La Moneta: Si puedes estar 24 horas con zapatos puestos, pues 24 horas.
Entrevista realizada por Petra Dokládalová con motivo del Festival Flamenco online #FlamencoDeSofá en el que Fuensanta «La Moneta» presenta su espectáculo ‘Muy especial’ (acceso libre durante la semana del 2 de julio al 8 de julio 2020 en https://flamencodesofa.com).
¿Qué tal llevaste el confinamiento?
Reflexionando mucho sobre la situación que nos estaba tocando vivir. Sintiendo el peso de la responsabilidad respecto a cómo tenía que actuar porque todo era nuevo y teníamos que protegernos de algo que no conocíamos, lo que provocaba en mí la incertidumbre de no saber hasta cuándo iba a durar la situación ni de qué manera iba a afectar mi futuro profesional y la normalidad de nuestras vidas. Todas estas sensaciones se mezclaron con la satisfacción de estar en mi casa junto a mi familia, dedicándoles todo mi tiempo y haciendo infinidad de actividades juntos, lo cual nos ha hecho muy felices y nos ha unido más aún.
¿Cómo es la situación en Granada?
Bueno, parece que con esta amenaza del Covid se ha creado en el centro del flamenco más coinciencia; como artistas y como seres humanos. Entonces, se ha reflexionado sobre cómo se estaba trabajando, y esto ha hecho que todos estamos en casa y tenemos que dejar de trabajar. Nuestra normalidad se ha visto amenazada, ha hecho que los artistas se relacionen, se unan, y de hecho se ha creado un grupo de artistas que han empezado a luchar por los derechos y deberes de los trabajadores. Todos estábamos trabajando mucho porque en Granada hay mucho turismo y mucha afición al flamenco, se demanda mucho el flamenco de aquí, y ahora se ha creado una consciencia sobre las condiciones. Nos hemos dado cuenta de que había que mejorar determinados conceptos, y ha pasado algo histórico: Los artistas se han dado las manos, se han unido, caminando todos en la misma dirección. Así que ahora el flamenco ha empezado un poquito a activarse y estamos empezando a trabajar. Y los festivales, los que son al aire libre, han seguido adelante, como el festival de Música y Danza, y Lorca y Granada, que sí se van a seguir haciendo. Pero la situación es como de precaución, con muchas ganas de volver a retomarlo todo, pero a un pasito lento. Con ganas de activarnos otra vez y de qué el flamenco vuelva a estar en su auge, pero ya con consciencia como artistas y con determinadas reflexiones que antes no nos hacíamos porque la situación era buena para todos. Ahora que ya no es tan buena por culpa del Covid, ya reflexionamos más sobre lo que ha pasado y sobre la situación que tenemos
¿Y los tablaos permanecen cerrados?
Ya han abierto ahora a principio de julio hace días. Están intentando retomar la actividad. Me consta que había días buenos que había público pero nada que ver con el julio del año pasado. Se ve algún turista, pero no es como el año pasado por ejemplo. No hay una afluencia grande de turismo.
¿De qué manera llegó el flamenco a tu vida?
Me puse mis primeros zapatos de bailar 8 años. Pero antes de ponerme los zapatos y tener el contacto con el flamenco y bailar, ya lo había conocido. En mi casa siempre se ha escuchado mucha música. Hay mucha afición a la música en general. Recuerdo mi casa siempre con la música al fondo en mi infancia. Coexistían muchos estilos musicales entre ellos estaba el flamenco. No es que mis padres fueran unos aficionados al flamenco y unos grandes entendidos que tuvieran una enciclopedia del flamenco, pero sí había discos. Yo recuerdo los discos de Camarón, de Caracol, de Mairena, La Perla de Cádiz, esos eran mi referencia en mi infancia en mi seno familiar. Y luego las referencias que he tenido, yo recuerdo estar comiendo con mis padres en la mesa, no sé si tendría unos 5 o 6 años, y en la tele salió una imagen de Carmen Amaya bailando sobre un pandero con un pantalón y una camisa de lunares de manga ancha. Estaba rodeada de guitarristas. Después de verlo dije: yo quiero hacer eso. En ese momento quería ponerme unos zapatos. El flamenco entró en mi vida de dos formas. Primero de una forma natural escuchando el flamenco junto con otros géneros musicales, y segundo a través de un impacto, como le pasa a tanta gente que se aficiona al flamenco porque de pronto ve o escucha algo que le hace temblar. El flamenco tiene ese poder. Desde entonces recuerdo expresarme cantando y bailando. Con 8 años me puse mis primeros zapatos del flamenco y lo tenía muy claro que lo que quería bailar era el flamenco. Aunque mis padres no eran aficionados al flamenco, en mi familia no se dedicaban al flamenco, no tenía ese referente de ser hija de… o pertenecer a una familia de artistas, pero me apoyaron desde el primer momento, vieron que era mi pasión, y me acompañaron siempre, y siguieron mi proceso de formación conmigo. Me ayudaron mucho, tuve mucha suerte en este sentido.
¿En qué momento decidiste empezar a vivir del baile flamenco?
No fue algo así como decir: Voy a vivir del flamenco a partir de ahora. Fue algo que vino de forma natural. Yo seguía yendo a mi colegio, seguía llevando mis estudios adelante, porque mis padres tenían muy claro que aunque yo quisiera bailar y esa fuera mi pasión, no podía dejar mi formación académica tampoco. Empecé a salir a bailar con 10 años en la escuela del Sacromonte, de forma esporádica, en verano cuando había vacaciones, los fines de semana, cuando no interrumpía mi normalidad como niña y los estudios. Y a los 12 años ya estaba trabajando el día a día en la escuela, y ya estaba cobrando dinero, siempre bajo la tutela de mi padre que me acompañaba a los eventos. Era lo que quería hacer, que me hacía muy feliz. Tenía muy claro que quería bailar. Yo iba cada noche a la cueva o al tablao a bailar no con el pensamiento que voy a ganar un dinero, o que estoy trabajando. Era el desarrollar mi pasión, mi ilusión. Seguí estudiando hasta los 18 años, y compaginaba las dos cosas, pero siempre me inspiraba la vida artística. Yo aposté tanto por el flamenco desde tan pequeña que al final se convirtió en mi única forma de vivir y de existir. Y fui profesionalizándome con el paso de los años, y cada vez afianzándome más en mi convicción que quería ser bailaora y dedicarme a esto. Entré en este mundo del flamenco sin proponérmelo.
En el marco del festival vas a presentar el espectáculo Muy especial. ¿Por qué Muy especial?
El nombre que recibe el espectáculo se lo pusimos por las circunstancias en que nació este espectáculo. Y por las personas que en ese momento estaban conmigo haciendo posible que se hiciera. Resulta que yo cuando fui un poquito mayor y se me abría el mundo profesional tenía que salir de Granada, conocer otras zonas geográficas del flamenco como Sevilla, Madrid donde se daban otras oportunidades. Me fui a la Unión, al Festival del Cante de las Minas, gané el premio y ahí se terminaron de abrir las puertas a este mundo del flamenco más profesionalizado. Hice mi primer viaje al extranjero, y empecé a conocer el mundo del flamenco. Salí un poco del entorno que me había rodeado desde mi infancia, y me rodeé de otras corrientes artísticas como eran los cantes y los toques de Sevilla y de Jerez. Estuve un tiempo trabajando con gente que no había sido de mi entorno. Cuando pasaron los años, y me sentí con la suficiente madurez de volver a Granada, con la madurez de poder expresarme como bailaora, como granaína cuando ya comprendí a Morente, comprendí la relación de Morente con Lorca, y todo este mundo cultural flamenco de Granada. Entonces, estaba preparada para volver a mis orígenes y sacar mi mejor mención como bailaora. Tenía muchas ganas de bailarles a las voces más maduras, a los más mayores, porque es donde está la fuente, la sabiduría. Este espectáculo nació con tres voces importantes de Granada: Juan Angel Tirado, Antonio El Nitro y Jaime El Parrón. Era la primera vez que hice un espectáculo con un elenco íntegramente granadino, tenía una esencia muy granaína. Se convirtió en algo Muy Especial, muy especial para todos. Nos conocíamos de toda la vida, me habían visto desde muy chiquitita, y ahora ya estaban viendo a una mujer, habían visto mi evolución. Volver a relacionarnos en el escenario e intercambiar nuestras impresiones artísticas. Cada vez que hacíamos este espectáculo, en sus primeras representaciones, era muy especial porque salían cosas muy interesantes de ahí.
Naciste en Granada que es una ciudad muy flamenca y natal de muchos artistas flamencos famosos, pero ¿cómo describirías la flamencura que tiene esta zona?
El flamenco de Granada es muy potente. Los que han presentado el flamenco de Granada hoy son genios exponentes del flamenco, referentes para todas las generaciones que han venido. Hablo de la calidad de artistas como Morente, los Habichuela, Mario Maya. Y lo que también hace especial el flamenco de Granada es su relación con el universo cultural que hay también en Granada. El flamenco no es así que su desarrollo es paralelo a… sino está muy de la mano con ese otro mundo cultural de Granada. Es muy poético. Las figuras como Lorca, Falla, José Val del Omar lo pusieron en valor en su momento, tuvieron gran afición a él, supieron la valía que tenía. Sin lo que ellos dejaron escrito el flamenco de Granada no se desarrolla. Todos cantamos a Lorca, todos nos inspiramos en las imágenes de José Val del Omar que de alguna manera influyó en el arte flamenco de Granada, se alimentó y luego influyó en él. También hay un gran legado en el flamenco de Granada, por ejemplo, en lo referente a palos y estilos. Se ha creado obra y se ha dejado obra. El problema es que no hay constancia de esa obra porque si algo ha fallado, es que lo que ha quedado, no se ha registrado. Por ejemplo, el flamenco de Granada ha aportado al flamenco en general un estilo de soleá, una soleá de Graná. En tangos de Graná, que hay más, pero yo conozco 9 estilos de tangos de Graná. Hay mucha gente que no sabe que hay una soleá de Graná, no la conocen. Muchos estilos de los tangos son grandes desconocidos. Realmente la gente no tiene acceso a ellos, no se han registrado, y no se ponen para que cualquier persona pueda entrar en internet y dar con esos estilos. Pero esa obra existe. Las conocemos los que somos de aquí, las conocemos de primera mano, pero no se dará de conocer. Luego, en el toque tiene unas características muy determinadas que definen al toque de Granada. La forma de picar, la potencia en el rasgueo. En su momento los guitarristas granaínos evolucionaron y aportaron al mundo del flamenco. Y luego en el baile hay una expresión característica del baile de Granada: hay un uso del cuerpo específico, que por ejemplo, yo intento que sea visible cada vez que subo en el escenario, y que otros compañeros míos hacen también como Patricia Guerrero o Manuel Liñán. El uso del cuello, el uso de la cabeza, el hombro, la pelvis, la cadera. Son unos movimientos característicos que nos definen a los bailaores granaínos, nos dan una identidad determinada. El problema es que está así como en el aire, para quien es observador o es intuitivo, o lo investiga hasta el mismo detalle, lo percibe, se dará cuenta, pero no es algo que sea tan visible porque no se ha registrado, y no se ha documentado para poder mostrarlo a la gente, no hay referentes en internet. Pero sí, hay una escuela de Granada gracias a la figura de Morente.
¿Qué actuación ha marcado más tu vida como bailaora?
Es difícil quedarse con una. Ha habido muchas actuaciones, y otras que han marcado momentos determinados de mi carrera, o de mi vida en que yo encerré una etapa y he abierto otra. Han sido espectáculos que me han hecho reafirmarme y la dirección en que yo iba. Es muy difícil quedarme con una actuación en concreto. Hay un espectáculo Paso a paso del que he disfrutado mucho en el proceso creativo y cuando lo hemos llevado de gira. La presentamos en Ginebra. Fue una actuación que se nos ha quedado en el recuerdo a todos los que estuvimos ahí porque, quizás por esas cosas del destino, se dio todo para que aquello fuera una explosión por parte de todos. Esta acutación la recuerdo con un sabor dulce, no hay un agridulce, sino dulce. Lo que me hace recordarlo en ese día es la energía que hubo, la energía muy potente, y la respuesta del público fue lo que terminó de marcarlo este nuestro recuerdo. Fue una actuación muy especial.
Das clases del baile flamenco a la gente que viene de todos los países del mundo.
Pues sí, precisamente antes de que estuviera el estado de alarma, acababa de llegar del Festival de Jerez donde estaba dando un curso. Justo antes de irme a Jerez, acababa de llegar de gira en México. Una gira por México dando una serie de masterclass en diferentes escuelas.
¿Cómo te imaginas un estudiante del baile flamenco ideal? ¿Qué cualidades tiene que tener?
Cualidades… Lo primero que tiene que tener es capacidad de coordinación y de memorización. Ser muy observadora, muy reflexiva con lo que estás viendo en clase, y mirar al espejo sin miedo. Muchas veces estamos en clase y las alumnas no miran al espejo porque no les gusta lo que les dice. Tengo que mirar al espejo para ver que hay que mejorar. La única forma que uno puede evolucionar es ser consciente de sus carencias. Lo principal es estar abierto, tener la mente abierta a la autocrítica y ver qué hago mal. Estar abierto a que me corrijan, a que me digan lo que está mal. Luego hay que tener mucha constancia. Muchas veces hay momentos en que decaemos porque tener una formación, un aprendizaje no es cosa fácil, tenemos muchas barreras. Primero personales interiores, y luego técnicas y físicas que superar. La constancia, la afición, saber que estás aprendiendo, saber que estás haciendo, reforzar lo que estás haciendo en el estudio, luego con un análisis y un estudio de los palos, los cantes, los estilos. Tener afición, constancia, autocrítica y no quitarte los zapatos nunca. Si puedes estar 24 horas con zapatos puestos, pues 24 horas.
¿Cuál de los lugares que has visitado por todo el mundo más te sorprendió?
Hemos estado en lugares y culturas muy diferentes. Cada vez que voy a un lugar procuro conocerlo el tiempo que nos queda libre, que muchas veces muy poquito, no visitas o no te involucras en la cultura de cada país todo lo que tú quisieras. Procuro conocer a donde voy y conocerlo en la profundidad. Hay lugares que me han impactado de forma grata, otros no. Me han hecho ver la diversidad que hay en el mundo, y la riqueza personal y cultural. Me ha impactado mucho la India. Japón me sorprendió de una forma muy grata. Luego México me enamoró. Hay tanta diversidad en el mundo. No me podría quedar con uno solo. Me han fascinado varios países, como los que te he nombrado, que son tan dispares entre sí que me han impactado, me han sorprendido, y han dejado una huella en mí.
¿Y qué lugar te gustaría conocer y bailar ahí?
Por ejemplo, África he pisado muy poquito. He estado en Marruecos de vacaciones que he disfrutado de otra forma. Creo que mi asignatura pendiente es pisar África. Llegar ahí y poder desarrollar el flamenco. Porque la gente ahí, si ha tenido referencia sobre mí, gracias a internet porque todavía no he recorrido mucho aquella zona y me llama mucho la atención. Me apetece conocerlo.
¿Hay alguna letra flamenca que te emociona mucho?
Hay una que está en el espectáculo que está en Muy especial, que dice: El que no ha visto amanecer en Graná, no ha visto ná. Es el estribillo pero la letra que hay antes de este estribillo habla de lugares emblemáticos de Granada, y de características de los flamencos y los gitanos de Granada, y es muy especial para mí. Es una creación de uno de los cantaores, Antonio el Nitro, un gran cantaor que además tiene una gran afición para escribir. No podía ser una letra popular que ya conocerá todo el mundo, o que no representará Granada como esta. Esta letra se creó especialmente para este espectáculo y habla de Granada describiéndola, y la pone en valor. Era desconocida y la hemos dado a conocer. Es ese flamenco de Granada que existe y es desconocido. Se canta por tangos. Con esta letra terminamos el espectáculo.
La situación que ahora estamos viviendo ha cambiado todos nuestros planes para el futuro. ¿Tienes algún plan para el futuro ahora?
El trabajo respecto al verano está muy raro. Nos da la sensación de incertidumbre, está ahí latente porque no hay nada seguro, no hay nada estable, no hay nada claro. Sí, hay cosillas, por ejemplo, en el mes de julio no, pero para agosto, septiembre hay varios cursos pero no hay nada en firme. Estamos dependiendo de ese agente (covid) que nos amenaza y que está condicionando nuestras vidas y nuestro desarrollo profesional. Así que un verano un poquito raro. Estamos con esa sensación de no saber qué va a pasar. No tenemos esa seguridad de tengo mi trabajo, tengo mi proyecto lo preparo, no. Eso no existe. Sigo ensayando, sigo preparando proyectos porque sigo teniendo proyectos al futuro. Ya hace un par de meses hemos empezado con el proceso creativo de un nuevo espectáculo que me gustaría estrenar en el Festival de Jerez el año que viene. Eso no ha cambiado. Mi rutina diaria de mi reflexión sobre el arte y el flamenco. Yo sigo con mis zapatos puestos. Y sigo desarrollando mis proyectos futuros. Lo que no es seguro si se podrá hacer o no. Así que el verano se presenta con esta incertidumbre. Es una sensación extraña, pero una sensación a la que nos tenemos que adaptar. En mi caso, a mí me hace que el momento lo estoy disfrutando más, y me da una esperanza de no fallecer. Yo no sé cuándo volverá la normalidad a mi cartera o a mi vida, a todo, al mundo, pero que nos pille trabajando, que nos pille con los zapatos puestos. Estamos con la incertidumbre pero a la vez debatiéndola, y sin dejar que eso nos abrume, que no haga paralizarnos. Trabajando en casa pero bien.