Entrevista a LAURA DE LOS ÁNGELES, pianista. Disco 'Callejón del agua'

Entrevista: Pablo San Nicasio
Fotos entrevista: Pablo San Nicasio

«Siempre me junto con músicos mejores que yo»

Quedamos, sin conocernos previamente, en la estación de Atocha. Mucha gente y dudas al principio por si el ajetreo nos desviaba del encuentro, pero distinguirla fue fácil. Auténtica belleza y luz del sur. Cosas que por estos pagos de la meseta siguen impresionando, qué les voy a decir.

Ella dice que está aquí para aprender, que no le importa ganar más o menos dinero, sólo quiere ser artista. Crear, vivir y estar en flamenca, rodeada de la filosofía y la gente a la que admira. Con eso, ya es feliz.

Laura Lepe de los Ángeles, “Laura de los Ángeles” (Sevilla, 22-9-1986) tiene muy claro que el artista que espera sentado en el sillón a que le llamen es porque tiene poco que decir. Su arrollador carácter e innato talento la han llevado a ser la primera mujer de la Historia en grabar su propia música flamenca para piano. “El Callejón del Agua” ya está circulando y, por la que se está formando en la organización de su presentación en Sevilla, parece que los flamencos saben que el futuro de la tecla flamenca pasa por sus dedos.

¿Qué fue antes, Laura de los Ángeles flamenca o Laura de los Ángeles pianista?
Es difícil saberlo. Posiblemente la flamenca, porque aunque en mi familia no había antecedentes de artistas profesionales, mi padre tocaba la guitarra de vez en cuando para algún cantaor. Y en Gines, el pueblo donde estuve viviendo muchos años, siempre estaba rodeada de gente muy flamenca. Por allí estaban Jesús Bola, Quique Paredes, Manuel Soler, Merche Macarena… y el relacionarte con ellos te tiene que marcar, forzosamente. El piano además siempre me gustaba y todo lo iba canalizando en él, aunque también en el cajón…”

¿Cómo, también percusionista?
Sí, he actuado como percusionista más de una vez y a veces en mis espectáculos acabo con un solo de cajón… Manuel Soler es clave en todo esto, y me fue metiendo también el gusanillo de la percusión. De hecho creo que es algo que influye en mi forma de tocar el piano. Es una música que se distingue fácilmente de la de otros pianistas porque tengo un concepto algo más enérgico, donde se nota más el compás, llevo a la tecla técnica del cajón…a veces incluso he usado el mismo piano con baquetas. Se trata de sacar el máximo de posibilidades al instrumento, pero sin confundirse”.

Tu formación es académica… pero poco
Yo hice mi grado elemental y dos años del grado medio en el conservatorio, pero realmente más allá de que la técnica y los conceptos musicales son imprescindibles, mucho más no podía hacer allí. La forma de tocar, el contenido de las obras que tocaba, la filosofía de un conservatorio… iban por caminos diferentes a lo que yo tenía en la cabeza y, bueno, me vino muy bien pero creo que tampoco podía seguir más. Y tanto desde el conservatorio como yo misma lo vimos claro. Me dijo mi maestra que me entendía perfectamente, pero que ella no me podía instruir en un concepto que respetaba pero que desconocía, me animó a seguir mi camino y así fue.”

Y te vas con tu vecino Jesús Bola
Sí, el que quizá más me impulsó a grabar mi música. Éramos vecinos de Gines, aunque yo soy del barrio de la Alameda, en Sevilla, como Caracol.
Jesús me dijo que cogiese lo que tuviera y que al estudio. Y con quince años grabé las bulerías “Callejón del Agua”. Están dedicadas a una callecita del barrio de Santa Cruz, que me encanta. A raíz de aquello me puse a hacer más cosas hasta conseguir todos los temas del disco, que lleva el nombre en recuerdo de aquel primer tema. Todos míos menos uno, que es de Nando Juglar, un pedazo de artista extremeño, el productor ejecutivo del disco.
Es un álbum que presentaré a final de año en Sevilla y que me ha dado muchas alegrías. Es muy íntimo, creo que en un rollo diferente a lo que vendrá después, donde quiero más colaboraciones, ahora que ya se me va conociendo”.

“Tanto desde el conservatorio como yo misma lo vimos claro. Me dijo mi maestra que me entendía perfectamente, pero que ella no me podía instruir en un concepto que respetaba pero que desconocía, me animó a seguir mi camino y así fue.”

Sí, porque a pesar de tus añitos ya te conocen muchos pesos pesados.
Y a veces por casualidad. Hubo un tiempo en que en el AVE de Córdoba a Sevilla coincidíamos el maestro Manolo Franco y yo. Y de ese contacto me sugirió la posibilidad de trabajar con él y Calixto Sánchez. Figúrate. Luego salió la amistad con Antonio Carrión…son gente mejor que yo, con más tablas, más conocimiento…y son ellos con los que quiero trabajar. Yo en mi lugar,  respetándolos a todos y aprendiendo, siendo yo misma y aportando todo lo que pueda, pero esos músicos tienen que ser mejores que tú para que intentes superarte, si no te quedas en nada.”

Paco Ortega también te echó el ojo y no lo quita.
Es otra de las personas a las que le debo mucho. Está confiando mucho en mí y es uno de los que está encargándose de todo para que, por ejemplo, en mis próximas presentaciones y actuaciones en Madrid, la cosa funcione.”

A los jóvenes de ahora se os acusa de mirar poco atrás, pero los pianistas tampoco es que tengáis mucho donde coger. Cincuenta años para acá y para de contar ¿no?
Pues sí y no. A ver, no sé que harán otros, pero a mí me gusta mucho mirar a los antiguos, no porque desprecie a los actuales, si no porque es que a los flamencos que están vivos uno los puede ver cuando quiera.

Sin embargo, por ejemplo en toque: ya no se puede ir a ver a Montoya, a Ricardo, a “Sabicas”…y son guitarristas en los que yo me fijo continuamente. Me encantan. Y en el cante, pues la “Niña de los Peines”, Talega… son artistas de los que uno tiene que buscar continuamente discos aquí y allá y luego ve que eran increíbles. Por mi parte siempre mirar atrás, constantemente. Además, si uno quiere hacer una zambra, por ejemplo, y coge los trabajos actuales y los compara con los antiguos, ve que no es lo mismo, es un concepto evolucionado, casi cambiado. Es mucho más acertado y auténtico mirar el patrón inicial y a partir de ahí trabajar en tu propia línea, más que partir de las modificaciones, ojo, bonitas, que hacemos los de ahora.

Y en lo del piano, ahí sí…la verdad es que salvo Pepe Romero, Campuzano y Arturo Pavón…poco. Hombre, sabemos lo que hizo Falla y su generación, pero lo que tenemos disponible para escuchar está en muy mal estado. De Arturo hay cosas, aunque él tuvo una faceta más acompañante. Yo veo a Pepe Romero como el verdadero concertista, el que nos abrió el paso a los concertistas actuales.

Y David Peña “Dorantes”, Pedro Ricardo Miño, Diego Amador…cada uno en su estilo, son los que más nos sirven de espejo a los jóvenes como yo.”

¿Cómo son?
“Pedro Ricardo Miño es flamenco, el que más, aunque también se le nota mucho su formación clásica en esas escalas…David es muy contemporáneo y Diego Amador es bluesero y rockero, algo que le viene de familia.”

“Si uno quiere hacer una zambra, por ejemplo, y coge los trabajos actuales y los compara con los antiguos, ve que no es lo mismo, es un concepto evolucionado, casi cambiado. Es mucho más acertado y auténtico mirar el patrón inicial y a partir de ahí trabajar en tu propia línea”

¿Cómo se lleva eso de ser mujer pianista en el flamenco?
Bien. Lo llevo bien. A veces, cuando llegaba a los sitios para tocar, todos suponían que yo era la cantaora o la bailaora, que tengo más “pinta” de eso. Pero con los años ya me van conociendo y saben que soy pianista. Lo de ser mujer en un país y un mundo tan tradicionalmente machistas como estos pues…bueno, bien. Yo por lo menos no me puedo quejar. Si acaso, a veces te viene bien porque te permiten más licencias, digamos que al principio por ser mujer y ser la novedad parece como que te toleran más. Pero eso tiene su lado opuesto, que es que cuando vas abriéndote camino y vas demostrando trabajo y calidad algunos son más recelosos. Esos que antes te lo consentían todo.

Los tiempos han cambiado y mira, hace un momento he venido en el tren con un montón de flamencos, todos hombres. Hace cincuenta años me ven a mí con ellos y seguro que se piensa que soy lo que no es, ahora la cosa va cambiando.
Pero más allá de esos detalles y teniendo una el camino claro…”

¿Eras consciente que estabas siendo la primera, era una meta?
No, para nada. Sé que se habían grabado obras de autores clásicos por alguna mujer, como la pianista sevillana Myriam Méndez. Pero tampoco imaginaba que era la primera mujer que tenía un disco de piano flamenco con su música. Es algo de lo que me iba enterando cuando estaba en conferencias, o presentaban mis actuaciones. Lo repetían tanto que dije…pues a ver si va a ser verdad…y sí, lo es. Es algo precioso y que pesa también”.

Estás ahora en Madrid para ver a tu amigo y admirado David Peña “Dorantes”. ¿Tenéis en mente algo juntos?
Bueno, él está con su proyecto “Convivencias”, me llamó para hablar y, quién sabe. David es uno de esos artistas con los que una siempre sueña poder tocar y crear cosas. Realmente somos pianistas diferentes. Él tiene una estética más contemporánea, con influencias de Debussy, Bartok… yo soy de otra manera, quizá algo más acompasada a lo añejo, no sé, de todos modos rollos muy complementarios entre sí.”

“Más que impresionar por la puesta en escena, lo que trato es de transmitir. Recitales de ocho mil horas no llevan a ninguna parte. En los míos de una hora y cuarto u hora y media tiene que haber transmisión, que al público se le haga corto, que no desconecten”

Hay vídeos tuyos de conciertos circulado por ahí en los que impresionas por la puesta en escena.
Creo que te refieres a una actuación mía en Paterna del Campo, en Huelva. Sí, es uno de los tres formatos que puedo llevar.

Por un lado tengo el formato más sobrio, quizá el más flamenco con dos palmeros y cajón. El segundo añade coros y bajo, y el tercero flauta, violonchelo… todo lo que se ve ahí.

Más que impresionar por la puesta en escena, lo que trato es de transmitir. Recitales de ocho mil horas no llevan a ninguna parte. En los míos de una hora y cuarto u hora y media tiene que haber transmisión, que al público se le haga corto, que no desconecten”.

Tienes una faceta de conferenciante también.
Sí. Es que a mí no sólo me interesa tocar y mostrar música de una manera práctica. Creo que también se puede aportar a la gente reflexiones o información de lo que uno ve en su vida artística, de lo que uno piensa o de lo que uno siente como mujer. Y eso lo hice, por ejemplo,  hace poco en la Universidad de Osuna o en otra charla que dí sobre la mujer en el flamenco. No soy conferenciante, desde luego, pero si puedo aportar algo aunque no sea sobre el escenario, lo haré y no me cortaré”

Tu futuro pasa por Sevilla y por Madrid, vaya dos plazas ¿no?
Sí, pero sin agobios. Y no sólo por ahí. Tengo mucha responsabilidad con la presentación de mi disco en Sevilla y con las actuaciones en el Teatro Español, sin duda, pero me lo tomo con alegría.

Es una satisfacción saber que los medios andaluces ya se están interesando en la presentación de “Callejón del Agua”, que pasarán por allí Antonio Carrión, Estrella, Arcángel, El Polaco, El Chozas…gente con la que tengo previsto trabajar en el siguiente disco…

El futuro pasa también por intentar meter la cabeza en la próxima Bienal. Hombre, si me han puesto en la Suma Flamenca de aquí de Madrid, sería bonito entrar también en el festival de mi tierra…
Trabajar con Antonio Carrión, con Laura Vital, con El Polaco…”

El matrimonio ha sido una pega para muchas flamencas.
Lo sé, pero no me parece acertado renunciar a la carrera artística por el matrimonio o la maternidad. Eran otros tiempos, claro. Yo me casé en mayo y sigo teniendo mi vida. Además, precisamente me he casado ahora, tan joven, para disfrutar del matrimonio, que cuando vengan los hijos, que vendrán en su momento, la cosa suele cambiar un poco. Pero no dejaré de tocar el piano ni dedicarme a esto. El matrimonio y los hijos pueden hacer que toque menos conciertos, pero no que deje de tocar y, repito, eso sería dentro de mucho tiempo”.

¿Algo más?
Dime donde está el teatro y Dorantes que me voy andando, me gusta caminar y ver Mundo, y esta maleta no pesa nada…”


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