Texto y fotos nuevas: Estela Zatania
Fotos de archivo: Colección de Paco Cepero
«Pienso que nunca he tocado mejor la guitarra de lo que la estoy tocando ahora»
Francisco López-Cepero García, Jerez de la Frontera, 1942, “Paco Cepero”, ídolo de mi juventud, de aquellos inocentes años cuando todo el mundo sabía qué era el flamenco, y era fácil distinguir los palos, que no se llamaban “palos” siquiera. El del estilo punzante, agresivo minimalismo que grita flamencura, aire y pellizco. Con su sensibilidad jerezana estilizada, y un sello absolutamente inconfundible, Paco Cepero figura en una lista corta de los mejores guitarristas para cante de todos los tiempos.
Medalla de las Bellas Artes que le entrega el Rey Juan Carlos I.
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Premio Flamenco Hoy 2008 de la crítica.
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Medalla de Oro de las Bellas Artes, Galardón “Calle de Alcalá” y una nueva grabación que ha recibido el premio de la crítica “Flamenco Hoy” y el premio de los lectores de Deflamenco al mejor disco de guitarra del 2007, el maestro está cosechando el dulce reconocimiento de toda una vida dedicada al arte. Precisamente este año celebra sus bodas de oro profesionales, 50 años abrazando su sonanta, sacando sonidos punzantes que arrancan aplausos donde vaya.
Cuando faltan sólo dos días para la inauguración de la duodécima edición del Festival de Jerez que se pone en marcha con el espectáculo “¡Viva Jerez!” del que Cepero es director musical, tenemos una amena conversación en su casa en el corazón del barrio San Miguel. Una preciosa casa andaluza con patios, plantas, azulejos, canarios y el cuartito que parece una mini peña flamenca con las paredes cubiertas de fotos…
Paco ¿en este espectáculo “¡Viva Jerez!”, tocas solo, o acompañas?
¡Yo no toco!, yo llevo la coordinación musical.
¡No vamos a verte!
Ya me veréis el 1 de noviembre, en el Villamarta. Porque soy el director musical de la obra, y lo que es coreografía, eso lo lleva Javier Latorre. Coordinación, la dirección la lleva Paco López, y es bonito lo que ha hecho, es serio. Después tiene su parte también cómica, y hay flamenco puro, se canta desde el romance al martinete a la siguiriya, o sea desde que empieza el flamenco, el movimiento que lleva. Es muy complicado, son muchas personas, la coordinación de eso es muy complicado sobretodo para la gente…a ver si me entiendes…va gente como La Bastiana, Luisa Terremoto, que no son profesionales, son un poquito más cuadriculao. Luego también va Luis de la Tota, Pescaílla, hay números cómicos y números muy serios también. Es la historia del flamenco, desde que empieza el flamenco, con el cante de trilla, y llega hasta el café cantante donde cantan cuplé, es muy bonito. Y vamos a Londres, el día 15 de marzo.
O sea, no es la típica obra montada para una sola representación, y que ya no se vuelve a ver…
No no, esto lleva una proyección internacional, va también a Estados Unidos, es una producción fuerte, y además, hay artistas importantes allí: está Terremoto, está Mercedes Ruiz, está María del Mar Moreno, Angelita Gómez de artista invitada, cantaores como El Londro, está Rosario, mucha gente, hay veintitantas personas…
¿Y van todos a Londres?
Hombre, claro…yo voy a Londres porque es el estreno internacional, normalmente ni iré; cuando debutemos, yo ya habré terminado, a lo mejor algún retoque para el extranjero, pero lo que yo he hecho más, los engarces de los cantes, he hecho cosas…ya lo verás…
Este año con “Abolengo” has ganado dos premios al mejor disco de guitarra del 2007, el de la crítica, y el de la votación popular en Deflamenco, parece que convences a todo el mundo…
Hombre, para mí es una ilusión muy grande, porque aunque uno lleva ya muchos años en esto, y además, este año es muy especial, porque son mis bodas de oro, son cincuenta años de profesión, los premios siempre son bien avenidos, porque te motivan, y te hacen que trabajes y que sigas ilusionado, porque si yo hago discos, y paso desapercibido, y no digo nada y veo que no me aceptan, entonces ya uno, pues te viene abajo. Sin embargo, como el otro día en Sevilla en el Monte, y el teatro lleno, el público entregado, y me hicieron repetir después de una hora y pico de concierto, y las críticas fueron buenas también, eso te ilusiona y te hace sentirte vivo. El otro día me dijo Gamboa que uno de los discos más solicitados es el primer disco que yo grabé, Amuleto, que no está ni catalogado, y es el que más pide la gente.
Cuando recogiste el premio de la crítica, dijiste que te encontrabas con más ganas de trabajar que nunca.
Sí, estoy muy ilusionado, yo ahora mismo me encuentro de muy buen estado, de salud y mental, y creativamente, pues también me siento como que la vena creativa está todavía viva, entonces, pues yo ahora, quizás todo el tiempo que yo estuve con mi otra faceta de compositor de canciones y producciones, me restó tiempo para dedicarle más a la guitarra, y ahora me estoy dedicando en pleno, en cuerpo y alma dedicado a la guitarra, pensando como guitarrista, soñando como guitarrista, y trabajando como guitarrista, entonces, es lo que está haciendo que haga cosas, mucho más que nunca, cojo la guitarra diariamente.
Eres de aquí del barrio, de San Miguel…
Yo nací en esta calle, vivo en la misma calle donde nací, tuvimos la gran suerte de poder encontrar, no en el mismo número, pero muy cerquita, y eso para una persona que ha llevado tantísimos años en Madrid, 37 años que me llevé yo, pues venirte a tu tierra, y encontrar un rinconcito muy jerezano y muy andaluz en la misma calle donde naciste, es bonito ¿no?
con Camarón y Cojo Peroche
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Con Paco de Lucía
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¿Cómo vivías tú el flamenco de joven aquí en Jerez?
En mis principios es donde está la base mía, con la gente que yo tuve la suerte de acompañar, y que me enseñaron a respetar el flamenco, aficionarme al cante, y a vivir el flamenco en toda su plenitud. Fíjate tú, artistas como el Tío Borrico, el Sernita, Terremoto, entonces estaba el Batato, el Troncho, artistas locales muy buenos, gente que ha quedado para la historia del flamenco, para mí fue una gran suerte tener a esos grandes maestros.
“…en cuerpo y alma dedicado a la guitarra, pensando como guitarrista, soñando como guitarrista, trabajando como guitarrista…”
Precisamente de San Miguel, ¿quién cantaba entonces?
En este barrio casi casi no había nadie, yo creo que el barrio San Miguel tuvo una época muy muy esplendorosa. De este barrio la que me sacó fue la Paquera, que era un fenómeno, en la historia del flamenco, La Paquera ha sido una artista genial, con una fuerza increíble, y más que artista, era persona, una persona muy sencilla. Yo tengo muchos recuerdos de la Paquera, y muchísimo agradecimiento porque ella fue la primera que me tendió la mano y me sacó en su compañía.
¿Qué te hizo ir a Madrid?
Pues, Manolo Caracol, que me llamó para el tablao Los Canasteros. Yo ya había estado tocándole antes en la última compañía que él tenía, tuve la grandísima suerte de ir con la Paquera, y después con Manolo Caracol, y yo era muy jovencito. Entonces, cuando yo me quedo aquí, Caracol abre el tablao y me vuelve a llamar y allí ya empieza mi periplo en Madrid, de ahí hasta hoy.
¿Qué artistas estaban en el cuadro entonces?
¡Fffffffff !…¡Todos! Juan el Pelao, La Perla de Cádiz, María Vargas, Sordera, Terremoto, el Diamante Negro, Romerito de Jerez, Curra Giménez, Curro Vélez, La Polaca, Bambino, Gaspar de Utrera…muchos…un elenco increíble..
con Bernarda y Fernanda de Utera
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con Manolo Caracol y Terremoto
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Buenos recuerdos…
¡Sí, hombre! Recuerdos donde seguí aprendiendo, y además, sigo aprendiendo, sigues aprendiendo hasta que te mueres. Porque la vida es un aprendizaje diario, y vas descubriendo cosas nuevas, movimientos nuevos, hasta formas de sentir nuevas… Quizás con la edad vas teniendo más serenidad, tienes menos impulso, pero más madurez, tienes quizás más maestría. Antes, todo era fuerza, y ahora la maestría que te la dan los años, todo queda reflejado, te van dando más quietud, la forma de pensar más lenta, yo era un torbellino, todo muy ligero. Entonces, pues a poco a poco me he ido templando, y ahora creo que el sitio que yo tengo, pienso que nunca he tocado mejor la guitarra de lo que la estoy tocando ahora.
Tu tío abuelo, el gran cantaor José Cepero, nunca te he oído hablar de él…
Sí, y además hay una foto que tiene Juan de la Plata, que yo siendo muy niño que él vino en la última compañía que hizo, con Manolito Varea, y me acuerdo, que parece que fue una premonición, porque me echó el brazo por encima yendo para el Teatro Villamarta y me dijo “niño, tú nunca te vayas a dedicar a esto” [se ríe]. Y fíjate hasta donde acertó…pero era un hombre que yo miraba con un respeto porque fue una gran figura del flamenco, no solamente por sus fandangos, Cepero era un gran cantaor.
¿Llegaste a tocarle?…porque tenías edad…
No, él tuvo oido de que yo tocaba la guitarra, pero yo tocarle no, porque cuando vino aquí a Jerez, yo tendría unos 7, 8 años…ya con 9 empecé yo a tocar la guitarra en una ronda de la escuela de La Salle de aquí de Jerez, que este año precisamente, el día 4 de abril, iré a dar un mini concierto porque se cumplen los cien años de historia de La Salle, y los antiguos alumnos que somos músicos, pues vamos a tocar. José Luis Balau también va a tocar, un violinista que está aquí también, Orellana también, y su hermano, el piano, y es bonito, porque pasan los años sin darte cuenta. Yo ya voy a cumplir el 6 de marzo, sesenta y seis, y parece que fue ayer cuando empecé.
“Luché por tener mi propia forma de tocar, de rasguear, mi propia forma de darle al bordón, y en eso lo he conseguido”
Será el flamenco que te mantiene joven…
No, hombre, yo también me cuido, hace muchos años que yo la noche se acabó para mí, me cuido mucho, hago régimen, paso mucha hambre…[se ríe]
En tu opinión ¿de dónde sale el sonido jerezano de la guitarra?
Creo que el sonido jerezano de la guitarra es el ambiente el que lo da. Javier Molina fue uno de los creativos más importantes que ha dado la guitarra, de allí mamó Niño Ricardo y muchos más, un guitarrista increíble, lo que pasa es que tú me estás hablando de la bulería quizás, pero yo creo que Jerez no es solamente bulería ¿no? Hay un aire especial en la soleá, en la siguiriya, en la forma de bailar, en la forma de tocar las palmas, eso lo da el ambiente, porque yo, sin ser gitano, toco muy flamenco, y no corre por mis venas nada de gitano, y aquí hay muchos payos que cantan bien y bailan bien.
Entonces, cuando tú empiezas ya existe el soniquete característico de la bulería de Jerez…
Nooo…yo he creado mi propio soniquete, yo me he mirado en el espejo de Melchor de Marchena y Diego del Gastor, que han sido mis musas, de allí me he inspirado, en esta gente, pero yo he puesto mi propia línea de tocar, y tengo una forma de acompañar diferente a los demás, y he luchado por ese sello, pero yo en mis principios, pues claro que me miraba en el espejo de otros artistas, como todo el mundo, yo no he nacido sabiendo, pero sí lo que tenía era una cosa muy clara, luché por tener mi propia forma de tocar, de rasguear, mi propia forma de darle al bordón, y en eso lo he conseguido.
Los jóvenes, como están tocando la guitarra ahora, no se ha tocado nunca, pero lo que sí veo es quizás la falta de creatividad, hoy se está armonizando la guitarra mejor que nunca, y la juventud está tocando maravillosamente bien, yo soy gran admirador de toda esta gama de estos guitarristas fenómenos, yo la verdad desde aquí los aplaudo y los respeto, pero yo les diría a ellos también que traten de crearse su propia personalidad, porque veo todo muy igualado, no solamente la guitarra, en el baile y en el cante pasa lo mismo, que aquí cuando sale uno que despunta, todo el mundo va a poner la oreja a ser y a seguir esa línea. Yo creo que antiguamente, había una gama de guitarristas, y todo el mundo tenía su personalidad. Manolo de Huelva tocaba con su aire, Niño Ricardo, Montoya, Borrull, Diego del Gastor, Melchor de Marchena, Luis Maravilla, Paco Aguilera, Manolo de Badajoz…cualquiera tenía su estilo…Juan Serrano, Mario Escudero, Sabicas, cada uno su personalidad. Pero ahora, lo que yo veo es que hay pocos con personalidad, la mayoría está muy unificada en el mismo estilo. Lo que es muy importante es transportar la guitarra [modificar la musicalidad], de hecho suena con mucho más sonoridad, por ejemplo en los tonos de minera, de rondeña, pero hacerlo en todo, si vas a hacer una soleá, una siguiriya en tono de minera, mira, a mí eso no me suena, la soleá es la soleá, la siguiriya es la siguiriya, y todo tiene que tener el sabor del toque que tú estás haciendo, tientos tiene su sabor a tientos, tangos, bulerías… Yo entiendo de que es muy complicado de cambiar la afinación, y ellos lo hacen para que los demás guitarristas vean que lo que están haciendo tiene mucha complicación, pero muchas veces lo más difícil es encontrar la sencillez, que con dos notas tú puedas trasmitirle a una persona más que si metes treinta. Diego del Gastor tocaba muy genuino, y era un artista con una gran personalidad y un hombre que pegaba pellizcos a cada instante, Melchor de Marchena igual. La gente dice “son muy cortos”, qué corto, eran larguísimos, porque ellos se crearon una gran personalidad. Quieren decir largo cuando tú sabes solfeo, conoces el instrumento perfectamente, tienes una técnica inconmensurable… La técnica es necesaria para poder desarrollar lo que tú llevas dentro, pero dicen que el arte empieza donde termina la técnica, esa no es una frase mía, la ha dicho un gran señor…hay que tener técnica, eso está claro, sin técnica no puedes desarrollar lo que tú quieres hacer, pero si basas todo totalmente en la técnica, eso es una frialdad, muchas notas, pero tiene mucho más importancia tocar con el alma.
El disco nuevo, “Abolengo”, ¿es el mejor que has grabado?
Bueno, es mi último hijo ¿no? Entonces le tengo un cariño muy especial porque ha sido muy impactante, ver que había hecho “De pura cepa”, que empezó por allí, luego “Corazón y bordón” y ahora el tercero, parece ser que el público ha reaccionado y todo el mundo está con el sonido del disco, con la forma mía de tocar. Para mí es muy gratificante que me den estos premios que me han dado, y me reconozcan después de tantísimos años, y con el nivel que hay hoy en la guitarra, sentirse vivo es muy importante.
“Tenía los ojos cerrados y estaba viendo y jaleándoles al Tío Borrico, a Terremoto, a Juan Talega, a Antonio Mairena, a Manolo Caracol…”
¿Echas de menos tocar para cante?
¡Mucho! Lo que pasa es que no puede estar uno en todos los sitios, pero de cuando en cuando, en muchos conciertos, siempre llevo un cantaor invitado, una cantaora…yo realmente, me siento un gran acompañante, yo nunca he presumido de nada, pero de buen acompañante sí que presumo, porque soy un gran aficionado al cante, y siempre me ha gustado de acompañar al cante, y de no molestar al cantaor, eso es una cosa que yo veo, y que no aprende la juventud porque no tienen oficio. Si tú te pones a acompañar, tú tienes que ser el banderillero del cantaor, no tienes que ser protagonista. Mientras el cantaor está cantando, yo no he molestado un ápice, pero después cuando me daba el cantaor el sitio para que yo metiera mis falsetas, y como yo tenía una gran personalidad, se levantaba un aplauso, hoy en día es corriente, pero fui el primer acompañante en la historia de los festivales que arrancaba aplausos con las falsetas. Pero nunca nunca he ido al lucimiento, y lo que le diría a la juventud hoy, tú para ser un gran acompañante, lo primero es que tienes que tener una gran afición al flamenco, conocer muy bien el cante, y después intentar de acompañar, no de lucirte. Cuando el cantaor necesita de que tú metas la mano, pues metes la mano, y cuando tú tienes que tocar muy suavemente, pues igual, y es una labor de oficio. Esto lo he ido aprendiendo a través de año tras año durante una larga trayectoria, he ido aprendiendo, y sigo aprendiendo, no se puede creer que a los dos años de tocar la guitarra, porque tú conozcas solfeo y obras clásicas y doscientos estudios para la mano izquierda y mano derecha, y tú conoces todos los temas y tú te comes la guitarra, que ya estás en posesión de la verdad, y él que se lo cree, está perdido.
La experiencia de haber tocado en tablao ¿te ha enriquecido, o perjudica como dicen algunos?
Perjudicar para nada, a mí lo que me ha dado, pues todo lo que tengo de compás, y he tocado mucho para bailar, te parte mucho las uñas, pero te da mucha seguridad en el compás, el sincopamiento, los silencios, el saber esperar… Yo estuve dieciocho o veinte años sentado en un tablao, y después me llevé muchos años tocando para cantar. He tocado a los mejores, he tocado incluso a Vicente Escudero, a Farruco en su mejor época, al Güito cuando ganó su premio…
con Farruco el Viejo
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con La Perla de Cádiz
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Con la madurez ¿valoras más el arte que el dinero?
Sí. Ahora estoy haciendo cosas que a mí me lleguen, sin mirar la comercialidad. Yo tuve mi época de comercial, que fue cuando me dediqué a hacer producciones y canciones, y ahora yo he tocado en este disco la soleá por bulería, y me transporté, y tenía los ojos cerrados y estaba viendo y jaleándoles al Tío Borrico, a Terremoto, a Juan Talega, a Antonio Mairena, a Manolo Caracol…eso te da quizás también poder. Y el disco, para que lo sepa la gente, yo no he tenido ninguna casa discográfica, me lo he tenido que prepagar yo, y es una pena que artistas que tienen una…bueno, yo no voy a hablar de mí, pero personas con un nombre dentro del flamenco, y no tienen una casa discográfica que les apoye, eso da mucha pena, pero le eché valor y me alegro mucho, porque incluso sin tener una casa discográfica de nada, ni marqueting de publicidad, el disco ha triunfado, eso para mí es doble mérito.
¿Habrá otro disco?
Si Dios quiere, sí. Mientras Dios me tenga las manos y la mente bien, yo sigo componiendo y además, con una ilusión increíble. Lo que sí te digo es que me he puesto el listón muy alto, y veremos a ver la próxima vez, a ver qué se me ocurre. Pero yo creo que la inspiración viene trabajando.
Lo que sí quiero agradecer es a Deflamenco por la oportunidad, y a sus lectores, al incluirme dentro de los discos que participaban en la votación, y que me hayan dado el premio. Todo esto es lo que te da alas para seguir trabajando. Esta página ayuda muchísimo al flamenco porque está esparciendo el flamenco por todo el mundo, y con seriedad, que es lo más importante.