«A la hora de entrar aquí, la pasión que siento por este arte tengo que dejarla en la puerta»
Nos recibió a las 9:30 de la mañana en punto, justo entre dos reuniones. Su despacho no destaca por el lujo. Nos saludamos con cortesía, pero también con la complicidad de compartir la misma profesión. Nos tuteamos con respeto mientras intercalamos las primeras impresiones y, cuando observa que vamos a realizar fotografías se pone la chaqueta. El periodista se esfuma y aparece el director de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco. Pulso el REC de la grabadora y a partir de ahí nos tratamos de usted. Esta es la conversación que Deflamenco.com mantuvo con Francisco Perujo.
Estaba usted tan tranquilo en la Universidad y de pronto se ve dirigiendo los caminos del flamenco andaluz ¿Le va la marcha? Más que la marcha, me va el compás, ciertamente. El mundo del flamenco no me es ajeno. Desde hace bastante años sentí el especial magnetismo que tiene el flamenco, me interesé por él, e incluso en la Universidad, en el poco tiempo libre que tenido estos últimos años, he intentado hacer algún tipo de investigación siempre relacionada con un ámbito disciplinar que para el flamenco creo que, modestamente, arrojaba una perspectiva y un enfoque nuevo, como es acercarte al flamenco no del lado de la antropología, ni de la musicología, ni de la literatura o de la sociología, sino del lado de las ciencias de la comunicación. Creo que ahí me he sentido muy a gusto. Y de hecho me he sentido siempre muy a gusto cuando he realizado algunas cosas en el flamenco. Pero lo que he hecho esencialmente ha sido escuchar, porque soy aficionado y periodista, periodista y aficionado. Sin embargo ahora estoy en la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco… Y el matiz es bastante significativo.
Como profesional de la comunicación, quisiera que nos valorara el tejido informativo que hay en el mundo del flamenco ¿hay suficientes medios? ¿Hay calidad? ¿Falta o sobra algo?… Hay de todo, Hay profesionales y medios de comunicación específicos de mayor o menor calidad desde la perspectiva crítica que yo abordo como periodista. Lo que sí es cierto es que estamos hablando de un periodismo especializado, y es un periodismo especializado bastante diferenciado. Lo que han hecho los medios de comunicación ha sido contribuir a la socialización del flamenco y, en paralelo, contribuir a un proceso de dignificación del flamenco ¿Cómo se dignifica el flamenco con los medios de comunicación? Cuando es aprehendido, interpretado, abordado con los mismos mimbres y las mismas herramientas que el resto de artes: la literatura, el teatro, la ópera, los toros, es decir, cuando pasa de las páginas de sucesos a las páginas de cultura y cuando surge un subgénero de la crítica que es la crítica flamenca. Cuando para abordar la actualidad del flamenco se utilizan las mismas herramientas que para abordar la actualidad de otras artes, el flamenco definitivamente ha sido dignificado en el ámbito de los medios de comunicación.
“Esta Agencia no es una agencia de contratación, sino de incentivación”
Sin embargo, los directores de los medios especializados se quejan de que cada vez es más difícil mantenerse. Percibo en ellos la sensación de que es una dedicación muy sacrificada y que económicamente no reporta unos beneficios que lo compense. Lo cual es preocupante… El flamenco es universal y se ha universalizado gracias al papel de intermediación y de interlocución de los medios de comunicación. Como dice Gerard Steingress, el flamenco es un arte popular que luego se popularizó. Y a esa popularización ha contribuido, han tenido un rol fundamental, los propios medios. Pero este enfoque no nos puede deslumbrar y hemos de reconocer que la afición flamenca es minoritaria. Lo que han sido los cabales, los aficionados de toda la vida, cada vez se ensancha más ese corpus, pero sigue siendo una afición minoritaria. Es difícil que un disco de flamenco sea líder de ventas en el mercado y es difícil que los flamencos llenen campos de fútbol como lo llenan las estrellas del rock o del pop. Nosotros tenemos que saber enrailar nuestros propósitos y saber dimensionar exactamente cuál es la posición relativa del flamenco como una música diferenciada, de una enorme calidad en el ámbito del mercado de la música. Estoy hablando en términos de mercado y esto complica la existencia, la perdurabilidad de los medios de comunicación específicamente nacidos para albergar este campo de la cultura y de la industria musical que es el flamenco.
¿Echa de menos más información flamenca en medios generalistas, radio televisión, prensa escrita? Siempre, y sobre todo en los medios públicos. En los medios privados, el único objetivo, como toda empresa informativa, es la de tratar de optimizar las inversiones y de maximizar las rentabilidades, es decir, hacer negocio. Pero donde yo reclamaría –y ya he hecho algunos contactos en el poco tiempo que llevo aquí- es una mayor y mejor presencia del flamenco en los medios públicos, es decir, que haya una programación de flamenco de calidad en los medios de comunicación públicos en Andalucía y, si es posible, también fuera de Andalucía, donde yo, por supuesto, no tengo ninguna competencia.
“Yo he venido aquí para distribuir el juego”
¿Le preocupa la imagen que el flamenco pueda tener dentro y fuera de España? Porque las imágenes que proyecta el flamenco pueden ser muy diferentes, e incluso contradictorias. Decía Albert Einstein que es más difícil desintegrar un estereotipo que un átomo. El flamenco está jalonado y adobado en su percepción pública por muchos elementos tildados de prejuicios. Quitarle ese cliché y ese celofán de los estereotipos al flamenco es difícil, porque el flamenco es un icono. Es un escaparate, un embajador de la cultura española en el mundo, pero los flamencos cada día tienen un mayor marco de conocimiento, de educación y de cultura en general, además de su propia cultura flamenca, y no responden ya al arquetipo de principios del siglo XIX, sino al de principios del siglo XXI, y las nuevas generaciones de artistas flamencos aportan al flamenco, además de esa savia nueva, una imagen nueva más consecuente y más concomitante con los nuevos tiempos. No me preocupa en exceso esa imagen desde la perspectiva desde la que planteaba usted la pregunta, porque creo que la imagen del flamenco en el mundo es cada vez más amplia y mejor, aunque, insisto, es difícil desempolvar el estereotipo de la conciencia colectiva.
¿Cree que el mundo del flamenco entiende bien lo que es la Agencia que usted dirige? Pues me gustaría saberlo. Llevo aquí pocos días. Estoy terminando de aterrizar y lo que sí sé es que la Agencia está con los flamencos que hacen cosas y sé que la Agencia apoya, incentiva y respalda a las grandes citas del flamenco dentro y fuera de Andalucía. Esta Agencia no es una agencia de contratación, sino de incentivación, es decir, está del lado de la industria cultural, y en el caso de Andalucía, nuestra industria cultural más distintiva es la del flamenco. Nace para incentivar, no para subvencionar unilateralmente. Y yo he venido aquí con la ilusión en una mano y con el BOJA (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía) en la otra. Nosotros tenemos peticiones ilimitadas a las que debemos responder con presupuestos limitados. Mi interés es afianzar y extender nuestras líneas de ayudas públicas. Cuando termine esta entrevista voy a tener la comisión de ayudas a giras y festivales, que sale publicada en el BOJA. Todo el mundo tiene libertad de concurrencia a las mismas, en tiempo y en forma, y luego hay una comisión de expertos que deliberan en función de unos criterios que aparecen en la misma convocatoria. Eso lo que hace es que la ayuda no sea directa, que no sea un parche y que responda ecuánimemente a los proyectos presentados. Yo quiero propuestas, que presenten propuestas bien hilvanadas, bien fundamentadas, bien estructuradas, bien definidas y a partir de ahí nosotros estaremos en todas aquellas propuestas que merezcan la pena y en las que nosotros, con nuestro limitados presupuestos podamos colaborar. La Agencia no nace ni para competir ni para rivalizar con el sector privado, sino para incentivar esa cultura del emprendimiento y de las industrias culturales sin las cuales no se entiende el modelo actual del flamenco, porque como bien sabe, el modelo actual es un modelo profesional, escénico, representativo y comercial, y ahí tenemos que estar sin perder de vista que el flamenco es una de las partes más significativas del patrimonio inmaterial de Andalucía.
“Estamos hablando de una industria cultural muy conocida de la que se desconocen sus datos”
Ha pasado usted de ser un sufrido aficionado a ser el hombre de las subvenciones, el Mr. Marshall del flamenco ¿Cómo lo lleva eso? ¿No nota un cierto desazón? No. Yo no lo veo así. Yo no quiero ser el hombre de las subvenciones. La Agencia no nace sólo para subvencionar, sino que hace otras muchísimas cosas. Lo que sí es cierto es que todas aquellas personas que tienen un proyecto y tienen dificultades para materializarlo viene aquí para ver si podemos echarle una mano, eso sí. Yo sigo siendo aficionado, porque esa es condición que no se pierde y que no perderé nunca, aunque también es cierto que he venido aquí sin vocación de permanencia y que volveré a mi profesión cuando termine este impás. Y mientras esto dure estaré con gran ilusión y me voy a dejar aquí todas las horas de trabajo que sean necesarias. Y luego, esto que tiene sus servidumbres y sus responsabilidades, también tiene sus elementos gratificantes. El mundo del flamenco es un mundo maravilloso para mí, con una capacidad de seducción y de atracción amplísima y quiero responder con trabajo y con muchas dosis de racionalidad. A la hora de entrar aquí y hacer gestión pública de los fondos que la Junta de Andalucía dedica al flamenco, la pasión que siento por este arte -que va más allá de la música- tengo que dejarla en la puerta.
Cuáles van a ser los pilares sobre los que va a basar su gestión: ¿el producto? , ¿el artista?, ¿el público?, ¿todo un poco?… Desde que estoy aquí me he reunido con los artistas, con los empresarios y con todos los sectores del flamenco. Sin artistas no hay flamenco. Y hay un empresariado del flamenco muy particular, tan particular como el flamenco mismo, que son artistas que han montado sus propias compañías, se han hecho empresarios, desde la versión mínima del autoempleo hasta la máxima de montar una empresa donde contrata gente, etc. Insisto en que sin artistas no hay flamenco, pero también hay que apoyar al empresariado del flamenco para que siga buscando y generando empleo para el flamenco, porque en el flamenco nos encontramos con una dualidad magnífica: es generador de identidad cultural y es generador de riqueza. Y la Agencia tiene que estar en los dos ámbitos y tiene que responder equilibradamente a esas dos exigencias.
“Reclamaría una mayor y mejor presencia del flamenco en los medios públicos”
He leído alguna declaración suya en la que afirma que una de sus prioridades es articular al sector flamenco … ¿El sector flamenco se deja articular? El sector flamenco es más centrífugo que centrípeto, y como consecuencia es difícil esa articulación. Lo que sí es cierto es que esta intención no persigue el control sino que persigue que todos los electores del flamenco vean a la Agencia como un aliado. Hay una gran dispersión en el mundo de los festivales: no sabemos cuántos festivales hay. Hay una gran confusión en los datos del flamenco: no sabemos cuáles son los datos específicos del impacto socioeconómico del flamenco. Estamos hablando de una industria cultural muy conocida de la que se desconocen sus datos. Y ese es un ámbito en el que tenemos que trabajar. Trabajar desde el observatorio del flamenco que se creó en esta Agencia para saber cuáles son los datos del flamenco. Hace falta también trabajar en la internacionalización del flamenco, es decir, en la promoción exterior del flamenco, un campo que queremos intensificar, porque ya se han hecho cosas. Creemos que el flamenco tiene que tener una personalidad propia en el mundo de la música en el mundo. Se han creado festivales específicos, como la Bienal de Ámsterdam o el Festival Flamenco de Estados Unidos, pero yo en este punto en concreto soy un poco más ambicioso y creo que el flamenco tiene que estar en los grandes festivales de música y no sólo en los festivales específicos para el flamenco. Y como en el caso de la pregunta anterior, también tenemos os que trabajar con esta doble personalidad. Es decir, queremos que en el Festival de Salzburgo haya flamenco.
“Tengo una especial predilección por la soleá”
Tanto en el sistema flamenco como en el de otros géneros, los empresarios tienden a confeccionar carteles con nombres que llenen, y eso es lógico, pero siempre hay una base de artistas de gran calidad que no acaban de encontrar el cauce para poder expresar… Estoy seguro de que muchos de ellos lo harían hasta sin cobrar ¿La Agencia contempla vías para esos artistas? Los artistas flamencos desarrollan el juego de su creatividad y de su arte en distintas divisiones. Está la división de honor, la segunda división, etc. Y en todas ellas tiene que estar la Agencia apoyando en la medida de lo posible. Para los artistas que empiezan y son jóvenes tenemos un circuito por todas la peñas para que desarrollen esa potencialidad, para que se suban a los escenarios, para que cojan experiencia, para que irrumpan en el conocimiento del público por primera vez, para que puedan empezar con una trayectoria profesional y artística que de otra forma sería un poco más complicada. También tenemos artistas consagrados que no llenan grandes espacios escénicos porque son menos mediáticos y tenemos nuestros propios circuitos de Flamenco Viene del Sur y que mi idea es que llegue a todo el Sur, porque en este momento no está ni en Almería ni en Huelva, y que no solo se quede en el Sur. Y que no quedándose solo en el Sur no esté solo en Madrid. Me gustaría llevar el flamenco a otras partes de España. Y en estos espacios escénicos de formato medio también tiene cabida un directorio, un panel importante de artistas flamencos. Luego están los artistas más internacionales que son los que llenan con su presencia los festivales internacionales y son capaces de vender el aforo entero de grandes espacios. Hay que trabajar con todo eso: con estos últimos porque, como digo, son nuestro escaparate cultural en el mudo y de eso no podemos prescindir, y con los primeros porque ellos son el basamento de este edificio inmaterial que es el flamenco
¿Qué le emociona del flamenco a Francisco Perujo? A mí del flamenco me emociona casi todo. Yo no sé no cantar, ni bailar, ni tocar, pero me emociona el cante, el baile y el toque. Tengo una especial predilección por la soleá. Siempre me ha gustado, tanto en su música como en su toque, pero me gusta todo. Quizá como aficionado me gustan más unos palos que otros, y unos intérpretes más que otros.
¿Le ha hecho llorar el flamenco? Sí. Ciertamente.
¿Qué estética le gusta más? No, prefiero no dar nombres porque en estos momentos la responsabilidad me impone un límite a mi libertad de expresión. No quiero que mi opinión verbalizada en esta entrevista suponga un apoyo o una declaración de intenciones a favor de nadie, pero como todo aficionado uno tiene sus gustos, sus preferencias y sus debilidades. Pero no puedo confesarlas en este momento.
Cuando después de dirigir la Agencia, Francisco Perujo ocupe una Consejería o un Ministerio… (Interrumpe) No, no. No es mi intención.
…¿Qué huella le gustaría haber dejado en su paso por esta institución? Yo quiero que ninguna de las decisiones que haya adoptado sea unilateral, arbitraria y que no esté fundamentada por argumentos de peso. Que se sepa que yo he venido aquí para distribuir el juego, para jugar con las bandas, para tratar de trabajar con todos, ampliamente, y no reducir el espectro de mis contactos y mis decisiones solo a un selecto grupo de integrantes del mundo del flamenco. Es difícil tomar decisiones porque implica priorizar, escoger, discriminar. Las decisiones las quiero tomar con el peso de la razón, porque como le dije anteriormente, la pasión la dejo en la puerta.
¿Tiene familia? Tengo familia.
¿Qué le ha dicho su familia cuando les comentó que dejaba la Universidad para venir a la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco? Yo me llamo Francisco Perujo Serrano. Aunque sí hay, como sabe, algún artista flamenco “Serrano”, el “Perujo” es poco flamenco. No pertenezco a ninguna estirpe flamenca. Mi afición me llegó en la adolescencia, algo tardíamente. Cuando era más joven –creo que todavía lo soy algo- mis padres no se explicaban el por qué de mi afición “por el cante”, como decía mi padre. Y ahora esto les ha sorprendido, lo mismo que a mí, porque yo no me esperaba que me ofrecieran venir aquí. Acepté porque me ha dado la oportunidad de hacer otra cosa distinta durante cuatro años, y porque sé que después de estos cuatro años o del tiempo que sea –menos o más-, estoy predestinado a volver a mis ocupaciones de antes, que ha sido mi profesión de siempre: soy periodista.
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