Acaban de terminar las fiestas de San Fermín en Pamplona y a un mes del inicio de Flamenco on Fire en su décima edición ya está todo preparado para que unos 150 artistas viajen del sur hacía el norte a llenar de flamenco en sus diferentes ciclos la ciudad de Pamplona y también en Viana y Tudela. Grandes conciertos, calles, patios, balcones, el ciclo nocturno, flamenco fronterizo en Zentral, conferencias, cine, flamenco para niños… un festival que en 10 años es considerado el mayor de los eventos de la ciudad después de las fiestas de San Fermín. Arturo Fernández director del festival desde hace 4 años nos cuenta muchos de los detalles del X aniversario de Flamenco on Fire.
A falta de poco más de un mes del arranque de Flamenco on Fire, ¿todo preparado? O es mucho decir.
Bueno, yo creo que está todo más que preparado. A la altura de la décima edición, artistas con mucha ilusión por venir, por parte del público, percibimos que hay muchas ganas, ya no sólo de Flamenco on Fire, también de volver otra vez a Navarra.
Es la décima edición, Flamenco on Fire es uno de los festivales flamencos más importantes del calendario flamenco, en un lugar inesperado que puede sorprender a propios y extraños. Probablemente Sabicas sería el principal sorprendido.
Lo primero muchísimas gracias por calificar el festival como una cita importante dentro de todos los que se hacen dentro del género flamenco. Y si, gracias a Sabicas, supongo que estará en el cielo con muchos otros artistas que velan por nosotros. Navarra se ha convertido en territorio conquistado por el flamenco, por sus artistas, gracias a un público que verano a verano nos acompaña y apoya el festival.
¿Cómo acoge la ciudad de Pamplona el Festival Flamenco? Y también ¿cómo se ha integrado en el festival los artistas, periodistas, aficionados?
Yo creo que el secreto está en el flamenco, las personas no se acercan lo suficientemente al género y cuando lo hacen se quedan muy sorprendidos, aunque no se conviertan en aficionados, lo cierto es que disfruten. Públicos que son nuevos, no quieren decir que sean jóvenes, sino cualquier tipo, para nosotros es apto y bueno. Contentos de que el festival ha echado raíces en territorios norteños.
El flamenco viaja al norte, era el primero de los lemas del festival.
Ahora podríamos sustituir por ‘El sur mira al norte’. También están muy pendientes de lo que hacemos y eso es bueno, nos enriquece. Nosotros miramos mucho lo que se hace en otros sitios, yo creo que también nosotros suscitamos la curiosidad de otros programadores, aficionados que miran en Pamplona, como ¿qué es lo que está sucediendo ahí?. Desde ese punto de vista estamos muy contentos.
De todas las actividades que se realizan en el festival, las de calle, agenda cultural, grandes conciertos… ¿cuál de ellas ha sido la más vertebradora para conseguir el éxito del festival?
Yo creo que la mezcla de artistas, el festival, en términos de asistencia de público se ha posicionado muy bien, ya no sólo en la ciudad de Pamplona, ahora también estamos en Viana y en Tudela. No son ciudades grandes y el público tiene la posibilidad de encontrarse con los artistas en las calles, existe una especie de convivencia artística.
Y también percibimos que los artistas cuando salen de Andalucía se sienten más liberados, unido al respeto que hay en toda Navarra, cuando presentamos flamenco los silencios son tremendos. Los artistas cuando se marchan se van muy contentos y el público también, eso es muy satisfactorio para nosotros.
Flamenco on Fire es un festival de iniciativa privada con gran parte de participación de las diferentes instituciones, ¿cómo se encuentra ese equilibrio entre todos, son muchos los condicionantes de cada una de las partes?
Efectivamente, el festival es iniciativa privada, y también se fundamenta en una colaboración público-privada, hay una serie de instituciones, mayoritariamente Gobierno de Navarra, también apoya el Ayuntamiento de Pamplona, el de Tudela, … y el resto de la contribución es privada. Creemos que el modelo funciona, hay un equilibrio, siempre nos gustaría que las instituciones públicas aportaran más, estamos hablando de cultura. Y los ingresos de taquilla, claro. Hay otras entidades privadas que colaboran y todo ello conforman el festival cada año y se puede realizar.
Cuando están por medio las instituciones públicas siempre es más complicado.
Hay un principio de respeto, no tenemos injerencias, la libertad de programación, de realizar el festival que queremos es absoluta. Nos gustaría tener más apoyos, con lo que hay nos tenemos que arreglar, es como una montaña rusa, días que el solo brilla más, otros más nublados, pero al final el resultado es cuando se termina la edición.
Para nosotros ver que los artistas se han emocionado de lo vivido, se van contentos, al final, la labor bien hecha.
Se dice que Flamenco on Fire se había convertido en la segunda cita más importante de la ciudad después de los San Fermines, ¿no es mucho decir?
No, es un dato objetivo, es cierto, de una manera u otra, con todo el respeto para otros eventos que se hacen en la comunidad foral a los cuales respetamos. No es que compitamos, el festival es un valor añadido a lo que se hace en Navarra, tenemos nuestro propio recorrido, en términos cuantitativos y cualitativos Flamenco on Fire, a día de hoy, lidera la agenda cultural.
¿Qué pasó con Miguel Morán, fundador del festival? ¿Cuándo te incorporaste al festival como director?
Miguel Morán fue quien inició el festival, tenemos una amistad de más de 30 años, hemos hablado mucho tiempo, de una manera o de otra he estado vinculado, indirectamente desde su inicio, directamente hace ya 5 años, 4 desde que tomé el relevo. El decidió parar y creo que en su cabeza seleccionó a quién creía que podía tirar del carro. Para mí el festival es un regalo, a mí el flamenco es una de las cosas que más me mueve en esta vida.
Respecto a la programación, entiendo que lo más complicado es conformar la de los grandes conciertos, que de alguna forma tienen que tirar del resto de programación que es gratuita en gran parte.
Cuando hablamos de grandes conciertos, hablamos de teatros, de aforos grandes y eso significa que hay que vender entradas, ese es el razonamiento lógico de cualquier promotor privado. A partir de ahí, se intenta traer una serie de artistas que estén a la altura del festival, valorando siempre la calidad y el éxito del artista. También como programador tienes que permitirte alguna licencia, producciones propias que quizás no sean rentables económicamente pero que hay que hacerlas, para dar la posibilidad al público que tenga acceso a determinados espectáculos que de otra forma sería imposible. Se trata de que al final el círculo cierre. Al mismo tiempo tenemos otros ciclos que complementan la programación.
Este año ha incluido algunos conciertos muy arriesgados en ese aspecto, no en vano, el que hayáis elegido ‘Alzapúa’ como lema de esta edición.
Artísticamente no se arriesga, son artistas jóvenes y no tan conocidos como otros, hay que apostar por gente joven. Ese espectáculo ha sido pensado por el lema elegido, en este décimo aniversario la guitarra ruge, así que pensamos que era una buena fórmula, la producción está ahí y esperamos que artísticamente sea un éxito que es lo que nos interesa.
El escenario siglo XXI en el Zentral, es sitio para un flamenco mucho más abierto, del que muchas veces, lo digo por experiencia, lo disfrutan aficionados más clásicos.
Es una línea de programación totalmente distinta al resto, tiene su razón, el flamenco está en lo fronterizo, no quiere decir que sea esquivo al flamenco. Hay público de distintas edades que tienen muchas curiosidades musicalmente hablando, si la puerta de acceso a un género se tiene que hacer a través de La Plazuela, Romero Martín o Los Chichos que también han venido, pues bienvenido sea. No podemos traer todo, pero si una muestra de cosas que están ocurriendo, intentando atraer a público a través de esa frontera que puede clasificarse de flamenco.
Y lo de los calles, balcones y patios, a poco que se pueda ver la programación debe de satisfacer a prácticamente todos los aficionados al flamenco. Aquí es donde más libertad encuentras para conformar su programación.
Cada ciclo al final lo que hace es librar el otro, al menos esa es mi idea, hacer una programación equilibrada, poder ir desde la F a la O, me refiero a la palabra flamenco, poder disfrutar de las distintas formas de entenderlo. La calle tiene una programación de altísima calidad, además de acceso gratuito en diferentes enclaves de las ciudades donde estamos, artistas de primerísimo nivel. El Zambo, Vicente Soto, Antonio Reyes, Tomatito, Potito, Segundo Falcón, … más de 50 artistas. Y sin contar Viana y Tudela que también tienen una gran programación.
Desde la primera edición, la agenda cultural es de las más completas que pueda darse en un festival flamenco, habéis añadido unos galardones flamencos, las Jornadas Eterno Sabicas siguen siendo el eje principal a lo largo de todas las ediciones, tenéis ‘On Fire Cine’ y ‘On Fire Kids’
Tenemos una programación extra musical, así la llamamos, en las cuales abordamos el flamenco desde otras perspectivas, desde la perspectiva de la conferencia -Jornadas eterno Sabicas-, del cine -On Fire Cine-, de los niños -On Fire Kids’. Al final intentamos que cuando en el futuro alguién pueda ver la programación del festival se encuentre algo que le pueda gustar.
Menos mal que tenéis un acuerdo con Renfe para traer a tantos y tantos artistas de Andalucía.
Renfe es colaborador del festival, lleva con nosotros muchos años, hace que el festival esté un poco más equilibrado, un acuerdo bueno para los dos. También tenemos acuerdos con el Hotel 3 Reyes, el Hotel la Perla, … la forma de contribuir al festival se puede hacer desde muchas perspectivas.
Ahora que dices del Hotel 3 Reyes, vuelve el ciclo Nocturno.
Ha estado dos años parado por causa de la pandemia, ahora regresa, reformulado, una noche el en balcón del Gobierno de Navarra con Manolo Franco y 3 noches de tablao con cante y baile. 4 noches en total con programaciones totalmente distintas e independientes de mucha calidad, 1 de guitarra, 2 centradas en el baile y una centrada en el cante. Y en el Hotel se convierte en la sede del festival y quizás sea ese el secreto, la convivencia entre artistas, aficionados, prensa.
Que salga todo muy bien, nosotros hemos estado las 10 ediciones y al igual que muchos aficionados hemos hecho propio el festival.