Manuel Fernández comenzó a cantar a la edad de seis años en un festival en Pueblo Nuevo donde también actuaban Los Chichos, La Marelu y Bordon 4. Cantó una canción de Las Grecas, de las que se sigue considerando fan número uno. Con el tiempo se convierte en un acérrimo defensor de la copla, siendo una de sus mayores fuentes de inspiración la Isabel Pantoja de la época del programa «Cantares». Desde entonces ha tenido la suerte de poder compaginar el cante con el baile y ha podido actuar con grandes figuras del Flamenco. Trabajó bajo las órdenes del maestro Lebrijano en la obra «Tierra», pero también se ha curtido en tablaos como El Sacromonte, Tarantos o El Palacio del Flamenco. También actuó durante un tiempo en la mítica sala Scala de Barcelona. Ha participado en varios discos haciendo coros y lleva desde el año 2001 colaborando con la compañía de José de la Vega.
En la actualidad dirige la asociación Rincón del Arte y la Música de Badalona, y también la asociación de ayuda al pueblo saharaui «Esabar Saharaui Badalona Cooperación», donde conoce al grupo de jóvenes saharauis que le inspiran para fusionar la música saharaui con el flamenco. Además de su faceta de cantaor, bailaor y cooperador, Manuel también dedica parte de su tiempo a la comunicación: ha presentado Flamenco y Copla, programa de televisión dedicado a estos dos géneros, donde ha entrevistado a primeras figuras del género.
En 2013, gracias a la intercesión del escultor Lluis Ventós, Manuel se pone en contacto con el grupo de vanguardia The Pinker Tones para producir el que será su debut discográfico. Las bases del disco se graban en Sevilla, bajo la tutela de José Carlos Seco, brillante pianista y productor de flamenco. A continuación, las sesiones del disco se trasladan a Barcelona: En el estudio de The Pinker Tones se escriben y se graban los arreglos de cuerda y viento, y también el coro saharaui. Las mezclas también corren a cargo de The Pinker Tones y la masterización pasa por las manos del veterano Dennis Blackham.