El flamenco y la sardana se mezclan en «Charnego»

David Romero "Charnego"

David Romero "Charnego"

Texto: Silvia Cruz Lapeña

Fotos: Ana Palma

Doce años después de su último estreno, el bailaor de Hospitalet David Romero presenta un espectáculo con el que recuerda la historia de familias como la suya, emigrantes andaluces que llegaron a Cataluña en los años 70.

 

Delante de la puerta del Centre Cultural La Bòbila de L’Hospitalet hay un olivo. Está en medio de la plaza, trasplantado, representando la sangre de muchos de los que pasan cada día ante él y lo respiran. De puertas para adentro, uno de ellos: el bailaor David Romero, que prepara su próxima obra junto al percusionista Joni C. Sánchez. Uno y otro son catalanes, pero por su léxico y su deje ambos parecen, como el árbol de la calle, dos trasplantados. 

Romero recibe a Deflamenco mientras prepara el plato fuerte de “Charnego”, unas sardanas a compás de tangos. Este es su tercer espectáculo y lo presenta el 23 de febrero en el Teatre Joventut de su ciudad tras doce años sin estrenar algo propio. “No me apetecía y cuando me apetecía, no encontraba los medios. También creo que uno debe crear cuando le nace, no por la obligación de estar siempre presentando algo”. 

El título está escogido a conciencia. Según el diccionario del Institut d’Estudis Catalans, ‘xarnego’ es un término despectivo para referirse al “inmigrante castellanohablante residente en Cataluña”. Romero, sin embargo, le da la vuelta. “Charnego es lo que soy, me siento identificado con esa palabra y para mí es positiva. Claro que soy consciente del momento político y social en el que la estoy usando, pero para mí eso está en segundo plano”. De lo quiere hablar Romero es de la valentía que precisa alguien que tiene un sueño. “El de mi protagonista es bailar, abandonar una vida recogiendo aceitunas para irse a Barcelona y ser bailaor. El de mi padre era trabajar en una fábrica como la Seat. Lo importante en cualquier caso es perseguir lo que anhelas”. 

 

El paso por Madrid

“Mira, Joni, yo hago tacatá, tacatá, tacataaaaaaaa y luego tú me contestas”. En la preparación de esos tangos que serán sardana y viceversa bailaor y percusionista tardan cinco minutos en entrar en su mundo. Se entienden a golpe de tacón y de cajón y pronto el resto de personas que hay en la sala se queda fuera del juego. “La historia que cuento en ‘Charnego’ no es mi biografía, es un poco la de mi padre, la del tuyo, la de tantas familias que vinieron aquí a vivir. Como la mía, que llegó en los años 70 procedente de Huelva”. 

Esa misma inquietud es la que llevó a David a vivir en Madrid, donde trabajó con Rafael Amargo, Joaquín Cortés, Antonio Canales y en el Nuevo Ballet Español. “En la capital tenía acceso a algo que Barcelona no podía darme: compañías de flamenco. Y allí encontré trabajo, estabilidad y libertad”. Pero a los nueve años sintió que ese ciclo había acabado y volvió a su ciudad donde siguió con sus cursos, sus clases, dirigió el Palacio del Flamenco y trabajó en El Cordobés. “Barcelona es una ciudad estupenda porque hay trabajo, pero le faltan ciertas cosas. Y yo soy tablaero, pero tengo otras aspiraciones y aquí no siempre puedo desarrollarlas”.

El artista cuenta todo esto mientras prepara los bailes vestido con chándal y botines y luciendo un tambor colgado del hombro con el que da pautas a Sánchez. “No hay más remedio que montar la obra por partes. Tengo al guitarrista, Flavio Rodrigues, en Brasil, y a los demás en sus proyectos. Luego yo lo coso todo, pero mientras el Skype y el whatsapp son mis aliados”, cuenta riendo. En el elenco de “Charnego” estarán Juan José Amador y Roberto Lorente al cante; Diego Villegas y Rodrigues en la parte musical y Stephane Boko, responsable de algunas coreografías del Cirque du Soleil, en la dirección.

 

Sus maestras

En su nueva obra, Romero incorpora elementos de danza contemporánea. “Son toques que aparecen en la parte del viaje que hace el personaje de Andalucía a Cataluña”. El resto de las piezas serán tanguillos, fandangos, seguiriya y una granaína que le ha cedido el guitarrista Chicuelo porque dice que admira el trabajo de compañeros como Andrés Marín, pero que él no es un bailarín contemporáneo, sino un bailaor de flamenco. 

“Me da vértigo la reacción del público con esa sardana, por ejemplo, quiero que se entienda lo que hago y lo que quiero expresar… Pero creo que es normal mi temor, sobre todo porque hay mucha gente apoyándome”, dice el joven que ha recibido ayuda del Ayuntamiento de L’Hospitalet y de entidades como la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Cataluña (FECAC) para sacar adelante su espectáculo. 

Lo que  no le genera dudas es bailar con bata de cola. “Es que me pertenece, es natural para mí. Ya la saqué en “¿Quién dice que no?”, mi segundo espectáculo y de eso hace doce años”. Añade que saca su lado femenino, pero que no es esa su intención en esta obra. “Yo no tengo tabúes ni manías a la hora de mover una mano o la cadera, pero en ‘Charnego’ usaré la bata manteniendo un baile muy masculino”. Lo dice alguien a quien solo le salen de la boca nombres de mujer cuando se le pregunta quiénes son los artistas que más le han marcado: “Eva La Yerbabuena y Belén Maya”.

Romero las nombra con admiración, pero se le nota que anhela su propio espacio. Que tiene la necesidad de volar solo, como ha hecho siempre, pero sabe que el panorama es complicado y hay que reivindicarse. “Siempre he sido valiente, he ido a por lo que he querido. Ahora es ‘Charnego’, mañana ya veremos”, dice pícaramente y se le nota en los ojos que ya está pensando en el siguiente paso. 

 

 

 

 

 


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