiza la música de esos años hoy en día? PA: Dando a nivel de músico lo que cada uno puede dar, con la base de Diego del Gastor, Montoya o Sabicas, y nosotros dentro de lo que podamos también, pero la idea es que no se pierda lo antiguo, que es donde está la savia y el saber que todavía está vivo.
Con el primer disco SDLF sorprendió mucho, a través de la música del Diego del Gastor, ¿en este segundo disco era mucho más complicado sorprender? MF: Era un reto. Intentar mantener la misma conversación que mostramos en el primer disco, dentro de la misma línea y sin pegar un cambio brusco, era un reto que nos marcamos, y creo que se ha cumplido, con muchísima dificultad, es complicado mejorar lo bueno.
Y sorprender en un segundo disco es más complicado. RR: La forma de sorprender a los demás es sorprender a nosotros mismos y emocionarnos nosotros mismos, hacer algo que para nosotros sea nuevo, y si es nuevo para nosotros para el público también lo será.
Dentro de la línea de la continuidad, del sonido SDLF, ¿que es lo nuevo en Cal? RR: Hay nuevas composiciones, está ‘La soleá del amor’, ‘Los tanguillos de la frontera’, ‘La buleria en rama’ de Paco, la bulería de retazos de música cubana que abre el disco…Aportamos todo lo que podemos, hasta lo que entendemos como la frontera, la libertad de creación empieza en el respeto a la tradición, jugando en esa frontera…intentar que no se pierda nada y poder ganar musica nueva.
Por un lado habéis hecho la música de Diego del Gastor, luego también lo de Enrique el Mellizo y también algunos temas vuestros. RR. Bueno, lo de Enrique el Mellizo es la malagueña, y después están los toques en los tarantos y las sevillanas de Antonio Amaya el Mellizo que era hermano de Diego del Gastor.
PA: Tenemos cosas nuestras, al margen de alimentarnos de la base que viene de atrás, de los fenómenos guitarristas que están ahí, nosotros tenemos nuestras inquietudes, aportamos nuestras composiciones, arreglos musicales que ponemos en pie y que nos guste a nosotros, esa es la idea.Si uno se convence de que lo que está haciendo te sorprende a ti, tiene más posibilidades de que cause impacto en los demás.
¿Hay suficiente con la música de Diego del Gastor, o tenéis que buscar nuevos caminos? RR. La música es algo muy grande y en Morón hay mucha música, la de Diego por lo que yo conozco, es inagotable, no es que queramos hacer bandera de nada, sino alimentarnos de la música que nos emociona en virtud de la experiencia.
PA: Es lo que hemos vivio en nuestra casa, esa forma de toque que es muy personal y singular de una casa de un pueblo en concreto, igual que Jerez tiene su aire, Lebrija su identidad o Utrera tiene su identidad en el cante. Tampoco pretendemos explotar la música de Diego, lo hacemos con respeto y mucho amor, y es con la que nos hemos educado.
¿Qué opina la gente de Morón? PA. Si te soy sincero, creo que ha sido la primera vez en muchos años que la afición y la gente que mueve el flamenco y los aficionados, se han volcado más que con ningún otro proyecto que ha salido en el pueblo, no he visto nunca movilizarse a dos autobuses para vernos en la Bienal de Sevilla, personas mayores, jóvenes… Morón lo ha aceptado muy bien.
El disco se iba a llamar ‘El sonido de la Cal’. RR. La primera idea era llamarse Cal, luego se miraron otras posibilidades, pero al final volvimos a la idea primigenia. Recuperar la idea de tradición, en Morón se ha elaborado la Cal en los siglos XVIII y XIX, con una forma de tradición muy rica: recoger desde el monte, colocarla con mucho cariño en el horno y dejar que la piedra cruja sola para hacer ese liquido que pinta como el flamenco, capa sobre capa, mano sobre mano. La idea de recuperar los lugares a los que pertenecemos, saber quienes somos para poder defender en el mundo lo que podemos hacer.
¿Cómo sois recibidos en el extranjero? PA. Muy bien, muy bien.
¿Os conocen? MF. Muchas veces me ha sorprendido el conocimiento que tienen del grupo, la gran mayoría saben lo que van a ver, gracias a los medios de comunicación, a Internet también, la gran mayoría de aficionados saben lo que van a ver.
Todavía no se ha visto una mala crítica de SDLF. RR:Esperamos no verla, claro, pero la opinión es libre, el gusto está en blanco, nosotros lo que hacemos es con el máximo respeto y cariño.
Los americanos descubrieron a Diego del Gastor, y lo dieron a conocer en América. ¿Tenéis conocimiento de cómo es recibida vuestra música allí? RR y PA. En Nueva York cuando estuvimos tocando, estuvimos con Steve Khan, en Chicago estuvimos con alumnos de Diego y disfrutaron mucho, parece que se emocionaron muchísimo. Luego el primer disco se ha publicado allí y este segundo se publicará también.
RR. La gente americana que pudo estar en Morón en esos años le dio mucho valor a la música de Diego, y grabaron muchas cosas. Aprecían mucho la música, y ellos han difundido en sus entornos lo que aprendieron con Diego, es gente profundamente enamorada de la música de Diego, y en tanto en cuanto nosotros también lo estamos, hay una corriente muy bonita.
«Lo que al artista le llena y le impulsa a seguir adelante es el reconocimiento al trabajo en común de cinco personas»
¿Tenéis idea de explorar otras músicas que sean afines como la árabe, la india…? PA. En la propia naturaleza del sonido del tres hay muchos sonidos arabescos e hindúes, yo creo que está ahí, ese es el misterio que encierra el sonido del tres cubano.Con la guitarra y las escalas, puede sonar indio, árabe, griego…
MF. Es cuestión de tiempo, conforme vayamos caminando, iremos cogiendo de la mano de lo que sea válido en ese momento. Somos un grupo abierto a la música, pero respetando los cánones de la tradición.
RR: Como dice el poeta, mirando a los cielos pero con los pies en la maceta.
Respecto a los premios, teneis un buen número de ellos, además hay unanimidad respecto a los de la crítica, como los que votan nuestros lectores en Deflamenco. PA.: Tenemos para hacer un guiso… sobre todo lo más importante es el reconocimiento que se da al trabajo, lo que al artista le llena y le impulsa a seguir adelante es el reconocimiento al trabajo en común de cinco personas.
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