Entrevista por: Pablo San Nicasio Ramos
Fotos: Amancio Guillén
«Con poder hacer mi música me basta para ser feliz»
Es de los pocos guitarristas a los que nadie duda en meter en las “quinielas” de los que siempre aportan algo. De esos a los que, cuando sacan disco nuevo, hay que llamar urgentemente para que hablen y digan algo, lo que sea. Es necesario “alimentar” a sus legiones de seguidores, que les piden como agua de mayo soluciones para seguir avanzando en esto del toque.
Juan Manuel Cañizares vuelve a la palestra con “Cuerdas del Alma”, retorno al flamenco después de un coqueteo más que exitoso con Albéniz. Reencuentro con los picados inverosímiles y el compás extremo, pero poniendo por delante el concepto al escaparate. Aquí nada es circo, aunque en todo momento se escucha mucha magia.
Entrevista por: Pablo San Nicasio Ramos Fotos: Amancio Guillén
¿Cómo acabaste de tu experiencia clásica? “Aprendí mucho, con un poso de satisfacción grande. Me premiaron y además me resultó edificante personalmente. Fueron tres años de mucho trabajo, fíjate la labor que era versionar para guitarra todo aquello. Mucha tela. De todos modos no creo que mi contacto con esos compositores se haya cerrado. Seguramente sigan ahí para el futuro porque se aprende mucho de ellos y engrandecen nuestra cultura.”
Sí, pero este disco parecía casi retorno obligado “Siempre el flamenco es algo que ha convivido conmigo, desde el principio de mi relación con la guitarra, que ya va para cuarenta años. Me quedan dos para cumplirlos…uffff. Yo soy de Sabadell pero mi familia era de Málaga y mi entorno catalán ha sido siempre flamenco, con lo cual este disco era algo lógico y natural. Este y todos los que haga mirando al flamenco. Siempre quedan esos inicios acompañando por todos aquellos lugares de Cataluña”.
Esa relación con los cantaores y bailaores como acompañante no se ha conocido mucho de ti. Siempre se te ha visto de concertista. “Pues me pegué muchos años y muchas horas al día acompañando cante y baile en tablaos. Mi padre cantando en casa ya me ponía las pilas, con todas esas cintas, con los vecinos, en las peñas, aquello era una pequeña Andalucía en el norte y mira…no sólo yo…lo que ha salido de allí, nombres de sobra conocidos por todos”.
Es un disco complejo en lo guitarrístico pero sencillo de medios a tu alrededor “Sí, es un trabajo con pocos elementos. Para hacer un disco tradicional de guitarra no hacen falta más cosas. Me he querido fijar en los conceptos de los discos de guitarra y los formatos que se manejaban en los setenta. Y ahora, pues no sólo he querido ver falsetas, he buscado un concepto global. Era un disco con muchos temas, inicialmente, pero tras pasar una criba, se queda en los nueve que ves. La de esta vez era una criba de ética musical flamenca. Por eso han quedado cosas aparcadas, sobre todo las que no sonaban flamencas, que era mi meta”.
Pero hay un vals y todo “Ya, y esa es quizá la pieza menos flamenca. Aunque tiene una parte más andaluza, donde busco otra sonoridad, quizá más experimentalista. La balada dedicada a mi mujer va también por esos derroteros, son excepciones.”
Hay títulos sugerentes “Añorando el Presente” “Es que hay veces que uno toca y no se para a pensar lo que hace en ese momento. Al tocar esta pieza me pasó algunas veces. Y no digo que se me fuera el santo al cielo, simplemente es que quería pensar en mi realidad, en lo que sucedía en ese momento. Siempre he pensado que lo mejor es dejarse llevar, no analizar todo, eso sería ir “contra natura”. Pero tocando esto me pasaba de la raya… Con los años me he dado cuenta que una buena performance es el resultado de una fórmula más o menos así: potencial menos interferencia. Es decir: hacer todo lo que puedes quitando esas prescripciones que analizan los pasajes difíciles, el sonido aquí o allá…tanto análisis elimina mucha materia sentimental básica. Creo que todo lo que sea entorpecer lo que tu cuerpo y tus manos hacen…como que no”
“Con los años me he dado cuenta que una buena performance es el resultado de una fórmula más o menos así: potencial menos interferencia”
Pues mira que es difícil tocar como tocas en el disco. Me parece que es algo destacable porque, aunque uno no supiese de guitarra, lo detectaría. Hay pasajes brutales. “No he querido poner ningún plus de dificultad. Me sale así y ya está. No pienso en la guitarra cuando compongo o toco. Pienso en la idea. Tengo el concepto y voy a por él. Si tengo que estar en el traste X pues me tiro ahí un rato porque la idea lo pide, no porque luego se pueda hacer más fácil o más difícil”.
¿Has pensado en la vejez del guitarrista? Lo digo por mantenerte a este nivel. “No, no he pensado, pero no hay misterio. Se estudia todo lo que se pueda y ya está. Hasta donde podamos. Y los problemas muchas veces no llegan con los años, a veces te limas las uñas mal y eres jovencísimo, estas en tu mejor momento y no das las notas porque te has dejado las uñas demasiado cortas… y pareces viejo no, lo siguiente”.
Las tuyas sufrirán “En los rasgueos sobre todo, en los picados meto menos uña de lo que podría pensarse, no es para tanto”.
Abres con “Cuerdas del Alma” “Es una rumba que trata de evocar los acontecimientos que nos suceden y que hacen sonar las cuerdas que lleva uno dentro. A veces un suceso agradable te pilla en mal momento, otras veces estás bien y te suceden cosas desagradables que activan otra mentalidad en tí. Las cuerdas de nuestra alma son las que responden a los estímulos de fuera. Dos partes, A y B, sencilla y templada, como el momento vital en el que me encontraba en ese momento. Sin ninguna pretensión “radiable”. Mi idea era tocar eso y dejarlo ahí”.
A mí la bulería me parece que es Jerez puro, con el mismo Capullo cantando en tu guitarra “También era mi idea. Volver a las raíces, a los referentes. A lo que nos debemos todos. El flamenco tiene fama de juerga y libertad anárquica, y creo que no es así. Comulgo con Unamuno cuando decía que la libertad no son las hojas, el follaje que crece libremente. La libertad es la raíz, lo que nos ata en el buen sentido y nos hace tener un carácter propio. Las bulerías pueden ser creativas a más no poder sin dejar de parecer bulerías, y eso es lo que yo buscaba.”
“Comulgo con Unamuno cuando decía que la libertad no son las hojas, el follaje que crece libremente. La libertad es la raíz, lo que nos ata en el buen sentido y nos hace tener un carácter propio”
Los últimos conciertos los has abierto con el último tema del disco, el del título… “En efecto, es lo que te decía, quería que el disco fuera un concepto. Y el álbum se abre con la rumba, que empieza en la menor y acaba con esta fantasía también en la menor. Lo de los conciertos cambia un poco pero sí, básicamente es esa misma filosofía”.
El vals no tiene mucho que ver con aquel que ideó Niño Miguel “No, es otra cosa. Aquello fue maravilloso y esto es más música andaluza en general, ni siquiera flamenco puro. Qué bueno fue aquello de Niño Miguel…”
¿Te tentó la idea de poner cante? “No, porque es algo que no venía a cuento en este disco. Quizá en el futuro meta cante en algún trabajo. Aquí desde luego no entraba en ningún sitio. Supongo que habrá quien lo eche en falta pero creo que no era pertinente en este momento, y tampoco es tan grave.”
Y también algo de Albéniz en algunos temas ¿no? en la forma de tocar los bordones, queda algo de aquello de Iberia “Sí, es cierto. Es que como decía un amigo, “cuando llueve siempre te mojas”, si tienes chubasquero al final acabas pisando un charco, y claro que queda algo de Albéniz en mi guitarra, por supuesto”.
¿Cuesta quitarse el sambenito de “segundo de Paco de Lucía”? A Tomatito ni le llamaban cuando Camarón desapareció, todo el mundo asimiló que eran inseparables. “Entiendo lo que quieres decir, pero a la larga compensa. Además yo soy de los que creen en el trabajo personal. Y cada uno tiene que demostrar lo que vale. Además, estar con Paco de Lucía siempre ayuda y te da a conocer. Da responsabilidad, pero de la que te hace mejorar. Este es un mundo donde la honestidad creativa prima y ahí está la trayectoria de Tomatito y la de todos aquellos que han trabajado un poco a la sombra de grandes figuras. Él se demostró y demostró al Mundo que, además de acompañar al mejor, podía tocar solo a un gran nivel. Ahora bien, con esto digo que esa ayuda de escaparate que tuvimos en esa época no sirve tanto en el día a día, porque no te van a llamar a casa por la cara y decirte lo bueno que eres, esto es cuestión de mucho trabajo y constancia”.
Pues como no te llamen a ti… “Fíjate si es importante la constancia. Y saber reconocer los puntos fuertes de uno mismo, las carencias… y que la inspiración te pille trabajando. No, aquí nadie te dice lo bueno que eres, te llama y te pone la alfombra”.
Y eres también, como Paco de Lucía, de los que te pegas buenas palizas con las giras, y con lo que te exiges a nivel de guitarra no sé como acabará el cuerpo “Sí, hace tres días estuve en Portugal y al día siguiente toqué en Vic, imagínate. Dos horas de sueño. Nada… la adrenalina es al final la que te pone ahí”.
¿Y a dónde quieres que te lleve la adrenalina del futuro? “A poder seguir haciendo mi música, eso es lo primordial. Con eso me basta para ser feliz”.