El nombre de cantautor no
es muy usual dentro del panorama del arte flamenco,
pero es el apelativo que mejor designa y más
le gusta a José Soto Sorderita. El se lo guisa
y él se lo come: canta, compone, toca la guitarra…
Este jerezano, ha escrito una página destacable
dentro del denominado flamenco joven, eso sí,
partiendo de una importante base, la de sus raíces,
ya que procede de una gran dinastía de artistas,
encabezada por su padre Manuel Soto, Sordera de Jerez,
que recientemente dejó de estar entre nosotros.
Justo está conversación aconteció
pocos días antes de su homenaje en Alcalá
de Henares, por el que Sorderita se sentía
muy agradecido.
En el amplio historial de
José Soto hay indudablemente un hecho que marca
su carrera, ser uno de los fundadores del grupo Ketama,
pionero del flamenco más fresco y actual. En
1992 decidió iniciar su carrera en solitario.
Sin la popularidad de su antiguo grupo ha continuado
con su afán de innovación, pero siempre
sin olvidar sus esencias flamencas, lo que se vuelve
a reflejar en su reciente cuarto disco «Siete
Ríos Celestes», en el que continua fiel
a su estilo, pero siempre abierto a las ideas de otros
músicos, incluidos los de las nuevas generaciones,
y en este trabajo ha contado con numerosos colaboradores
como Paquete o Niño Josele, hasta su hijo José,
ha compuesto algunos temas.
¿Qué
nos ofreces en este nuevo disco?
«De mis cuatro discos,
es en el que más colaboraciones ha habido,
incluso a la hora de la producción, que normalmente
me he encargado yo. En este disco admito puntos de
vista de mucha gente, hay que ir con los tiempos.
Mi idea era hacer un disco más abierto, abarcar
un poquito más y ahí esta reflejado»
¿Pero
siempre en tu estilo?
«Mi estilo sigue por
mi forma de cantar, porque uno siempre la lleva a
su terreno, la personalizas tú. Va en la línea
mía con diferentes arreglos. Es muy variado
hay un tema que es como un cha, cha, cha y sin embargo
el cante recuerda a una zambra de Caracol, es el segundo
singel «Agua del limonero», el primero «La
Montaña» puede ser una balada y unos tangos,
la gente lo puede identificar así, porque encaja»
¿Por
qué Siete Ríos Celestes?
«Celeste es mi hija y es mi color
preferido por eso la llamé así. En cuanto
a Siete Ríos, siete es mi número de
la suerte y son siete mil millones de cosas las que
quiero decir en el disco y me pareció sugerente»
l
¿Tu
hijo José, también ha compuesto algunos
temas de este disco, sigue tu estela?
«Sí, él
hace temas, temas buenos. Trabaja con José
El Francés, es percusionista. Ha habido cosas
que hemos hecho a medias y yo las he retocado»
¿Por qué
tanto tiempo sin sacar disco?
«Sí, fue en
el 97 con el disco de «Mi Niña Celeste»,
cuando ella nació, pero tampoco me apetecía,
no soy partidario de sacar un disco al año.
Tenía que ser una cosa que saliera. Yo estaba
en Nuevos Medios, un sello discográfico que
es como mi casa, con Mario Pacheco, que tiene tres
cuartas partes de mi obra y tampoco me apetecía
grabar. Raúl López de Sony me lo ofreció
y me motivó, no había una causa especial,
porque gracias a Dios yo he seguido trabajando y he
dado temitas y económicamente me he ido manteniendo
y no lo he echado de menos, ahora hemos visto el momento
y he echao pa´lante a ver que pasa»
¿En que ha cambiado
el Sorderita de Ketama, al de este último disco?
«No es que haya cambiado,
mi forma de ver la música va girando y pienso
que el Sorderita de 40 años no es el mismo
que el de 20. Lo mismo retomo temas de cuando era
chiquitito un fandango, una zambra, una bulería,
que son más ortodoxos, que hago una salsa,
un tema funky. Diferencias no veo, sino que el artista
se mueve en su círculo y va con los tiempos»
¿Te consideras pionero
de este nuevo flamenco?
«No me lo digo yo
solo, eso con el tiempo lo han puesto ahí,
me han puesto esa etiqueta. Por edad y por generación
cuando fundé Ketama y se fundó Pata
Negra, fuimos la generación de los cuarenta,
fuimos grupos que abrimos puertas, dimos otro aire
al flamenco, fuimos propulsores»
¿Cómo ves
el panorama actual?
«Sí se están
haciendo muchas cosas y eso es lo bueno. El flamenco
está en el mejor momento que hemos podido tener,
hasta el extremo de que se ha roto la barrera de vender
discos. En este país antes era impensable que
un cantaor pudiera vender 300.000 copias, ni Camarón
en su época, el pobrecico lo hizo. Por eso
es bueno hacer muchas cosas, luego perdurarán
las buenas, las de más calidad, las que tengan
que estar ahí por ley»
¿Ahí entra
el tener mucho conocimiento de este arte, como tu,
fundamentalmente por tus raíces familiares?
«Yo a la hora de ponerme
a componer, de hacer innovaciones, está claro
que parto de una base, si no conoces, no puedes aportar
nada. Se nota el que compone si sabe y además
si viene de una familia como la mía cantaora,
todo eso me ha valido y encima a mí me ha gustado
y a la hora de aportar algo pienso que tiene más
sentido lo que yo hago, que lo que haga otra persona
que no ha escuchado flamenco»
¿Además siempre
has estado muy reconocido por tus colegas?
«La suerte es que yo
trabajo según el corazón y así
lo perciben ellos, que son los que te dan la moral
y las ganas, cuando te mencionan, te estimula, te
ayuda a seguir adelante, por lógica quienes
más pueden saber son los propios profesionales»
¿Tu que ya has hecho
tantas cosas, té queda alguna asignatura pendiente?
«Mucho, no me ha dado
tiempo a hacer todo lo que he querido, lo próximo
es continuar con lo de musicar literatura, que ya
lo hice, pero de una manera ortodoxa, con mi hermano
Vicente y mi reto es adaptarlo a una manera más
vanguardista, menos rígida y esa es una idea
que tengo para el futuro»
Hablando de otro disco
¿Se va a editar uno de la grabación
del homenaje a tu padre del 18 de septiembre?
«Si, lo va a hacer
Virgin, un disco en directo del concierto y quizás
el disco más bonito en el que yo haya participado»
¿Ya se hizo un disco
homenaje a tu padre?
«Sí, hicimos
«La Casa de los Sordera», mis hermanos,
nuestros hijos, nos reunimos todos y eso para él
fue en vida una de sus mayores satisfacciones, de
las ultimas que le han dado. Ver allí a todos
sus hijos, hermanos, nietos, un trabajo precioso y
de este la pena es que no este ahí, pero bueno
el seguro que lo oirá desde arriba».
