Entrevista por Lourdes Gálvez del Postigo
En la era de la inmediatez, del consumo brutal de usar y tirar, por fortuna, aún podemos encontrar algunos milagros que nos hacen volver a creer en valores perdurables tales como el poder de la emoción, de las raíces y de la identidad. Con una determinación que deja callado al más pintado, una voz privilegiada y una sólida afición, Alicia Morales (Granada, 1981) nos presenta su primer disco, ‘La Novia de Cristal’, poniendo sobre la mesa su compromiso con el cante. Producido con el esmero y la excelencia a que nos tiene acostumbrados La Droguería Music, la granadina se rodea de las guitarras de los hermanos Cortés, Antonio de la Luz, Álvaro Pérez, Miguel Ochando y David Caro, para ofrecernos un abanico de palos en los que encontraremos joyas arqueológicas como los fandangos de La Peza o las bulerías de ‘La Chata’ o apuestas personales como la creación por tientos que abre el disco, con letra de José Luis Ortiz Nuevo; todo ello envuelto en un intenso perfume a Granada, reivindicando su importancia en el devenir de la historia del Flamenco.
La Novia de Cristal es una reivindicación del cante granadino ¿Qué papel ha jugado Granada en la historia del flamenco? ¿Está valorado en su justa medida?
Tenía muy claro que mi debut en estudio tenía que ser muy granadino.
Cuando anunciamos el título del disco la gente pensó que La Novia de Cristal era yo misma. Tiene gracia. Pero todo parte de cuando nos pusimos a preparar el material que queríamos incluir en este trabajo. En ese momento ya tenía muy claro que mi debut en estudio tenía que ser muy granadino, y a eso había que ponerle un título que recogiera esa esencia. Entonces mi productor me habló de François-René de Chateaubriand, un político y escritor francés del romanticismo que escogió Granada como lugar donde encontrarse con su amante. En ese momento de enamoramiento también de la ciudad, este personaje dejó escrito que Granada era como “la novia de cristal de nuestros sueños que todo el que la ve tiene la ilusión de volver a visitarla”. Y la verdad es que me pareció un título redondo porque era muy definitorio de todo lo que esta producción encierra.
Granada y otros territorios como Almería o Jaén, que estamos ahí en la parte oriental y parece que el cante de aquí no vale.
Sé que monográficos granadinos en disco han salido ya unos cuantos. Incluso hechos por artistas de mi tierra de más renombre que yo, pero quizá de un modo más comercial y por tanto con unas exigencias por parte de sus discográficas que yo no he tenido. Tenía muy claro hacerlo porque además el flamenco de las últimas décadas ha sufrido una reducción de su repertorio muy alarmante en la que Granada sale siempre mal parada. Pasa igual con otros territorios como Almería o Jaén, que estamos ahí en la parte oriental y parece que el cante de aquí no vale; que solo vale lo de allí. No pretendo ser endogámica, pero nos toca barrer para nosotros. Pero de verdad.
¿Cómo ha sido esa labor de búsqueda y selección? ¿Y cómo ha sido la experiencia de grabar con La Droguería Music?
La parte de la preproducción ha sido difícil sobre todo porque se iba retrasando más de la cuenta. Chemi siempre va de culo con el tiempo, trabajando varios discos a la vez aparte de otras movidas relacionadas con esto. Así que en comunicación continua con él, entre Miguel Ángel Jiménez y yo, fuimos agregando contenidos a la propuesta. Pero no solo palos o estilos; también queríamos que estuvieran las esencias de cantaores granadinos que no dejaron músicas ni letras pero sí su modo de cantar. Era una tarea ardua en la que también ha tenido mucho peso Curro Albaicín, que es una enciclopedia de estos temas y que además a mí me quiere mucho y me da los ánimos que hacen falta para salir viva de esto. La mano de Antonio Conde también ha sido imprescindible sobre todo a la hora de certificar que lo que estábamos haciendo tenía rigor a pesar que estuviéramos personalizándolo. Y después pensé que, aunque con tanta recopilación no tenía mucho espacio para la libertad creativa, sí que era el momento de aportar cosas nuevas. Para eso pedí ayuda a José Luis Ortiz Nuevo porque El Poeta entiende muy bien las inquietudes de los jóvenes y te hace un traje a medida sin despeinarse. Y tuve la suerte de que me hiciera el texto del cante que abre el disco al que yo puse música, y que lo hemos llamado creación por tientos porque es realmente una canción en ese tiempo. Sin David Caro poniendo orden guitarrístico en todo esto hubiese sido imposible llegar a buen puerto.
¿Cómo llegas tú al flamenco?
Desde pequeña. En mi casa, en la familia… Recuerdo dormirme en las celebraciones de navidad o cumpleaños escuchando cantar a todo el mundo y especialmente a varios tíos cantaores que no fueron profesionales pero que no lo hacían nada mal. Cuando me fui haciendo mayor empecé a participar y de ahí a preocuparme por aprender, investigar de donde venía un cante, de qué palo era… Y empecé a escuchar a Rancapino, Camarón, Chano, Morente, Carmen Linares. Si te fijas, muchísimo colorido de voces de las que empecé a nutrirme. Después tuve la suerte de conocer al Luis el Zambo en uno de sus cursos y, a la vez que empezaba a cantar más en serio, retomé el contacto con Paco y Miguel Ángel Cortes que curiosamente eran muy amigos de mi familia y me habían conocido de pequeña. A Miguel Ochando… Y fíjate, al final todos ellos están en mi disco. Me he movido mucho y tengo mucho que agradecer a mucha gente que ha apostado por mí y me ha aconsejado como si fuese una hermana o una hija.
Siempre ha habido mujeres con un papel protagonista en el flamenco, pero en lo últimos años se está estudiando y se está revalorizando su importancia en el devenir de la historiografía flamenca. ¿Crees que es necesaria esta reivindicación? ¿Qué opinas sobre la situación de la mujer en el flamenco y de su consideración?
En líneas generales la mujer siempre ha ido detrás del hombre para todo. Está más que claro eso de que ésta es una sociedad machista, pero no es menos cierto que de un tiempo a esta parte los cambios están siendo relevantes. Queda muchísimo por hacer y hay que seguir en esa conquista de derechos hasta llegar a una igualdad de verdad. Tampoco soy catedrática de historia de la mujer en el flamenco y no llego a mucho más del grado elemental, por lo que me gusta escuchar todas las partes y sacar mis conclusiones. La importancia de la mujer en el flamenco es incuestionable e imagino que las cosas no han sido ni tan malas como cuentan algunas ni tan buenas como cuentan algunos. El flamenco es un mundillo donde se vive todo muy intensamente, y hay de todo: hombres que respetan y que no. Pero también mujeres que no se respetan ni a ellas mismas.
La importancia de la mujer en el flamenco es incuestionable e imagino que las cosas no han sido ni tan malas como cuentan algunas ni tan buenas como cuentan algunos
¿Qué quieres decir con esto?
La mujer no necesita circos, necesita normalizar su valía como líder, en este caso como profesional del flamenco.
Que estoy muy preocupada por el uso político y de autobombo que se está dando a este tema porque se ha montado un circo de todo esto que muchas veces da un poco de vergüenza. Me refiero a la proliferación exagerada y descarada de espectáculos subvencionados de carácter exclusivamente femeninos. Dios me libre de ser censora de nadie y menos de otras compañeras porque precisamente, junto a Antonia Jiménez y Nasrine Rhamani, creamos en 2018 “Entre Primas” para ir a Londres y Toulouse. Y también con Antonia y Ana Cali montamos “Mûlier”. Pero todo de un modo más natural y huyendo de ese oportunismo con el que se está consiguiendo lo contrario: banalizar nuestra lucha. La mujer no necesita circos, necesita normalizar su valía como líder, en este caso como profesional del flamenco. Los medios están explotando tanto este tema que ya cuesta creer lo que publican porque es todo muy de cara a la galería. Siento ser así de clara.
¿Es difícil abrirse camino en el mundo del flamenco?
Mi propuesta, clásica pero actual, va a seguir evolucionado y, por supuesto, no voy a cantar nada que no vaya en esa línea por imposición de nadie
Hoy es un milagro labrarse un futuro en esto entre otras cosas porque hay mucha oferta, poquísima demanda y ningún respeto por la profesión. Hay que tener mucho aguante y amar mucho esta música para quedarse aquí en las condiciones actuales. No me he fijado una meta ni creo que la carrera de una cantaora de flamenco como yo deba ser meteórica, como se han visto otras a base de dinerales en promoción. Es verdad que dentro de la situación tan crítica que vivimos yo no puedo quejarme porque tengo trabajo y voy avanzando muy lentamente pero con pasitos derechos. No voy a cambiarme al pop electrónico por muy mal que me vayan las cosas porque antes me pongo a trabajar de cajera en un Mercadona, pero tampoco voy a ser ciega o sorda. Ya en este disco van músicas mías, como la granaína, y la idea es seguir en esa dirección hasta conseguir un repertorio propio. De mi creatividad. Mi propuesta, clásica pero actual, va a seguir evolucionado y, por supuesto, no voy a cantar nada que no vaya en esa línea por imposición de nadie. En mi cante es en lo único que puedo mandar de momento.
Muchos compañeros hablan maravillas de la fascinación que ejerce el flamenco en el extranjero y la exquisitez con la que lo tratan ¿Cuál ha sido tu experiencia al respecto?
Fuera de España se trata todo, no solo el flamenco, más que bien. Aquí vivimos en un chanchullo continuo que ya se ha perpetuado y del que nos va a costar salir. Por eso cuando viajas por ahí todo te parece glorioso y no es que sea para tanto: es que estamos acostumbrados a un trato tan pésimo que la normalidad nos parece el paraíso. Aquí hay sitios contados en los que te dan gloria; parece que has llegado en avión. Es como extraño.
hoy triunfan sin despeinarse muchos productos generados para las redes que están totalmente vacíos
Y la cuestión del conocimiento no la voy a poner en duda porque me temo que en España estamos cada vez más cortos de afición, de conocimientos y sobre todo de interés. Aquí se está imponiendo el ir a los espectáculos de flamenco como una convención social más que a saciar la sed de cante, toque o baile. Y si a eso le sumamos que la crítica de flamenco ahora la ejercen periodistas de pop, apaga y vámonos. De modo que hoy triunfan sin despeinarse muchos productos generados para las redes que están totalmente vacíos. Seguro que un pesimista dijo hace un par de décadas, exagerando, que iba a llegar el momento en que un alguien con los pantalones por los tobillos iba a llenar teatros. Ese momento ya ha llegado.
¿A que aspira Alicia Morales?
A seguir emocionando a quienes ya me siguen. Conservar la clientela también se ha puesto muy caro y atraer a la nueva ni te cuento. Pero ese es mi pequeño reto de todos los días. Aunque no estés en el escenario vas por la calle, alguien te ha visto en un cartel o una vez te escuchó en la radio y te pregunta si eres la misma… Y tú le contestas, le vendes tu mercancía, le cantas incluso un poquito y esa persona se va a su casa feliz. Posiblemente jamás se olvide de ti. Y eso es de las cosas más bellas que nos pueden pasar a quienes buscamos crear sensaciones para cambiar los estados de ánimo de las personas que van a verte a un teatro, a una peña, ponen tu disco o ven tus videos. En esto, como te decía antes, hay que solucionar la papeleta primera de comer todos los días, de tener para pagar las letras del coche, el alquiler… Mirar más allá es perder el tiempo y acabar cabreada.
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