Ángel Rojas tiene un encargo, Farruquito le ha pedido que dirija su nuevo espectáculo ‘Desde mi ventana’ con el objetivo y la responsabilidad de llevar a escena la parte más personal del bailaor más carismático que tiene el flamenco hoy día. El espectáculo verá la luz el 9 de septiembre en el Teatro Lope de Vega de Sevilla en La Bienal de Flamenco. En estos días están terminando de encajar todas las piezas para su estreno.
Ángel Rojas tiene una dilatada carrera artística, creó, junto a Carlos Rodríguez su propia compañía ‘Nuevo Ballet Español’ desde 1996 con las que ha firmado numerosas obras. Antes de ello formó parte de compañías con Rafael de Aguilar, el maestro Granero o Antonio Canales. En los últimos años ha centrado su objetivo en la dirección artística de obras como ‘Trianero’ de Antonio Canales para la Bienal de 2016, también ha dirigido a La Lupi, Carmen la Talegona, María Moreno,… la gala de La Chana, etc. Mas recientemente dirigió el espectáculo ‘Ser: ni conmigo ni sin mí’ de Mercedes de Córdoba que obtuvo un gran éxito en el Festival de Jerez y que también se presenta en esta Bienal de Sevilla el 24 de septiembre. No podemos dejar de destacar su aportación en la dirección durante varios años del Festival Flamenco Madrid, así como la dirección artística del Teatro Flamenco Madrid.
Veo que has hecho de todo, ¿una cosa lleva a la otra o no sabes decir que no?
Ciertamente una cosa te lleva a la otra, pero siempre que haya un plan y yo soy de marcar objetivos. Yo tenía muy claro que quería dirigir, era un objetivo, aunque nunca pensé que podía dirigir un teatro o un festival. Soy persona de planificar y todo es producto de lo que se proyecta.
Ahora mismo estás dirigiendo al mismísimo Farruquito, entiendo que es algo inesperado ¿te sorprendió su llamada?
Muchísimo, cuando me llamó no me lo creía, estuve un rato buscando la cámara oculta, aunque para mi era muy deseado, date cuenta de que es el ‘capitán de capitanes’, el que marca el timing del baile flamenco masculino, y que nunca se había puesto en manos de nadie. Al final las cosas se hacen realidad y creo que estamos creando una alianza interesante y duradera.
Le deben de haber hablado bien de tu trabajo, estoy pensando en Antonio Canales con el que has trabajado mucho y últimamente Mercedes de Córdoba.
Juan me hizo una radiografía total y absoluta, preguntó a su círculo más cercano con el que yo tengo relación, Alfonso Losa fue uno de ellos, fue crucial, Juan le tiene estima personal y profesional. Aún así, no le dije que si directamente, que lo haría a ciegas, pero quise cerciorarme que lo que el buscaba de mi yo se lo podía ofrecer. Le hice un resumen de mi trabajo, espacios escénicos, iluminaciones, propuestas artísticas en las que me muevo, le dije lo que yo haría y le pedí que evaluara y si estaba de acuerdo que me volviera a llamar. Me volvió a llamar y entonces ya no había dudas.
¿Qué crees que espera de ti? ¿Cómo puedes ayudar a conseguirlo?
Aquí se juntan dos mundos, el mundo racial, la escuela barroca sevillana, farruquera, la parte salvaje del flamenco, con la parte de concepto contemporáneo escénico que es la que yo puedo ofrecer, vinculada al flamenco, por mi trayectoria yo pertenezco al flamenco y a la danza, esa es la conjunción de los dos mundos. Se trata de que le permita salirse del costumbrismo, el barroquismo flamenco donde el se mueve normalmente, de lo literal para contar una historia a unirse a una narrativa mas contemporánea mas abstracta, donde no todo es explícito, aunque el resultado final resulte directo.
¿Cuál ha sido el proceso hasta ahora?
Yo no conocía a Juan, ni a Farruquito, no había hablado nunca con él hasta que me llamó, lo admiro como artista claro, y he de decir que me he llevado una grata sorpresa en lo referente a lo personal. Primero me enseña quien era Farruquito y yo le pregunté quien era Juan, ahí comenzamos a trabajar, hablar de la vida, de la familia, de las cloacas, y siempre de una forma honesta. El trabajo de investigación ha sido muy natural, exquisito, he hablado con toda la familia, y el trabajo de tu a tu, mucho mejor.
Se trata de un espectáculo lleno de luz donde principalmente lo que quiere es agradecer, a la música, a la vida, con sus luces y sus sombras. Lo que hice fue remontarme a lo que era su vida visto desde su ventana. La ventana es una metáfora, para contar quien es Juan, lo que le ha pasado y cuales son los pilares importantes en su vida. A partir de ahí le presenté un guion que aprobó y dónde se siente cómodo, es un traje a medida.
Dentro de lo que es una producción atípica a lo que estoy acostumbrado, no es una gran estructura, pero si tiene una gran materia prima, por eso he indagado para sacar lo importante, para sacar el máximo. Desde luego, Juan está siendo totalmente honesto, consecuente, comprometido con el trabajo, en ese aspecto es incansable. En mi caso estoy trabajando con todas las posibilidades propuestas, no se está negando a nada, por fuera de su línea que parezca, aunque a veces yo veo que no encaja y hay que volver a un punto intermedio. Realmente siento que estoy siendo útil y que esta funcionado. Eso es lo que busco, ser útil, es lo que me hace estar tranquilo, hacer algo que realmente merece la pena.
Es la primera vez que Farruquito no dirige sus espectáculos.
Juan está dando un salto real, no es postureo, no llama a un director para hacer lo mismo que hacía antes, nos estamos obligando a cumplir lo pactado. Me está dando permiso hasta para darle notas dramáticas de coreografía, “para aquí, ahora no remates, ..” buscando los equilibrios entre lo que eres y lo que quieres llegar a ser. Creo que esta funcionando, pero hay que ver como queda al final. Si está claro el espacio escénico, la iluminación, pero también hay proyecciones más tecnológicas y eso tendremos que verlo ya en el propio teatro. Aunque se estrena en La Bienal, el espectáculo necesitará más tiempo, tendrá que ir madurando, son procesos creativos profundos que necesitan tiempo. Gades estrenaba la obra y no quedaba perfecta en ese momento.
Qué abarca tu colaboración en este espectáculo, dirección de escena, artística, coreografía, vestuario, luces…
Es la dirección artística en global, yo vengo del baile español, pero muy vinculado a la raíz y al flamenco, a Doña Pilar López, al maestro Granero, José Antonio, vengo de una línea dramática muy vinculada a la raíz, el baile español y el flamenco. Intento cuidar todos los prismas de cada lado, no un director de escena, sino artístico, vestuario, iluminación, la parte musical, coreografía, dirección del intérprete, todo lo que tiene que ver con el espectáculo estaría bajo mi supervisión, se trata de darle globalidad a todos los elementos artísticos que lo componen.
Y a qué estética te llevas a Farruquito en el espectáculo.
El mundo que quiero meter a Farruquito es un mundo donde están los samuráis, los emperadores japoneses, dejar de lado el costumbrismo andaluz y meternos en otro lugar, para finalmente volver al flamenco. Todo está supervisado, Juan lo aprueba, no es que le vaya a vestir de japonés, pero si tiene connotación oriental, él ya es flamenco, si le vestimos de bailaor es algo redundante. Se trata de ir quitando capas para encontrar la pureza y aderezarlo con mundos paralelos que van en consonancia. Para mi Juan es un guerrero que lleva luchando con su vida desde que nació, ya antes de nacer estaba destinado a ser lo que es. Una persona con tanto peso, con tanta carga tiene que luchar como un guerrero, muchas veces para quitarse esa carga. En el espectáculo se habla de la familia, de sagas, patriarcado, sobre la vida, la muerte, el dolor.
¿Hará falta leer el programa de mano para entenderlo?
No, creo que no, es muy sencillo, se habla de quien es él y que tiene en la cabeza, de su mundo… espero que no sea necesario. Ahora no hay programas de mano, van en código QR.
Y si no funciona… cuanto mayor es el reto, mayor es el éxito o el fracaso.
La culpa del director, ya estoy acostumbrado, esa es mi labor, para el éxito o el fracaso. El buen director no se le siente cuando está, pero se le echa en falta cuando no está. Mi labor es hacer que triunfe, pero si no, que le corten la cabeza al director.
Es un espectáculo muy teatral y se está dejando llevar con la propuesta, no sé si llegará a un 10, pero de un 8 o un 7 no baja, la materia prima es de lo mejor, la música es espectacular y el baila impresionante, la globalidad es compacta y coherente, pero si no funciona la culpa es mía. Para mi no hay riesgo, yo estoy al 50% de lo que puedo hacer, para él si. No se cambia lo que hace siempre, bailar bien, el resto es lo que se ha cambiado.