Entrevista: Jorge Fernández Bustos
Fotos: Miguel A. Molina
«Son ganas de bailarle al cante»
Cuando ya tenía la grabadora apagada, al final de la entrevista, Fuensanta La Moneta hizo que la encendiera para ampliar los comentarios que había vertido durante la misma. Tal es su pasión y sus ganas de trasmitir. Nacida en Granada, lleva una carrera ascendente y muy personal desde que en 2003 fue reconocida con el Desplante flamenco en el Concurso Internacional de las Minas de La Unión. Con su baile ha recorrido medio mundo y es admirada en todas las latitudes. Extremo Jondo es tu tercer montaje escénico, el cual, después de un año de rodaje, ha decidido pasarlo a DVD para su constancia. Nos interesamos por este trabajo y le preguntamos en qué se diferencia de sus anteriores espectáculos. Se diferencia sobre todo en que no es un espectáculo coreográfico en el que el baile es el protagonista y la música está a su servicio, sino que está basado en el cante y tanto el baile, como la guitarra y la percusión estamos al servicio de él. Mi expresión en el baile, por tal característica, llega a ser otra. Estoy totalmente relajada y libre en el baile. ¿Qué te llevó a trasladar Extremo Jondo a DVD? Teníamos gran interés de que de este trabajo quedara constancia para que el día de mañana fuera un referente para la posteridad. No es la primera vez que se hace una obra con los mínimos elementos, pero éste es un espectáculo donde destaca el esfuerzo, el trabajo en equipo, con una calidad musical contrastada y el planteamiento novedoso. De ahí mi interés de que quedara grabado y era una forma de darle salida a nuestro trabajo, que no se limitara simplemente a los escenarios. Lo estrenaste en el Festival de Música y Danza de Granada en 2010, en el teatro Isabel la Católica, y lo has grabado en agosto de 2011, en la clausura de Los Veranos del Corral, ¿ha cambiado mucho durante este año de rodaje? Sí, la obra ha sufrido algún cambio como todos los espectáculos. Cuando se estrena un trabajo y se va rodando, siempre se le hacen cambios que se crean convenientes. El más evidente es que Extremo Jondo se estrenó con Enrique el Extremeño y se ha grabado con Miguel Lavi. Se ha cambiado el cante, lo que permanece es el concepto y la comunión entre el cante, el baile y la guitarra. Me consta, por otra parte, que esta obra sigue cambiando, que está viva. ¿Cómo te planteas esa evolución? En realidad, la obra cambia cada vez que expone al público, porque hay una libertad de expresión… Incluso una misma se sorprende de cosas que salen de, de cosas que se crean en ese momento. Después, en otra función, serán otras cosas. Tenía muy claro que, al basar el espectáculo en el cante, el baile tenía otra responsabilidad. Al tenerlo tan claro, y el resto del equipo también, el proceso de montaje ha sido muy natural. Desde que se estrenó hasta hoy ha mejorado pero no es muy distinto de la primera vez. ¿Tiene mucho de improvisación, de espontaneidad cada vez que representas la función? Claro. Hay muchos momentos de espontaneidad. Tiene que ser así Dices que la responsabilidad es compartida, pero sólo abandonas el escenario, en una hora de duración, los minutos imprescindibles que dura un cante para cambiarte de vestido. ¿Ganas de bailar o presunción de energía? Que hay energía en este cuerpo es evidente. No tengo que demostrar nada en ese sentido, no tengo que hacer alardes de ningún tipo. Son ganas de bailar, ganas de mucho bailar y de bailarle al cante… Parece una paradoja, es un espectáculo de cante pero lo bailo todo, bailo los silencios, bailo las transiciones. Lo bailo todo. Y porque tengo que salir a cambiarme que si no… ¿Cómo eliges los cantes apropiados? Bueno, la elección de los cantes es compleja. En principio había muchos más cantes. Yo había elegido muchos palos que, por diferentes motivos, tenía ganas de bailar; unos porque no los había hecho todavía y otros porque necesitaba darles otra vuelta de tuerca. La elección de los cantes fue una cosa natural, fueron entrando por sí solos y acoplándose en las transiciones. ¿Los seleccionas tú misma? Los elijo yo misma, pero comparto esta decisión con el director musical [el guitarrista Miguel Iglesias] y con el cantaor. Es un trabajo muy a fondo y muy pensado. ¿Se te ha quedado algo en el tintero? Sí. Ya los tocaremos más adelante. Había más, pero había que descartarlos porque la obra no puede ser eterna. ¿Cuáles son tus referentes a la hora de crear? ¿De quién te acuerdas? En este espectáculo, como el trabajo no era tan coreográfico, mis referentes han sido todos de cante. En los espectáculos anteriores he mirado a los maestros que han influido directamente en mi carrera, con los que yo he trabajado. Maestros como Javier Latorre o Mario Maya. Y también otros maestros que, aunque no haya trabajado con ellos, he sido testigo de su trabajo. ¿Concedes mucho terreno a la vanguardia y a la contemporaneidad? Esa vena contemporánea me sale de vez en cuando porque soy joven, porque creo que estoy en la actualidad del flamenco y porque he crecido con otros artistas que ahora son coreógrafos y hacen hincapié en esas técnicas. ¿Por ejemplo tu contacto con Rafael Estévez? Efectivamente. He tenido la oportunidad de trabajar con él y empaparme de sus formas. ¿Tus músicos gozan también de ese margen de espontaneidad? Sí. Todos formamos parte del mismo equipo y todos tenemos que caminar en la misma onda. Si yo me siento libre y estoy cómoda también es gracias a ellos. Así ellos también se deben sentir libres dentro del escenario. Hay que darles esa oportunidad. Si no, no hay diálogo ni aparece ese duende que tiene que aparecer. Sí, se os ve cómplices a todo equipo. ¿Cómo has llegado hasta ellos? Bueno, todos estamos en este mundo y todos nos conocemos. Hay veces que los buscas y veces que se coincide en el camino. Eso es lo que ha pasado. Este espectáculo nació de una experiencia en Japón donde estaban la mayoría de los que trabajan conmigo. Personas que artísticamente me marcaron y por eso quise hacer este espectáculo, contar esa experiencia precisamente con ellos. Ya que hablas de Japón. Extremo Jondo lo has movido por parte del extranjero ¿Qué respuesta has obtenido de esos diferentes lugares? Buena, siempre buena. Les ha resultado sorprendente el formato tan novedoso y minimalista, tan reducido, con los mínimos elementos. Lo cual ha sido aceptado porque la calidad no ha disminuido. Por ejemplo, el último lugar donde hemos estado es en Nimes y realmente no me sorprendo de que en el extranjero lo entiendan y les guste, pues están muy preparados tanto para ver un trabajo vanguardista que uno más tradicional. De hecho hemos movido más este espectáculo fuera que dentro de España. Tengo mucho interés en cómo se desarrollará de aquí adelante porque lo vamos a mover más a nivel nacional. Con lo cual, sigue evolucionando. Claro. Porque está vivo, porque está vivo. Por otra parte vemos algunas constantes en tu baile, que te han ido acompañando a lo largo del tiempo. ¿Cuáles son esas constantes? Sí hay constantes que se ven en mi baile hoy. Características de mi baile de siempre. Aunque me venga esa vena contemporánea, siempre está La Moneta que empezó a bailar, que no tenía tanto conocimiento, que estaba aprendiendo y se morirá aprendiendo. Cuando empecé a bailar, sólo eran ganas de bailar e ilusión. Había mucha intuición y yo creo que eso no se ha perdido. Esa característica de La Moneta se sigue viendo. ¿Una de esas constantes puede ser el remate por tangos? Claro que sí, porque es uno de los bailes con los que yo empecé y por la tierra, la tierra de los tangos que es Granada. Sí, esa es una de las características. Y, aunque yo creo que la fiera se ha domado un poco, no falta el espíritu. ¿Cómo ves el futuro? ¿Cuál será tu próximo proyecto? Proyectos siempre tenemos, porque no me gusta pararme, me gusta seguir dándole vueltas a mi trabajo. Tengo uno en mente, que voy a empezar a darle forma y a trabajarlo en el estudio. Espero que se pueda ver antes de que acabe este año.
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