Entredos Ballet Español: la energía de la danza al servicio del flamenco

Entredos Ballet Flamenco

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Silvia Cruz Lapeña

La compañía dirigida por Elena Algado y Miguel Ángel Corbacho presenta el 30 de mayo «Silencios rotos» en Flamenco Madrid

 

“Tener una compañía de baile hoy en día es un milagro”, dice la barcelonesa Elena Algado cuando se le pregunta por la dificultad de mantener un grupo en los tiempos que corren. La cosa se complica si además, ella vive en Badajoz y su compañero de cartel, Miguel Ángel Corbacho, lo hace en Sevilla. “Pero todo tiene arreglo: quedamos en un punto, cedemos todos y así lo hacemos posible”, dice el artista. 

Ahora vuelven a Madrid, donde ambos vivieron y crearon “Silencios rotos”, obra que presentan el 30 de mayo en el Teatro Fernán Gómez en el marco del festival Flamenco Madrid. “Fue una catarsis. Surgió en un momento en que ambos llevábamos diez años como bailarines del Ballet Nacional y fue un momento de decir hasta aquí, no quiero ser más dirigido, quiero dirigir. Fue una explosión”, cuenta Corbacho. Algado está de acuerdo con esa afirmación, pues ella explica que ya le había llegado el momento de expresarse “más allá del baile”, creando danzas para otros, contando sus historias. 

 

Energía y colores

En “Silencios rotos” no hay hilo argumental, sino mucho movimiento. “Lo que va a ver el público es mucho baile, de calidad, y mucha energía sobre el escenario”, dice Algado, algo en lo que Corbacho redunda diciendo que para los bailarines “es como una clase de zumba muy potente”. Efectivamente, la hora y media que dura el espectáculo es un paseo por palos del flamenco vistos desde la óptica de la danza española, pero que nadie se confunda: no descansan un segundo, hay mucha fuerza y el repertorio de movimientos y estilos es abundante. 

Su danza, dicen no es heterodoxa, es enérgica y bebe de lo que aprendieron de maestros como José Antonio Ruiz, quien fuera primer bailarín en la Compañía de Antonio. Lo que hacen tiene el sello de la danza española, pero se puede gozar con él de un taranto o una granaína, estilos escogidos para los solos de Corbacho y Algado respectivamente. En el resto, les acompañan en el ejercicio un cuerpo de baile compuesto por otros seis bailarines y músicos como el guitarrista Isaac Muñoz y el cantaor Miguel Ortega. 

En “Silencios rotos” los colores tiene un papel importante: “Nos sirven de hilo, desde el vestuario hasta la coreografía, porque vamos del negro al blanco y terminaos con coral y turquesa por bulerías. Es una evolución, un cambio de estado de ánimo con el que vamos rompiendo el silencio y pasando de lo solemne a la juerga”, relata Corbacho a Deflamenco.

 

Clases y maletas

En paralelo, los dos artistas trabajan en otros proyectos. Uno es el que presentaron en el ciclo Jueves Flamencos, “La memoria del alma”, un homenaje a los diferentes maestros que han pasado por sus vidas. Corbacho nombra también un reto próximo: “Montar un número para los alumnos del Centro Andaluz de Danza que estrenaremos el 10 de junio en el Teatro Central de Sevilla con músicas de Rafael Arregui”.

Ambos compaginan su labor de coreógrafos y bailarines con la docencia. “Claro que doy clases, muchas clases”, dice riendo Elena, que las imparte en el Centro Extremeño de Danza que lleva su nombre. Ella, que empezó desde pequeña a bailar sin tener antecedentes en la familia, se siente afortunada de poder dedicarse a lo que le gusta y se le da bien. “Tiene sus complicaciones, por ejemplo, alternar la vida artística con la personal porque una acaba harta de tantas maletas. ¡Pero compensa!” Corbacho tiene una sensación parecida y ambos desprenden una energía muy contagiosa cuando explican su trabajo. 

En “Silencios rotos” se ve esa fuerza que da tomar las riendas. Ellos las cogieron hace ya cuatro años y no parece que de ese camino haya retorno.

Video Entredos Ballet Español. Silencios rotos

 

Fotografías


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