Fecha: Del 12/12/2012 al 22/12/2012
Hora: :
Teatro Real
Plaza Isabel II s/n
28013 Madrid
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La culminación del trabajo de Israel Galván en estos últimos años con Lo Real-Le Réel-The Real, la lógica continuación de El Final de Este Estado de Cosas y la inmersión del coreógrafo y bailaor flamenco en una obra mayor.
En una zona limite de su concepción del baile y del flamenco, el bailaor sevillano se sumerge en un territorio que sabe imposible, más allá de su acostumbrado mundo simbólico y sus portentosas imaginaciones, el espacio de lo real no admite otra cosa que no sea la verdad, una cierta forma de la verdad.
En esta ocasión no quería Israel Galván estar sólo en el escenario. No se trataba del trabajo de un solo actor y, más que nunca, como el mismo Israel Galván dice, necesitaba bailar con las otras y los otros. Así, además de sus colaboradores habituales en la dirección, Pedro G. Romero y Txiqui Berraondo, esta vez el protagonismo es, también, para dos grandes bailaoras, Belén Maya e Isabel Bayón. También está la guitarra de Chicuelo y el cante de Tomás de Perrate y David Lagos. Las formaciones Sistema Tango, Proyecto Lorca y la bailarina Eloisa Cantón ponen el punto de vista hacia otras músicas. Emilio Caracafé, el Bobote, y la Uchi completan un estimulante elenco.
Argumento
Se trata de una aproximación al tema, difícil y capital, del exterminio de los gitanos bajo el régimen nacionalsocialista en la Europa de los años treinta y cuarenta. El tema no permite, por su propia naturaleza, una narración al uso, más bien se trata de aproximarnos a éste con algunas preguntas ¿Hay alguna diferencia entre la persecución finisecular de los gitanos europeos con respecto al exterminio nazi? ¿A qué se debe, sin embargo, la fascinación de los fascismos por el mundo folklórico de los gitanos españoles? ¿Puede el flamenco enseñarnos algo sobre cómo sobrevive una identidad a la propia idea de pueblo? Vemos, en el escenario, a un hombre, primero, después a una mujer, que van dando su vida. Vemos la atracción nazi, casi enfermiza, por el mundo sevillano de la Carmen o a la propia Leni Rienfesthal bailando como una gitana de las tierras bajas. Vemos, tras las bambalinas, a los gitanos de Europa aguantando apenas una vida de condenación que siguen, nos tememos, siguen aguantando hoy en día todo tipo de marcas y estigmas. Es verdad que a lo largo de toda la función, aquí y allá, hay momentos de alegría, amor, humor. La forma de vida que los gitanos encarnan sigue siendo una fuente de vida, a pesar de todo, siguen teniendo la fuerza para mirarnos a la cara y de frente.