Cantaora granaína, hija del maestro Enrique Morente y de la bailaora Aurora Carbonell, sus tíos Antonio Carbonell, José Carbonell, cantaor y guitarrista; criada en un ambiente flamenco y rodeada de artistas desde el conocimiento más leve de la vida.
A sus diecisiete años, la primavera del 97, en su debut ante el público madrileño cortó orejas y rabo y salió por la puerta grande, la afición del foro, se quedó pasmada, ¡Cómo canta!, a ver qué joven flamenca se arranca por seguiriya, por soleá, por malagueñas, taranta y por todo.
Estrella Morente ha nacido para cantar y es lo que ella quiere: «Cojo cosas de mi padre, pero me gustan todos, los antiguos y modernos’. El maestro Enrique ha influido mucho en su carrera, pero ella siente también pasión por La Niña de los Peines: «Creo que es la mejor cantaora de la historia».
Es joven y a la vez añeja, con melismas preciosos y una gran personalidad. Cuenta «Cuando me ponía a berrear, al poco de nacer, venía mi abuelo Montoyita iba con la guitarra a tranquilizarme, y le seguía a compás con el llanto. A los ocho años canté por Taranta y tocaba la guitarra Sabicas, no le olvidaré en mi vida’.
Ha colaborado con su padre Enrique Morente en conciertos y en grabaciones, asombrando a todos los aficionados.
Hoy ha iniciado su andadura profesional con una expectación fuera de lo común, alucinando al mismísimo Lenny Kravitz. Es el futuro y el presente, Estrella sí que canta flamenco, ya lo sabe el público de Sevilla, Valencia y Madrid. Reúne todas las condiciones necesarias: voz, afición, un sentido genial del ritmo, corazón e inteligencia, además de todo el legado heredado de sus mayores.
Carmen Linares dijo de Estrella Morente en el Teatro de la Maestranza de Sevilla durante un homenaje a La Argentinita: «Esta niña nos va a retirar a todos». Puede que si lo hace, sea de gusto, Estrella Morente representa la esperanza y la renovación. A Estrella no le ha bastado con ser la astilla ejemplar y mimada de uno
de los troncos más innovadores, geniales y arriesgados de la música actual, Enrique Morente, quien ha sido capaz de fusionar al flamenco más recóndito con voces búlgaras, música bizantina o trash-metal. El padre ha sabido ir fogueando a la hija ante públicos heterogéneos donde jóvenes rockeros se han mezclado con maduros aficionados al cante. Pero es que también esta muchacha hermosa ha nacido con una voz dulce y privilegiada, a la que se le adhieren matices cabales y antiguos de su cuna flamenca, y otros de jazz, blues o fado protugués, Cuentan que el maestro Sabicas le pidió de niña que le cantara una taranta. Y allá que Estrellita se lanzó y el señor de las guitarras tuvo que dejar de tocar porque las lágrimas no le permitían una falseta más. Como le sucedía al cantor sufí tristemente fallecido Nusrat Fateh Ali Khan, la voz de Estrella tiene el don de tocarte el pecho y hacer brotar las lágrimas de pronto. En su primer disco, uno de los más esperados de los últimos años en flamenco, Estrella demostrará que junto al profundo conocimiento que posee de las raíces del cante, es una de las elegidas para hacerlo crecer y renovarlo profundamente. Cantarle a La Niña de los Peines es algo que sólo se hace desde el respeto y el poderío.