Entrevista: Pablo San Nicasio
Fotos: Isabel Camps
Sólo somos libres en el amor y en el arte
Todo en Mayte Martín es especial. Y, por supuesto, también las entrevistas. No está de “promo”, así que sin venir a cuento, o precisamente por eso, porque podríamos hablar de lo que quisiéramos, quedamos con María Teresa Martín Cadierno al día siguiente de su concierto en el “Fernán Gómez”. Y nos concedió la entrevista del año.
Que Mayte es todo corazón lo sabíamos. Pero nos sigue impresionando su idea de la vida y su concepto del flamenco. Su forma de proclamar la libertad y la honestidad en el arte. En el partido de los sentimientos nuestra candidata sigue siendo ella. Siempre caballo ganador por mayoría absoluta.
¿Qué tal ayer?
“Bueno… tuvimos problemas con el sonido, además llevaba el sueño cambiado y acabé agotada…”
Lo mismo te hemos despertado
“No, pero casi, llevaba poco tiempo levantada, ya lo tenía apuntado.”
¿Te gusta esto de las entrevistas?
“Me encantan, me parece que una entrevista es un buen espacio para decir lo que uno piensa. Así que a por ello.”
Ahora eres además muy “redsocial”, porque escribes tú, no sólo pones tu perfil. Eres la que contesta a la afición directamente, y eso se agradece.
“Yo también lo agradezco. Me quita tiempo, es así, pero me ha cambiado la vida. Piensa que es la única forma de contacto que yo tengo con la gente a la que le gusta lo que hago. Cuando yo salgo al escenario trato de romper a patadas la barrera con el público, porque es imprescindible, por lo menos para mí.
Esto me da la razón para estar ahí, porque ellos son la razón de que yo salga a tratar de ser yo misma ahí arriba, y me lo hacen saber. Es una historia de amor tal, que a muchos les da lo mismo lo que cante, boleros, flamenco o lo que sea. Ellos vienen a compartir el fondo de mi ser. Sí, totalmente, me ha cambiado esto de las redes sociales”.
¿Y antes?
“Eso lo tenía muy limitado cuando iba la gente al camerino. Ahora, sin embargo, es permanente, es otra cosa.”
Oye Mayte, tus apellidos ¿Qué origen tienen?
“Pues yo soy un potaje muy grande, la verdad. Soy hija de catalana, de malagueño, nieta de murciano, de asturiana…la rama de mi padre es andaluza, pero en la de mi madre había de todo. Cadierno es un apellido que no conozco en más gente, aparte de mi familia, claro.”
Lo decía por lo de los antecedentes, para ver quién había sido el culpable
“Yo creo que mi amor por el flamenco viene por mi amor por la música en general. Lo que sucede es que fue la primera música que me cautivó. La que me atrapó al principio fue el flamenco. Me hizo sentir, llorar, me despertó el deseo de cantar”
¿Quién cantaba?
“Marchena, Valderrama, la Niña de la Puebla. Flamenco de la línea operística, el mundo más lírico”.
Ellos han dado lugar a debates sobre si sí o si no…
“Yo no digo que no haya dos tipos de flamenco. Los hay y los ha habido siempre. Y están perfectamente diferenciados. Lo que es una torpeza es establecer una diferenciación de calidades. Eso es una sandez. El estilo o la forma de las cosas no tienen que ver con eso. Marchena era flamenco, y era flamenco Caracol. Cada uno en su historia. Lo mismo que Manuel Torre o Chacón.
Pero es que mira, en mis inicios, te digo, descubrí el flamenco por la vía de Valderrama, pero a mi me faltó algo, después de un tiempo me dí cuenta. Me encantaba pero faltaba…como decirlo…algo canalla, un poco de víscera…entonces busqué. Me ayudó mi hermano Paco, que me acompañaba a la guitarra por aquellos años. Él investigó conmigo y descubrimos a Agujetas, a Chocolate, a Caracol… es decir, lo que faltaba.
Aquello era la otra parte, pero tampoco era tan asilvestrado como pensaba, también había mucho refinamiento.
Sin embargo, ya más tarde aún, me encontré con la Niña de los Peines, y ahí descubrí que había alguien que lo abarcaba todo, bajo mi punto de oído, que lo hizo todo, aglutinó todo. Esa fue Pastora Pavón.”
“No deben importar los frutos. Importa el camino, y como te sientes contigo mismo. Los frutos vendrán después, pero primero planta y cuida el árbol, y ese árbol es tu verdad. Si no es tu verdad qué mas dan los frutos que dé ese árbol o lo grande y frondoso que sea”
¿Con qué edad la descubriste?
“Con diecinueve. Si la hubiera descubierto antes hubiera dado ese paso mucho antes. Fue una especie de enamoramiento, como cuando descubres que has conocido a esa persona con la cual te identificas. Ese “espejo” que tanto dicen las personas. En ella ví lo que yo consideraba el flamenco.
El flamenco es la elegancia en el fraseo, la víscera y saber que te puedes morir allí mismo”.
A ti se te nota eso, desde luego.
“Eso es importante. El trabajo y la experiencia ayudan a mejorar y a expresar mejor, pero ojo, lo esencial es ser libre. Si yo no me liberase en el escenario te aseguro que no me dedicaría a esto. No lo puedo concebir”.
Pues muchos artistas están presionados por las discográficas, por fechas, colaboraciones, ventas… a veces echan de menos la libertad total, o por lo menos se intuye así.
“Pues eso es una consecuencia del mundo donde estamos, pero no puede ser nuestra prioridad. Yo quisiera ser famosísima, estar en todos los sitios…etc. Pero no puede ser mi prioridad. Es amoral que haya artistas pensando en eso. No se puede llamar artista alguien que piense en esas cosas. El arte está hecho para ser libre, para que libere cosas que no puede hacer ni sentir en el día a día. Es la sublimación de los sentimientos ¿sabes?
Yo creo que solo hay dos cosas que te lleven a ese punto, el amor y el arte. Ellas son las que te liberan y te ponen delante lo que eres, sacan de ti lo que no sabías ni que existía.
Si estas coartado por algo, eso no puede ser. No puedes estar coartado porque lo que hagas no es comercial, o si vas a gustar, por inseguridades…eso no importa. No puedes salir al escenario así. No deben importar los frutos. Importa el camino, y como te sientes contigo mismo. Los frutos vendrán después, pero primero planta y cuida el árbol, y ese árbol es tu verdad. Si no es tu verdad qué mas dan los frutos que dé ese árbol o lo grande y frondoso que sea”.
“El artista más creativo del flamenco en muchísimas décadas fue Enrique Morente, pero su creación no partía de la nada, es que ese hombre conocía muchísimo el cante y cómo se hacía cada uno, era enciclopédico. Conocía la verdad del cante. Sin su conocimiento, esa creatividad por sí sola podría haber causado verdaderos desastres”
Tú empezaste ganando concursos y ese mundo es algo contradictorio con la idea de arte que tienes
“Es que es contranatura. Los concursos miden tus conocimientos del cante, tus capacidades vocales. Cuestiones técnicas. No conozco sin embargo ningún concurso donde se premie la capacidad de transmitir. Ya te dicen desde el principio cómo y cuándo tienes que cantar. Y te habla alguien que ha ganado concursos.
Tendríamos que asegurarnos de que los de un jurado, esos que están dispuestos a juzgar, están verdaderamente preparados para medir el arte. Hay gente entendidísima que es capaz de descubrir retazos de la malagueña de no se quién en la malagueña de no sé cuántos, pero es incapaz de sentir o captar otras sutilezas interpretativas mucho más importantes.
Yo me he tirado estudiando exhaustivamente muchos cantes, les he abierto las tripas y eso te da capacidades, cierto, pero tiene que haber más.
Mira, el artista más creativo del flamenco en muchísimas décadas fue Enrique Morente, pero su creación no partía de la nada, es que ese hombre conocía muchísimo el cante y cómo se hacía cada uno, era enciclopédico. Conocía la verdad del cante. Sin su conocimiento, esa creatividad por sí sola podría haber causado verdaderos desastres”.
La creación y la interpretación. Esa es la cuestión. A raíz de la muerte de Morente cunde la sensación de que ya no hay muchos creadores natos
“Yo creo que hay dos tipos de creadores. Y no quiero que parezca que siento cátedra, pero es que me he pasado mucho tiempo pensando esto…me fascina pensar, así que he llegado a estas conclusiones. Hay dos, lo que te decía, y espero saber definirlas. Una es la creación pura, absoluta, la que hizo Morente a partir de su tremendo conocimiento. Ahí se mezcló la creatividad con el conocimiento, todo en cantidades tremendas”.
¿Cómo Paco de Lucía en la guitarra?
“Yo personalmente no haría ese paralelismo entre Morente y Paco de Lucía. Yo creo que lo haría entre Morente y Riqueni. Esa locura inconsciente creo que les une mejor a ellos dos. Esa naturaleza creativa innata. Y siempre pensé que ambos tenían que ir juntos, es una pajarada mía pero lo tenía claro.
Volviendo a lo de antes, la vertiente absolutamente creadora y la otra, la que trabaja a partir de lo creado. Y a estos últimos no se les considera creadores. Una persona que agarra la malagueña de “El Canario”, le impone un color nuevo y crea sutilezas partiendo del respeto profundo, sin crear grandes cosas en tamaño pero sí en importancia.
Para apreciar a creadores de este segundo tipo se necesita una sensibilidad y un conocimiento grandiosos. Es muy fácil ver creatividad en algo que no existía antes, pero muy difícil notarlo en un cante que ha atravesado muchas épocas”.
Se te considera la “animadora del cotarro flamenco” catalán. Fuiste la primera en muchas cosas. ¿Cómo estaba el flamenco en tus inicios por allí?
“Bueno, sí, cronológicamente es así. Fui la primera. Había lugares donde ir, de hecho no me moví de Cataluña hasta que no bajé a la Unión al concurso”.
¿Tenías pensado ir?
“¡¡No!! ¡¡Qué va!! Estábamos en Cartagena de vacaciones y mi padre se enteró por el periódico. Y me dijo que por qué no me apuntaba, y yo…pues, papá, porque no conozco esos cantes. Pero bueno, fuimos a Cartagena y nos hicimos con unos discos de Pencho Cros, Encarnación Fernández…me los grabé en una cinta…me los escribí en papel pautado…”
¿Los cogiste al dictado? ¿Quién te había enseñado música?
“Pues por clases privadas examinándome en el conservatorio, con intermitencias.”
¿Y la guitarra igual?
“No, eso fue autodidacta total”.
Bueno, prosigamos
“Total, que me transcribo los cantes. Me hago el mapa del cante, los radiografío. A la vista y luego al oído, claro. Me hago el mapa de la cartagenera, de la minera, de la taranta…y estuve unos días sacándole el jugo y ya sabes…”.
¿En cuanto tiempo? No seas humilde…
“Es que no es tan importante, por que realmente para hacer un cante bien hace falta mucho tiempo. Muchos años. Y hay que dejarlos ir, y volver…yo, por ejemplo, me tiré muchísimos años sin cantar una siguiriya en público. Hasta que no me ví capacitada para hacerlo no lo hice. Y no tanto en lo técnico. En lo emocional. Hay que tener la humildad de saber que uno no tiene la capacidad de hacer algo y no se debe hacer.
Cada cante tiene una emoción, cada estilo lleva consigo un significado. Y hay cosas de cajón, está claro, pero hay que decirlo. No es igual una siguiriya que unas alegrías. Y hay que diferenciarlas y saber cuando podemos hacerlas. Y para cantar por siguiriya a lo mejor la vida no te ha jodido lo suficiente para que te salga bien.
Vuelvo a hablar del amor. Y los cantes son como las personas. A veces te encuentras las personas en determinados momentos y son más o menos oportunos.”
Cada cante tiene una emoción, cada estilo lleva consigo un significado. Y hay cosas de cajón, está claro, pero hay que decirlo. No es igual una siguiriya que unas alegrías. Y hay que diferenciarlas y saber cuando podemos hacerlas. Y para cantar por siguiriya a lo mejor la vida no te ha jodido lo suficiente para que te salga bien
Tenemos que hablar más del amor Mayte. Tus discos tienen mucho que ver con él
“Hombre totalmente. Vuelvo a lo mismo. El amor y el arte son las dos únicas cosas que te descubren las cosas que no conocías de ti”.
Alternas mucho con el flamenco, no sé si de forma calculada
“Cierto, mucha gente me lo dice. Pero no es calculado. Voy así y no sé por qué. La vida me lo ha puesto así. Voy haciendo lo que me apetece, lo que siento ¿sabes? Para saber si es una casualidad tendría que analizarme yo a mí misma. No lo he intentado nunca. Pero sí te digo que no es nada premeditado.
Hay una manía de que las ideas se tienen que convertir en algo. Y no, muchas se pueden quedar en eso y no dar lugar a nada. La idea es la génesis y en los primeros momentos nosotros no tenemos que hacer nada, o muy poco. Las ideas van creciendo y tenemos que estar atentos, unos meses, unos años… pero no podemos obligarlas a ser un disco, o un espectáculo o algo forzado. Porque además cambian y no somos dueños de nuestras ideas. Solo somos dueños de lo que hacemos con ellas.
Y, hablando como espectadora, otro gallo cantaría si las tratásemos así, a las ideas, y no se forzaran los proyectos. Tendrían otro peso, desde luego mucho más sincero y específico.
Si yo llevara a cabo todas las ideas que tengo necesitaría diez o doce vidas. Y es curioso porque a lo mejor hay gente que piensa que por tener un disco o un proyecto cada cinco o seis años, soy menos inquieta que uno que hace dos discos en un año, pero no es así. No sé cuántas ideas tienen los demás, pero yo te aseguro que tengo miles. Es un desquicie, y hay que esperar para que eso se convierta en algo.
No sé si creo en Dios o no, pero el Destino o lo que sea…pone las ideas en ti y hay que saber entenderlas. Hay que ser menos ansioso. Está todo el mundo muy ansioso Pablo”
“No somos dueños de nuestras ideas. Solo somos dueños de lo que hacemos con ellas”.
Ahí le has dado, en la época del Pilates, la Autoayuda…
“No sé. Si la gente, en vez de leer los libros de autoayuda, se dedicara a nada, a mirar al infinito y a ver qué siente y qué quiere… lo mismo no necesitaba esos libros. Todos tenemos un libro de autoayuda dentro y si no lo queremos leer no progresamos…en fin, dejo de hablar de filosofía.”.
Bueno, no del todo, por favor… ¿Cuándo dices que es el momento de hacer algo?
“No lo pienso. Lo siento. No puede ser nunca por necesidad económica. El arte es una necesidad vital, no económica, por Dios.”
“A lo mejor hay gente que piensa que por tener un disco o un proyecto cada cinco o seis años, soy menos inquieta que uno que hace dos discos en un año, pero no es así. No sé cuántas ideas tienen los demás, pero yo te aseguro que tengo miles. Es un desquicie, y hay que esperar para que eso se convierta en algo”
Imagino que eso costaría en los principios
“Pues sí, porque me hicieron ofertas a raíz de los concursos. Pero es que hay que tenerle respeto a la música. Y antes de “Muy Frágil” no tenía nivel para hacer un disco. Y así se lo dije a la gente cuando me lo propusieron. No es una cuestión de valentía, hay que ser honesto, respetuoso con la música.”
¿Y no sólo en el flamenco?
“Claro, en los boleros también practico esa política. No creo en otra.
Yo conocí a Tete Montoliú cuando tenía veinticinco años, más o menos. Cantando boleros en un club de jazz de Barcelona, con un amigo pianista. Unos años antes de grabar “Muy Fragil”.
Total que él fue allí a tomarse un whisky y salió al escenario y empezó a tocar conmigo. ¿Te sabes este tema? ¿Este otro? No nos dijimos ni hola. Después de esto me fui a mi casa dando gracias al Cielo… al cabo de unas semanas me llamó la dueña del local, buena amiga mía. Y me dijo que Tete me buscaba para hacer un disco.
Pensé unos días, y unas noches…y llamé a Tete, y le dije que aún no quería grabar boleros, porque antes tenía que grabar un disco flamenco. Y no quería confundir a la gente. Yo era cantaora y había empezado antes en el flamenco. No podía hacer algo que no me parecía ético.
Él me podía haber mandado a paseo pero lo entendió. Así que hicimos el disco pero lo guardamos en un cajón. Y respetó que no sacase nada de él hasta que no hubiese empezado mi carrera discográfica flamenca.
Y eso hicimos. Nos metimos en un estudio, concertamos unos temas, sus tonos, las velocidades…y nada más. Grabamos doce boleros.
Luego pasó el tiempo, yo grabé el “Frágil”, hice mi pequeñita gira y ya está. Volví a esa idea. Llamé a Tete y le dije que era el momento de sacar las grabaciones. Pero al escucharlas juntos comprendimos que ya no éramos aquellos…así que el disco fue sacado a partir de tres directos. Fue una cuestión de ética, como siempre.”
“La gente que está empezando tiene que entender que esto es como ser médico. Antes de tener el nivel de cobrar en un escenario tienen que pasar muchas cosas, y tienen y deben pasar. Es terrible el afán de ser estrella, porque te pierdes todo el aprendizaje y en algún momento tenemos que ser vírgenes, es necesario”
¿Qué opinión tenía Tete del flamenco?
“Él no quería oírme cantar flamenco. Decía que yo era la mejor cantante de boleros del mundo. Nunca quiso oírme.”
Lo que le pasa a los flamenco, vamos.
“Exacto, pero en la otra parte…”
¿Cómo está el flamenco en Cataluña? Muy bien ¿no?
“Sinceramente, no lo sé del todo. Pero bueno, estuve haciendo una programación de músicos noveles para El Molino, una cosa muy bonita. Una cosa que sustituyese un poco a la típica peña flamenca. Esto era un poco menos encorsetado. Más social. Quise que los jóvenes aprendiesen escuchando a otros, aunque no fueran profesionales, tuvieran un sitio para tocar, cantar…y ha sido super bonito. Hay gente con talento. Lo que sería muy importante es que además de cultivar la voz o la técnica, cultivaran la ética del arte.
En las nuevas generaciones, los de veinte años, ya ha pasado la fiebre de vamos vender más discos que nadie, afortunadamente. Y allí no cobraba nadie.
Cuando te dan dinero por hacer una cosa, eso te presiona. Eso te obliga a estar a un nivel que a lo mejor no es el tuyo. Quieres arrancarle el aplauso a alguien y eso no puede ser. La gente que está empezando tiene que entender que esto es como ser médico. Antes de tener el nivel de cobrar en un escenario tienen que pasar muchas cosas, y tienen y deben pasar. Es terrible el afán de ser estrella, porque te pierdes todo el aprendizaje y en algún momento tenemos que ser vírgenes, es necesario.”
Tu frase desvinculándote del yugo flamenco da a entender que ese mundo, no su música, el mundo, es pelín cerril…
“Sí lo es. Bueno, es que en el flamenco hay un sector de la afición que no es sensible a otras músicas. No le interesan y punto. Le parecen inferiores, menores. Y es mucha gente. Algunos vienen a ver a Mayte Martín, el Alcántara, dicen…bien Alcántara…guay…pero dicen que no, que a ellos no les gustan esas memeces…por decir algo.
Y no tienen ningún interés en tener esa sensibilidad. Les da igual.
¿No se cargaron a Valderrama por cantar “El Emigrante”? A él y a tantos otros…el mundo del flamenco es en ocasiones muy injusto. Para mí es maravilloso, es mi forma de expresión musical más importante porque es la que más tiempo lleva dentro de mí y la que más se ha desarrollado. Pero te aseguro que yo no he nacido solo para hacer esto”.
¿Te has equivocado de camino alguna vez?
“No lo sé, pero me da igual porque volvería a hacer las mismas cosas”.