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En pleno desarrollo del Festival Flamenco de Toulouse hablamos con su directora y principal mentora María Luisa Sotoca, nos cuenta su historia personal de cómo llegó al flamenco y sobre el origen y filosofía del veterano festival francés, que este año cumple su 16 edición.
Cuéntanos sobre el origen del Festival Flamenco de Toulouse.
El Festival Flamenco de Toulouse vio la luz en 2002 como una valiente apuesta que se ha ido enriqueciendo y ampliando en cada edición, en primavera.
Cuyo objetivo es defender el valor del arte flamenco como expresión fundamental de la cultura andaluza y española en todos los ámbitos y especialmente en el de las artes escénicas.
Cante, baile y toque conviven en él, complementándose con otras actividades como talleres, exposiciones, encuentros, charlas o películas.
En sólo quince años, el Festival Flamenco de Toulouse se ha convertido en unas de las citas culturales más importantes de la región Occitanie. El Festival Flamenco de Toulouse también posee una ampliación en otoño desde el año 2010.
Más que un simple acontecimiento musical, tiene como objetivo afirmar la identidad de la cultura española en la ciudad rosa, el festival es un testimonio de amistad entre la región de Occitanie y la diáspora de muchos españoles asentados en la ciudad desde hace casi un siglo.
Nuestro objetivo es desarrollar cada año el mejor festival posible. El Festival Flamenco de Toulouse cuenta desde el inicio a Parrilla de Jerez como padrino, y se unen a él cada año las instituciones locales, el Instituto Cervantes de Toulouse, los teatros municipales y nacionales, cines, expertos e intelectuales, escuelas de baile flamenco y sevillanas…
¿Cómo ha ido la primera semana del festival?
Muy bien la verdad, un éxito rotundo, con entradas agotadas para los recitales de cante de Laura Vital y el de guitarra flamenca de Manuel Valencia, y una sala al 95% llena para Sinergía con la Cía. de Manuel Liñán. Y dentro de las actividades paralelas, la presentación del documental “Sacromonte… los sabios de la tribu” con aforo lleno y un éxito total en el taller de baile con Manuel Liñán.
¿Qué grandes actuaciones recuerdas en el Festival ?
Hay unas cuantas: En el 2003, en la segunda edición, vino Paquera de Jerez, un día espectacular. Te podría contar la tarde que pase con ella por las calles de Toulouse y luego el concierto pero seria muy largo. Era muy amiga de Francisca, ella me quería mucho y nos veíamos mucho también por Jerez. El día del concierto estaba como en su casa, canto con muchas ganas, al final ya estaba en chanclas y cantado como si estuviera en su cocina. Y con una gran reciprocidad por parte del publico, algo muy fuerte, que se vive muy pocas veces en el flamenco.
En el 2004 fue con el ultimo de los mohicanos, Agujetas de Jerez, esa noche la que habría el telón fue Tomasa La Macanita. Una noche que, para mí, entró en la historia del cante flamenco. Lo vivido posteriormente con Agujetas fue toda una aventura. Esa noche, se paró el tiempo en el teatro, como suspendido. El publico salió llorando. Precisamente le tocaba el padrino del festival, mi amigo Parrilla de Jerez, el fue el que me presento a esas figuras tan grandes.
Otros espectáculos que fueron muy potentes, donde se siente que esta pasado algo grande, fue con Los Farrucos en el año 2008, o con Rocío Molina en el 2013, Estrella Morente en el 2014. Realmente podría escribirte un libro con todo lo que he vivido durante el festival.
¿Cuáles son los criterios en la programación de artistas? Imagino que estáis pendientes de lo que se hace en La Bienal, Festival de Jerez.
Desde su inicio, el festival ha contando con las máximas figuras del flamenco como el año pasado con La Niña Pastori, o en años anteriores: Estrella Morente, José Mercé, Miguel Poveda, La Paquera de Jerez…
A estas figuras, siempre intentamos sumar a los jóvenes valores del flamenco actual (David Carpio, Jesús Méndez, Gema Caballero, Antonio Molina “El Choro”, Daniel Casares, Sara Calero…) muchos de ellos presentando por primera vez en Francia sus primeros discos o sus nuevas creaciones.
Otro ejemplo mas cercano, en noviembre de este pasado 2016, dentro del marco de nuestra sesión de otoño, tuvimos al pianista Alfonso Aroca, que fuera premiado con el “Filón” en el Festival del Cante de las Minas de La Unión, un artista que descubrimos en la muestra Flamenco con Eñe organizada por la Fundación SGAE en mayo del año pasado.
Para esos artistas emergentes el Festival Flamenco de Toulouse también sirve de escaparate, sabiendo que el FFT es seguido por los demás actores culturales de festivales similares en Francia.
La ambición del FFT es de aportar una nueva manera de promover y difundir el Flamenco, buscando un equilibrio entre cante, baile y música, entre flamenco tradicional y propuestas mas vanguardista.
El convenio que tenemos con los centros municipales socioculturales de la ciudad, nos permiten de acercar el flamenco a todos los públicos practicando una política de taquilla muy atractiva. Un ejemplo las funciones con Alba Molina o con el dúo Rosario La Tremendita y Gema Caballero para los cuales los precios de entrada van de 3 a 9 Euros.
La programación es construida con mis “coup de cœur” pero también por los encuentros artísticos y humanos, algo que le doy una gran importancia.
Ciertamente, el momento de elegir, es muy difícil, si pudiera programaría a mas, hay tantos artistas maravillosos en España. Al final, lo que queremos es que todos los festivaleros vuelven a su casa maravillados, pensando en haber disfrutado de algo verdaderamente mágico. El programa tiene que ser variado para que todo el mundo pueda encontrar allí su cuenta y acercar cada vez mas el publico al flamenco.
¿Cómo llegaste al Flamenco, como te atrapó?
Nací en París en 1967, de padres españoles procedentes de la inmigración económica y de familia humilde. Desde su llegada, mis padres tuvieron empeño de integrarse en su país de acogida y de enseñarles a sus hijas y hijos los valores simples tales como el respeto, la apertura de mente y la tolerancia.
Como hijos de inmigrantes, es difícil de saber a cual cultura se pertenece, en Francia me llamaban «la española» y en España «la francesa». Así que me lo tomé como un valor, construyéndome alrededor de esta cultura doble, forjándome particularmente mi propia educación musical.
La música, así como el baile, entraron muy temprano en mi vida, crecí rodeada por la música y siempre tuve la copla y el flamenco a mi lado. Mis padres influyeron muchísimo sobre mí. Mi padre no era artista de profesión, si de corazón. El cantaba junto a su padre, -mi abuelo- en las tabernas. El arte en general siempre tuvo un sitio importante en nuestra familia. Un universo que siempre formó parte de mí. En la casa, teníamos un tocadiscos siempre funcionando. Mi padre fue intimo amigo de Antonio Molina y se escuchaba a Antonio, Marifé de Triana, Juanito Valderrama, La Paquera, Rafael Farina, etc. En Paris había una discoteca llamada “El Globo” donde venían a actuar los mas grandes de la época, como Lola Flores, yo iba siempre con mi padre. Así que la pasión que le tengo al flamenco la heredé de mi padre, un bonito regalo, ¿no?.
¿Se establecen buenas relaciones con los artistas y entre ellos?
Si, aunque muchas veces, los que llegan el día anterior no suelen quedarse a ver lo de esa noche, la mayoría quiere descansar para poder dar lo mejor el día que les toca actuar. Si es cierto, según me cuentan ellos, que se sienten como en casa, que en pocos festivales les dan tanto cariño. Yo no creo tratarlos mejor o peor que cualquier otra persona, los artistas necesitan sentir que se les quiere. En fin!
¿Cuál es la afición al Flamenco en Toulouse? Peñas, aficionados, … como es el público habitual.
Por una parte, están los fieles, el público que reservan su billetes nada mas abrir la taquilla. Vienen para “alimentarse de flamenco” me dicen algunos. Existe un entusiasmo que se confirma de un año para otro. Y es que Toulouse, tiene el alma latina, una ciudad que cultiva el sentido de la acogida, de la fiesta. La proximidad geográfica con España, la emigración política y económica de españoles hacia Toulouse, facilita el desarrollo de los intercambios entra las regiones de Pirineos, Cataluña, Aragón, todo esto contribuye y hace que Toulouse sea la ciudad más hispánica de las francesas.
A lo largo del año, además del festival tenéis también actividad flamenca.
Los dos tiempos fuertes son la sesión otoñal del festival flamenco de Toulouse y ahora en estos días la sesión de primavera. Aparte, también existen muchas escuelas de baile, pero no existen lugares flamencos como tal, como puede tener Sevilla o Madrid.