Entrevista a Antonio Canales. X Aniversario.


Antonio Canales es uno de
los bailaores más prolíficos del panorama flamenco actual.
Son numerosas sus creaciones desde que en 1992 fundará
su propia compañía, pero sin duda su espectáculo «Torero»
estrenado en 1993, es el que más reconocimientos le
ha valido. En la actualidad se cumple el décimo aniversario
de su compañía y el sevillano ha decidido celebrarlo
llevando este montaje de nuevo a los escenarios para
que «ahora los jóvenes que han oído hablar de esa coreografía
puedan ver ese «Torero» que antes se presentó». Antonio
comentó que por el paso de los años ahora es un torero
más madurito, como Curro Romero, pero será totalmente
fiel a la coreografía que creó. Además de «Torero» Canales
y su compañía representan en una segunda parte extractos
de otras de sus obras. Afirma que su andadura como bailarín
llega a su fin, aunque las inquietudes del popular artista
son muchas: seguir con su faceta de coreógrafo, actuar
en el cine, escribir libros…Si bien ya tiene en mente
un nuevo espectáculo de flamenco «Minotauro» que estrenará
en la Bienal de Sevilla.

Si celebras
los diez años de tu compañía con
«Torero» ¿Esta coreografía tiene
un significado muy especial par ti?

Ya el año
próximo voy a anunciar que digo bye. Será
mi retirada por todos los ruedos con 41 años,

«Sí esta coreografía
marcó una pauta, porque aunque yo ya había
trabajado con el grupo varios años, habíamos
hecho «Siempre Flamenco», «A ti Carmen
Amaya», fue en la primera que me uní con
un director que fue Luis Olmo, con un guionista y con
un escenógrafo que fue Carrascal. Había
dejado Gades hechas esas películas y Mario Maya
una cosa teatral, pero hizo «Medea» el maestro
Granero y luego con «Bodas de Sangre» la cosa
se quedó ahí, no había una dirección
por donde tomar: si seguir con el teatro flamenco, si
seguir con el musical flamenco, si poner una cosa tan
evidente como el Torero… que suena muy folklórico.
En su momento me tacharon un poco de ir vendiendo la
paella y España, pero no era para nada eso y
se ha convertido en otro clásico que tiene ahora
mismo una década, que en su momento marcó
una visión sobre muchos jóvenes que han
podido investigar sobre ese camino, y además
una coreografía que salió muy redondita,
entonces es como mi hijo, al que más quiero de
todos»

Llevas
diez años al frente de tu propia compañía
¿ Eso te da más libertad creativa?

«Muchos dolores de cabeza, me da de todo, por una
parte mucha libertad y por otra soy preso de mi trabajo.
Dicen que mucha sabiduría causa mucho dolor y
a mí de verdad esto me causa muchos quebraderos
de cabeza. A veces cuando voy invitado a bailar a un
sitio y solo tengo que dedicarme a disfrazarme y maquillarme
y a bailar es un lujo, que ya hace que no me acuerdo
de ese lujo muchísimo, porque yo tengo que estar
pendiente. Encima si soy coreógrafo todos los
personajes pasan por mí, están filtrados
por mí, depende de muchos espíritus, uno
solo no gana la batalla depende de todo, él que
me toca, me canta y él que viene, ese es el espíritu
del flamenco»

Vas hacer otras coreografías
de tu carrera. Torero es la primera de ellas ¿Qué
evolución se nota desde «Torero» a
«Gitano», «Bernarda Alba»… hasta
ahora?

«Mucho, porque según también los
interpretes que haya tenido en mis manos he evolucionado,
he hecho investigaciones con Teresa Nieto, he coreografiado
a gente invitada en la compañía, al ballet
nacional… La compañía ya ha hecho más
de 40 creaciones, diez muy importantes. Otras las hemos
tenido que guardar en el baúl como Narciso, que
rompí todos los espejos y no quise saber más.
Hay que ir equivocándose para ser un buen coreógrafo,
aquí en España no hay escuelas de coreografía,
te tienes que ir equivocando solo, es un trabajo duro,
unas veces aciertas otras no. Cada coreografía
mía ha sido un momento de mi vida, como cuando
he hecho Prometeo.»


¿Te has sentido más realizado todos estos
años como coreógrafo o como interprete?

«Siempre como interprete, siempre, porque a lo
mejor he hecho una mala coreografía, pero mi
interpretación siempre he intentado que fuera
brillante, porque me gusta interpretar. La coreografía
a lo mejor ha estado deshilachada, pero la interpretación
no, se ha criticado más mi coreografía
que mi interpretación. Mi interpretación
apenas se ha dudado, excepto que hay gente que me ama
y otra que no, pero no se ha dudado que fuera un gran
interprete. Mis espectáculos tienen muchos partidarios
y otros que no, quizás por mi vanguardismo, eso
si ha estado más vapuleado en mi vida, me ha
costado más trabajo realizarme, ya que una coreografía
cuesta muchísimos millones, meses de trabajo,
de esfuerzo y te la juegas mucho más»

¿Siempre
das mucha importancia a los bailaores jóvenes
de tu compañía?

«Porque son gente estudiosa, que han tenido maestros
muy buenos. Yo cuando fui a hacer «Gitano»
con Sara Baras, estuve observando, quería un
elenco de chicos jóvenes que bailaran flamenco
y cogí de todas partes de España de Barcelona,
Sevilla, Córdoba y luego casi todos han destacado,
ha habido tres de ellos que han estado en el Ballet
Nacional, cada uno con su grupo y siempre hemos estado
conectados y han hecho una labor muy fuerte. Llevan
diez años dejándose el pellejo y han interpretado
muchas obras: Paul Vaquero, Juan de Juan son nombres
que van sonando, pero los bailarines lo tenemos muy
difícil y necesitamos el apoyo de la gente, de
la cultura, que el flamenco y la danza no tenga el rollo
ese del glamour, la tontería y la miseria, eso
es pan para hoy y hambre para mañana. Ellos quieren
bailar toda la vida y que se le respete como bailarines,
no tienen que vender el culo en una revista del corazón,
porque queda muy feo, hay que sudarlo día a día
para llegar. Para mí son unos de los chicos más
preparados para bailar en España, a parte de
otros que me gustan como Farruquito y como Juan Andrés
Maya que ya es un maestrito, que ha hecho una cosa de
Carmen Amaya que es una pintura de la danza aquí
y en Pekín y de eso tiene que enterarse la gente
que nosotros lo que vendemos es la danza, no hacer la
gansa, sino la danza. Es una pena que tenga que arruinarse
guardan eso en un baúl, se le pasan los años
y luego ¡qué baila muy bien Juan Andrés!
Uno tiene que apoyar esas cosas.

aquí
en España no hay escuelas de coreografía,
te tienes que ir equivocando solo

¿Es cierto que ha
sacado un decálogo para las academias de baile?

«Hemos construido una fórmula para que la
gente y los profesores no se lucren deliberadamente
y la fórmula es hablar con un ayuntamiento y
decir: vamos a ver, vamos a hacer una escuela invertir
los millones que sean, pero luego a los chicos que vengan
300 niños, les va a costar 200 pesetas las clases.
No que si yo monto una academia con mi nombre, como
han hecho Matilde Coral y otros compañeros míos,
lo que hacen es lucrarse, poner las clases muy caras
para no poderlas tomar todo el mundo y se hace inaccesible
el arte y yo prefiero tener un sueldo del estado y enseñar
a muchos niños que les cueste barato y poner
a buenos profesores que lo hagan. Es algo que no interesa
a mucha gente que se haga, pero lo que a mí me
importa es la danza no lucrarme, que bailen bien, por
eso he enseñado a los jóvenes ahora debutan
otros dos pequeños uno de Barcelona y otro de
Madrid y un respeto a los demás y nada de tonterías,
a trabajar mucho»

¿Tú te dedicas
indirectamente a la docencia?

«Hombre ¡imaginaté!, aquí ha
estado Sara Baras, Miguel Angel Rojas, todos los arrieritos,
los dos primeros bailarines del Ballet Nacional, te
pones a mirar, ¡si ha pasado casi todo el mundo
por esta compañía!, por algo habrán
pasado digo yo»

si soy coreógrafo todos los personajes
pasan por mí, están filtrados por
mí, depende de muchos espíritus,
uno solo no gana la batalla depende de todo, él
que me toca, me canta y él que viene, ese
es el espíritu del flamenco

Llevas tiempo diciendo que
te vas a retirar y dedicarte mas a la coreografía,
escribir.. ¿De alguna manera te ves obligado
a subirte a un escenario para dar auge a la gente que
tienes al lado, para dar salida a la gente joven?

«Un poco por eso y un poco porque tenía
que cumplir mi décimo aniversario y estoy en
una edad que si se pasan más años, ya
si que no podré hacer ni el Torero ni la Bernarda,
entonces sería la abuelita de Bernarda y tenía
que coger una edad propicia para poder disfrazarme de
muchas cosas y que digan que todavía está
ahí. Ya el año próximo voy a anunciar
que digo bye. Será mi retirada por todos los
ruedos con 41 años, como lo dije, me quedaré
tranquilo dirigiendo muy feliz, algún día
haré algún papel que me interese como
hace Nacho Duato, pero ya lo venderé la compañía
como tal, al Canales como tal ¡Qué más
quiero bailar! Si llevo toda la vida bailando»

¿No te sientes con
fuerzas, porque muchos bailaores continúan bailando
en su madurez?

Sí, sí tengo muchas fuerzas, pero prefiero
cuando tenga ganas decir en este sitio voy a bailar
y voy y bailo y lo pongo, van 200 personas de elite
como hace en el Village, y Miles Davis y bailo para
las 200 ese día, porque disfruto y me voy a mi
casa tan tranquilo, no vivir una maquinaria, que tienen
que vivir otros de su tiempo, edad y momento. Estoy
celebrando mi décimo aniversario, ayer en Barcelona
en el auditorio había 200 personas que nada más
poner un pie nos recibieron con una ovación a
mí y Tomatito ¿Qué le puedo pedir
más al público de mi país?, si
voy por la calle y no me dejan, como no me ponga como
Nefertiti en las cortes, pues vivir, disfrutar, que
la gente venga a vernos bailar, que llene esto, porque
va a ser una cosa histórica»

… voy a
hacer que la Bienal de Sevilla sea una fiesta los
tres primeros días. Hemos pedido permiso
al ayuntamiento y voy a meter fuego alrededor de
todo el teatro y a sacar caballos, va a ser un evento…

Háblanos de tu próximo
espectáculo Minotauro, que vas a estrenar en
la Bienal

» Expresa una lucha interna. Estará Ramón
Oller que hará el personaje de mi conciencia,
los chicos que harán los efebos, estará
gente muy interesante, va a ser un evento, me voy a
permitir el lujo ahora con la edad que tengo, de no
hacer un espectáculo para gastarme 40 millones
y luego pasearlo por todas partes para tenerlo que rentabilizar,
al manager y los productores. No quiero esponsores,
no quiero a nadie, porque el que me esponsoriza, me
explota y no quiero que me explote nadie, entonces voy
a hacer que la Bienal de Sevilla sea una fiesta los
tres primeros días. Hemos pedido permiso al ayuntamiento
y voy a meter fuego alrededor de todo el teatro y a
sacar caballos, va a ser un evento y ya no quiero decir
más. Voy a hacer un evento para que disfrute
todo mi público andaluz y Sevilla y la Bienal
se lo merece y la danza también y luego cogemos
todas las cosas y nos vamos por ahí a hacer una
fiesta a un cortijo y ya no ve nadie más la coreografía,
que estoy harto de las coreografías de plástico
que se montan para luego pasearlas»

 

 

 



Salir de la versión móvil