Entrevista a Carmen Cortés. Bailaora

Texto: Sonia Martínez Pariente
Fotos: Rafael Manjavacas Lara

«Siempre he sido muy inquieta, pero amando y llevando el flamenco con mucha satisfacción»

Carmen Cortés no es una bailaora usual en el panorama flamenco. Su baile tiene una poderosa carga racial, pero nunca ha chocado con el clásico o el contemporáneo,  como ha ido demostrando a lo largo de sus numerosos montajes y recientemente en “Goyescas”,  un espectáculo en el que ha participado junto a diferentes artistas,  que  hacen una interpretación de diferentes cuadros de Francisco de Goya. En las palabras de Carmen Cortés se evidencia que el flamenco es su vida. La de ella y la de su pareja, el guitarrista Gerardo Nuñez, ya que ambos están volcados en fomentar el flamenco en sus diferentes ámbitos. En verano su compañía cumple 20 años en activo y Carmen sigue en la brecha,  con la misma ilusión, dotándonos de su baile cargado de fuerza, de flamencura, de sabiduría…

Has  participado  en  el espectáculo “Goyescas” dentro del Festival Summa flamenca. ¿En que consiste tu colaboración?
– Es una fantasía a partir del cuadro de Goya, del que Mónica Valenciano y yo nos encargamos, el  de “La carga  de los mamelucos”. Sobre todo hemos querido entrar mucho en las sensaciones, interpretar esas sensaciones, ante lo que nos puede tocar una guerra, que no hemos conocido, que leemos en la historia. La lucha fue, porque a la gente del pueblo, los que tenían las tierras, no les dejaban cultivarlas, el aplastamiento del poderoso ante el pueblo. Realmente la lucha que ellos tienen y la fuerza de la que ellos se arman, ante el descontento de los que regían, el Rey por supuesto, es lo que hace que  obtengan una victoria, con muchas bajas, como todas las guerras, pero obtuvieron su victoria.

“Me gusta mucho leer, me apasiona buscar entre los diferentes escritores, las diferentes historias”

¿Y Cómo se lleva todo esto al flamenco?
– Es una fantasía y una carga muy potente la que tienes que sacar de tu interior más profundo, porque no lo hacemos alrededor de ninguna guitarra, ni de ningún cante flamenco, ni de nada, es  sentimiento puro y sensaciones. Es una coreografía, una puesta en escena, sencilla, minimalista, para mostrar ese contraste. Sobre todo vamos a hacer un juego de imágenes. A mí se me ocurrió tener un punto de apoyo, que es una tela que unas veces puede parecer un manto, otras veces los pañuelos que antes se utilizaban o del mundo árabe o un paracaídas y ahí estamos Mónica y yo, divirtiéndonos dentro de esa crudeza.

Es un espectáculo con muchos artistas, Carmen Linares, Miguel Poveda, Israel Galván, Rocío Molina y una larga lista.
– Todo está dentro de la interpretación de Goyescas, luego cada artista interpreta un cuadro. El nuestro  el  de “La carga de los mamelucos”,  es con los tambores de los judíos de Baena  y las voces de Miguel Tolea, Saúl Lagos, Daniel Maldonado y Pedro Obregón, que hacen  un juego con voces.

¿No se da mucho que diferentes figuras del flamenco os juntéis en un montaje,  en este caso para representar cuadros de Goya?
Para eso, Pedro G. Romero lo sabe hacer muy bien. Si, debíamos de hacerlo de muchas formas en el flamenco.

Tu has llevado muchas veces figuras del arte español al flamenco, y en numerosas ocasiones a Lorca, ¿te inspira especialmente el escritor?
– Es que Lorca era andaluz, pero es que era muy andaluz. Era muy español, pero muy andaluz, amaba a su tierra. Amaba a través de su teatro, ponía esa voz en grito, de verdad. Fue un hombre educado fundamentalmente por las mujeres de su casa, y todo eso lo plasmaba en sus historias, era un hombre tremendamente sensible y que siempre estaba al lado del pueblo. Se va a Nueva York y “Poeta en Nueva York”,  es muy fuerte lo que ahí dice. Era un hombre que le encantaba compartir con todo el mundo su sabiduría, sus inquietudes, era otra época. Eso  lo sabemos de los diferentes testimonios de los escritores. Aun siendo momentos duros, era muy bonito, porque los artistas se juntaban para hablar, para decirse y contarse las cosas. Todo el mundo del arte tenían emoción y eso vamos a ver si lo vamos consiguiendo otra vez, porque estamos despistaillos.

“El tiempo te da cierta serenidad. Me quedo un poco con mis orígenes de mi casa,  de mis padres, de mi familia, del mar de Barcelona”

Has llevado al flamenco no solo a Lorca también a otros poetas del 27.
– Sí,  he hecho cosas con Blanca Calvo, con el mundo del contemporáneo. Conocí muy de cerca a Pina Bausch cuando en el Festival del otoño le encargaron un espectáculo que tuviera que ver con Madrid y se vino a Amor de Dios con todos nosotros, nos hizo unos profesores más. Nos invitó a hablar, yo no sé ni inglés ni alemán, pero a través del interlocutor del flamenco, de que nos movía, ya que precisamente esas cosas son las que queríamos ver en la Zarzuela. Siempre he sido muy inquieta, pero por supuesto, amando y llevando el flamenco con mucha gala y satisfacción, que no quita que no pueda estar en movimiento con otras tendencias.

Te gusta conservar las raíces del flamenco, eres una bailaora racial, pero te gusta también bailar clásico, contemporáneo. ¿Se podría decir que eres una mezcla de tradición y de vanguardia?
– Sí, creo que sería un buen nombre para ponerle a lo que yo expreso. Lo que está clarísimo es que, si queremos hacer flamenco, tenemos que saber de donde venimos y también adonde vamos. Tenemos que saber también ser humildes y decir por aquí no es, y así es como aprendemos de nuestros propios fallos. No creo que  sea una cosa tan joven como dicen, una cosa tan buena y con tanta profundidad,  no viene de dos días. Tiene tanta confluencia de tantísimas culturas…

Eres una bailaora inusual  al ser gitana y luego mezclar tu baile con otras tendencias, por ello ¿Cuáles han ido siendo tus referentes?
 -Ahora entre libros anda el juego. Me gusta mucho leer, me apasiona buscar entre los diferentes escritores, las diferentes historias. Ando mucho por ahí. El tiempo te da cierta serenidad. Me quedo un poco con mis orígenes de mi casa,  de mis padres, de mi familia, del mar de Barcelona. Por supuesto con Mario Maya que siempre es un referente para mí y por supuesto,  con mis libros y mis contemporáneos.


Carmen Cortés con Miguel Poveda y Gerardo Núñez

“He tenido la gran suerte de tener una pareja que es Gerardo Núñez, que si no es el mejor, es uno de los mejores, no solo como guitarrista flamenco sino para hacer música para el teatro”

Has hecho muchos montajes ¿Cómo ha ido evolucionando Carmen, haciendo un resumen porque son numerosos, a través de ellos?
-Ahora hacemos veinte años de la compañía. Los primeros años me he fijado en el flamenco tradicional. Es cierto que entonces la mujer entra en el movimiento, digamos que yo era de las más jóvenes, que ya iban haciendo cosas con una compañía recién hecha y la estilización de la edad y de ese momento, se veía. Había aun así, un punto de vanguardismo haciendo solamente un espectáculo a través del flamenco tradicional. Después es cierto que he tenido la gran suerte de tener una pareja que es Gerardo Núñez, que si no es el mejor, es uno de los mejores ahora mismo, no solo como guitarrista flamenco sino para hacer música para el teatro. Para un espectáculo de flamenco, a través de la literatura, puedo decir que es el mejor hoy. Te enseña muchas cosas, vas escuchando, viendo, ves por donde también él juega, le vas pidiendo unas sensaciones, sensibilidad, unos tiempos y tu también vas aprendiendo y jugando con él por ahí.

Esa es una cuestión que te iba a plantear, la colaboración con tu marido Gerardo Núñez, no solo en vuestros espectáculos, también en la enseñanza, a la hora de fomentar el trabajo de las jóvenes generaciones…
– Yo he estado dando clases en Amor de Dios antiguo hace mucho tiempo, ahora ya no tanto porque da como pavor dejar tantos meses de bailar, pero actualmente vamos a hacer el 17 de junio en Sanlúcar de Barrameda un curso de una semana, que es agotador, pero estamos muy ilusionados, porque es estar un tiempo en Sanlúcar, un lugar que adoramos, porque mi hija también siempre es participe  allí. Lo que se hizo en principio para obligar a la gente a estar allí, es ahora alucinante ver como 150 alumnos vienen con sus pareja, con sus hijos…ya se cogen las vacaciones toda la familia para estar allí. Es una satisfacción muy grande ver como entre esa gente hay algunos que nos enseñan sus primeros discos, hay otros que sabían cero y están haciendo sus espectáculos fuera. A nosotros nos satisface mucho, porque nos gusta dar lo que está en nuestras manos. Tenemos un sello discográfico en casa y en principio lo hicimos para que Gerardo se divirtiese e hiciese sus discos, es fantástico y ya hemos sacado cuatro discos, el de Jesús del Rosario, Miguel Ángel Cortés, el último ha sido Antonio Rey, también el de la nueva escuela que Gerardo se puso con todos los jovencitos que participaron en ese disco. Y ahora una de las cosas que quiere hacer Gerardo es un disco con la nueva escuela de extranjeros.


Carmen Cortés con Miguel Poveda y Carmen Linares

¿Cuando cumplís 20 años de compañía?
– Pues entre junio y agosto cumplimos los 20 años.

“Entre junio y agosto cumplimos los 20 años de la compañía”

¿Y con tantos años de trabajo como te enfrentas a un nuevo montaje?
– Pues con mucha ilusión, generalmente primero, cuando estas haciendo algo, lo estás maquinando, pensando, por donde lo meto mano. Cuando está todo ese juego de creación, estas ahí. Pero una vez que ya esta creado, ya estas pensando en otra cosa. Realmente cuando ya te metes en la coreografía, en puesta en escena, en esa fantasía con otros compañeros, que ves que se entregan y  que ponen todo en el asador, toda su ilusión y están ahí contigo, es muy emocionante.

¿Tienes algún proyecto?
– Yo sigo con mi compañía, vamos a estrenar Mascaras y estoy trabajando también sobre el Réquiem de un Campesino español de Ramón J. Sender. También tenemos el Festival en clave del sur creado para que el flamenco se una a las músicas del mundo, que es ahora en junio.

Alguien que lleva tantos años de carrera profesional,  ¿cómo ve  el panorama flamenco actual?
– Se está bailando muy bien, mejor que nunca, hay una técnica bárbara. Tienen que divertirse ahora que son jóvenes y con que vean la foto de la Macarrona,  ya es suficiente.


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