Juan José Heredia, Niño
Josele cuando habla de su último disco parece que le
den cuerda y es que se ve la pasión que siente el almeriense
por todo lo que hace con las cuerdas de su guitarra. Es el
acompañante habitual de Diego «El Cigala»
y también el tocaor elegido por el maestro Enrique
Morente en muchos de sus trabajos. Como en su anterior disco
en solitario «El Sorbo» en este reciente trabajo
titulado «Niño Josele» vuelve a ser el productor
Javier Limón con el que Niño Josele trabaja
en equipo. El disco se presenta el 29, 30 y 31 de mayo en
la nueva sala de Fernando Trueba «Calle 54». Niño
Josele deja claro que quiere abrir nuevos caminos con su guitarra
y así lo ha querido plasmar en este disco «que
más que una guitarra en concierto, de falsetas, sea
como cantando, buscando melodías y una armonía,
pero que sea mas cantando» expresa el guitarrista
que en su disco incluye: tangos, tanguillos, fandangos de
Huelva, rumba, soleá y tres bulerías «en
la bulería he intentado expresar lo que llevo dentro.
La que se llama «Estirpe» es un homenaje a mi abuelo
que se llama Juan donde sale la pureza que para mi viene de
la familia y es más de rabia, como la gente que dice
«no a la guerra» y he pegado ahí, pues no
a la guerra, ¡pa!. La otra bulería se la escuche
a un pianista que se llama Bill Evans muy bueno y me llamó
mucho la atención y lo hemos hecho en forma de jazz,
tengo un gran maestro que es Jerry González que me
apoya y me embauca para que aprenda estándar de jazz».
Tampoco
falta en el disco un importante elenco de colaboradores como Enrique
Morente en una soleá que para Josele es una de
las piezas más flamencas «hace un tema muy
bonito de Manuel Machado «Las cosas de amores» que
es de petición, porque yo le dije «haz el tema
que tu quieras» y él me dijo»hazme una petición»
y Javier y yo le dijimos que ese era muy bonito y que nos
gustaría que lo cantara y se sintió a gusto
y le puso todo el alma y el corazón como sabe hacer
él, un genio» y están los temas en
los que se da cabida a otras músicas donde entran las
colaboraciones del cantante árabe Aziz Sahmaoui y Andrés
Calamaro «el tema de Calamaro surgió una noche
que estábamos en Clamores que habíamos tocado
con los Piratas, estaba Jerry González, el Cigala
y llegó este personaje, lo llamó así
porque es una persona emprendedora, se sentó entre
el público y cuando terminó el concierto se
metió en el camerino y tuvo la idea de hablar con Javier
Limón, le dijo que le encantaría cantar con
«el José» y ya se pusieron de acuerdo. Un
día llegó al estudio y tuvo un detalle muy bueno
pues trajo diez temas y me dijo que eligiera el que quisiera
y entre Javi y yo dimos con «La rumba de los Paraguayos»
que le vino muy bien a Andrés porque la tiene mucho
cariño y la letra era de un amigo suyo Jorge de la
Rosa y era muy enternecedora. La hicimos prácticamente
en directo, del tirón, parecía que siempre habíamos
trabajado juntos y lo que mas me gusta es la amistad que he
podido establecer con él, que ha sido muy bonita, lo
mismo que con este chavalito Aziz, yo le digo Gachif»
En este disco no colabora El Cigala
¿es que ya habéis hecho muchas cosas juntos?
– Hombre, del Diego ¿qué te puedo decir yo?,
es una persona a la que quiero mucho, que llevo mucho tiempo
trabajando con él. No ha colaborado en este disco,
porque ya habíamos hecho con él los dos discos
anteriores, Javi, él y yo hablamos y dijimos ¿este
disco como lo vamos a hacer? y él dijo «haced
lo queráis, yo colaboro con lo que queráis»
y entonces cuando estábamos grabando con Calamaro se
acercó al estudio y metió un bongo.
si no le toco a un cantaor que me
gusta
es como si perdiera mi creatividad
¿Hay mucha diferencia con
el disco anterior «El Sorbo», va este en la misma
línea?
– No va en la misma línea, hay cosas que si conservo,
pero «El Sorbo» se trataba más de un disco
concepto, de dodecafonismo y cosas de Schoenberg, había
más cante y poca guitarra, sobre el cante se trabajaba
la armonía que es el camino que se quiere seguir y
este disco queríamos Javi y yo enfocarlo como un disco
más rítmico, mezclando ritmo hindú…
Este disco es muy, muy sencillo, por ejemplo en los fandangos
de Huelva hay una parte que si es un poco tonal, que he pegado
un poco de ráfagas dodecafónicas, porque creo
que es una ventana abierta para un músico porque es
muy enriquecedor. Puedes hacer una cosa muy flamenca, pero
si controlas esos campos le da el punto de tu música.
¿Tú crees que luego
el público lo nota?
– Yo siempre he dicho que lo básico de un concierto
es corazón y fuerza y si tu transmites sentimientos
en el disco también lo trasmites, pero a mi lo que
más me gusta del disco es lo bien que me lo voy a pasar
en directo porque el disco está lleno de emoción,
tiene que haber corazón, fuerza y sensibilidad y eso
transmite al público siempre y cuando tienes esa chispa
es brutal.
En tu carrera dedicas mucho tiempo
a tocar para el cante ¿piensas en un futuro dedicarte
más a tu faceta de concertista?
– Las dos cosas son muy importantes, me gusta mucho el cante
y si no le toco a un cantaor que me gusta es como si perdiera
mi creatividad, porque las cosas las creo según estos
cantaores con los que me junto, que son monstruos. El cante
para mi es todo, si dejo de tocar para cantar es como si me
faltara algo. Yo nunca dejaré de tocar para cantar,
aunque tenga mis conciertos en solitario.
¿Compaginas bien todo: tocar
para el cante, tocar en solitario y componer?
– Tocar para cantar y tocar solo son dos mundos muy distintos,
le mente tiene que estar muy despierta, porque el cantaor
es inestable, cuando canta no sabe como puede rematar o hacer
una letra, a lo mejor ese tercio lo transmite corto o largo,
ahí estas tu, para cogerlo, dejarlo, tirarlo, entrarlo
y es como un reto tuyo, te sientes vivo. En los conciertos
de guitarra mandas tu en tu estructura y eres el que estás
solo ante el peligro y tu mentalidad se tiene centrar ahí.
yo no creo en el duende, yo veo el
lema del trabajo
¿Algo
te resulta más difícil, quizás componer?
– No cada cosa tiene su momento, lo de componer no lo llevo
mal, yo no creo que la composición venga como dice
la gente por el duende, yo no creo en el duende, que si estoy
acostado y me ha venido el duende y saco un tema, no. Yo veo
el lema del trabajo. Para el disco no nos hemos acostado y
nos hemos levantado y hemos sacado el tema, nos lo hemos currado
mucho, mucho, mucho. Javier es una persona que me ha sabido
sacar mucho partido porque sabe hasta las horas que puedo
rendir en un estudio. Gracias a que los temas del disco los
hemos hecho Javier y yo juntos, hemos hecho la estructura
juntos, hay muchos temas que son cantes de él, que
los he cogido y he hecho melodías y grabando es una
persona que te paraba cada dos por tres «no afinas»,
demasiado perfeccionista, pero eso es bueno y para mi es una
de los grandes productores que hay en el momento y en el estudio
te da un rollo bueno, una persona que te hace falta porque
con él te vienes arriba, trabajamos muy bien juntos,
nunca hemos tenido ningún mal rollo, bueno tenemos
nuestros mosqueos como todo el mundo, pero al final siempre
estamos de acuerdo.
Tú tienes una manera muy
especial de tocar que también le debes a tus raíces,
pues hay muchos guitarristas en tu familia, tu padre incluido
¿qué te han aportado?
– Mi abuelo se llamaba Juanillo «el Canastero»,
el padre de mi abuelo tocaba muy bien la guitarra y me acuerdo
que me contaba mi abuelo que cada vez que tocaba la guitarra
sonaban campanazos y yo decía ¿cómo es
eso abuelo, cómo es eso? Yo quiero que me suene a campanas.
¿O sea que era bueno que
sonara a campanazos?
– Sí, para ellos era bueno que sonara a campanazos
yo me creía que eran porretazos o algo (ríe)
, pero en mi casa desde que tengo uso de razón, siempre
he visto una guitarra en lo alto del sofá o de una
cama, he visto unos zapatos, mi madre bailaba, mi hermana
bailaba, mis tías cantan, he visto muchas fiestas,
de hecho tengo que dar gracias a la base que tuve desde muy
chiquito, porque mi padre tuvo un detalle muy bueno que es
educarme el oído, porque me ha puesto muchas cosas
de los cantaores antiguos, maestros como Chano Lobato, la
Niña de los Peines como a los grandes guitarristas
que les tocaban: Miguel Borrúll, Sabicas, Niño
Ricardo. Al poco tiempo empezó a ponerme música
clásica y ya me ponía Pat Metheny y yo ya flipaba,
yo tenía unos 14 o 15 años y me sorprendía
mucho escuchar todas esa cosas tan raras y luego con 14 añitos
en la peña del taranto de Almería le he tocado
a los grandes maestros a Chano Lobato, Rancapino, Gabriel
Moreno, he tenido esa oportunidad, esto quiere decir que desde
atrás sabía a lo que me quería dedicar,
porque me gustaba la guitarra y el cante. Yo sabía
que era un cantaor muy malo que no podía cantar nunca
porque no tengo la cualidad de la voz, pero si tengo la cualidad
de escuchar y siempre he dicho que lo más difícil
a parte de la música, es saber escuchar, si te sientas
y sabes escuchar es muy bonito entenderlo.
«cuando
llegue aquí llegué hambriento de aprender
muchas cosas, he cambiado mucho la forma de tocar mía
,
lo mismo que como persona»
Ya a partir de ahí me tome más en serio la
música, me lleve el premio Giraldillo de Sevilla, un
premio en Huelva, hice una gira por Italia, ya tocaba en solitario
hasta que me quise dedicar en serio y llegue a Madrid y conocí
a Javier Limón y nos planteamos la música en
serio. Me empezó a abrir el coco y he aprendido muchas
cosas de la vida, como por ejemplo que si quieres crecer como
músico tienes que crecer como persona, porque en mi
barrio me he criado en unas condiciones donde se ven las cosas
de otra manera, otro ambiente y cuando llegue aquí
llegué hambriento de aprender muchas cosas, he cambiado
mucho la forma de tocar mía, lo mismo que como persona.
Yo estando en mi tierra jamás me pude imaginar hacer
cosas con Lenny Kravitz o conocer al Gran Wyoming o a Fernando
Trueba y estar en su casa sentado participando de una conversación
cuando entran y salen actores en su casa, con Enrique Morente
irme a tocar a una exposición en Holanda de José
María Sicilia un pintor y tocar en una catedral muy
bonita allí, cosas que no me podía imaginar
ni cuando estaba escuchando al Niño Ricardo en mi casa.
Llegar aquí ha sido una formación, he crecido
como persona, por eso creo que en la música cuando
vas creciendo interiormente, todo eso te sirve para echarlo
fuera.
¿Te imaginabas que ibas
a fusionar tu guitarra con otras músicas como la árabe?
– Javier Limón y yo teníamos mucho miedo de
hacer la fusión con los árabes, porque lo ha
hecho mucha gente y no ha impactado muy bien, no es por la
horterada esta del flamenco fusión porque sí
y dimos muchas vueltas para que ellos tocaran como ellos tocan
y mientras que yo acompañara muy sutil, como si no
estuviera y cuando me toca mi parte, que ellos me acompañen
a mi como yo acompaño, no vamos a tocar y ya. Cuando
se grabó y vimos la estructura gozamos todo el mundo,
una anécdota de Aziz es que él puso todo lo
que tenía cantándolo con una cariño muy
especial y para mi es otro genio porque tiene una voz maravillosa,
la pena es que no pude hablar muy bien con él en español,
tenía una amiga mía que me traducía,
pero por la música nos entendíamos perfectamente.
«Si al
flamenco le pones ritmo, da igual que clase de ritmo o
sonido sea: de mesas, el suelo, siendo ritmo mientras
suene bonito da igual»
Tú eres de los que están
a favor de que otras músicas enriquecen al flamenco,
porque mucha gente está en contra de estas mezclas.
– Mi lema en la música es que mi guitarra sea libre,
que no tenga ataduras de nada. A mi me gusta mucho la música,
de todo tipo y todo tipo de ritmos, me gusta mucho el ritmo
hindú y creo que todo el ritmo viene de África
y si no tiene ritmo se le ve a 20 leguas y además esta
gente tiene el don del ritmo. Creo que si al flamenco le pones
ritmo, da igual que clase de ritmo o sonido sea: de mesas,
el suelo, siendo ritmo mientras suene bonito da igual, como
el sonido de la guitarra, da igual como le des, coloques la
mano, como pongas el dedo, si te suena, te suena, lo difícil
es que te suene personal, que hoy en día es muy difícil
tener una personalidad, porque hay muchos guitarristas que
tocan muy bien, yo me he fijado mucho en el maestro Paco de
Lucia.
¿Un referente de este disco
tuyo es uno de Paco de Lucia?
– Sí, porque me gusta mucho un disco que tiene Paco
que se llama «Solo quiero caminar» y esta basado
en la idea, el concepto, porque Paco no hizo ningún
tema libre, era todo ritmo y en este disco no hay ningún
tema libre todo es rítmico, no se parece nada a Paco
porque no me parezco a él, más quisiera, porque
Paco para mi es el ministro de la guitarra y este disco esta
enfocado a un sonido joven y buscando cosas nuevas, un disco
libre.
«Paco para
mi es el ministro de la guitarra y este disco esta enfocado
a un sonido joven y buscando cosas nuevas, un disco libre»
¿Tienes otros proyectos
en mente o con el disco ya tienes bastante?
– También estoy grabando el disco de Enrique Morente
donde hay grandes maestros metidos, gente muy buena que colabora.
Para mi es un orgullo poder compartir arte con cada uno de
los que hay en el disco y yo creo que a ver si salimos vivos
de milagro.
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