El Pele

El Pele

El Pele

Nace en Córdoba un día del mes de enero de 1954 en el seno de una familia gitana por los cuatro costados. A través de ella le llegan a El Pele los primeros impulsos flamencos, las primeras semillas jondas que habrían de germinar en ese corazón gitano y musical de El Pele, un personaje importantísimo para la historia del flamenco que en estos momentos se escribe para un nuevo milenio.

Desde muy pequeño busca en reuniones y tablaos, los escenarios para mostrar su arte y para llevar dinero a su familia. El Cordobés, que por aquellos años reinaba en el planeta de los toros y de las fiestas, fue quien lo bautizó con el nombre con el que ya tiene un sitio de honor en el gran libro del flamenco.

Con apenas 15 años obtiene en Cabra (corría el año 1969) el Primer Premio Cayetano Muriel con lo que empieza a destacar como revelación en el panorama flamenco de la época. Al año siguiente, 1970, consigue el «Melón de Oro» en Montalbán y así, entre recitales, fiestas en tablaos y concursos por los terrenos de la novillería flamenca llega al Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba donde consigue nada menos que el Premio Nacional «La Serneta» por soleá y el de «Pastora Pavón» por bulerías.

Hacer un recorrido por el itinerario flamenco de El Pele es descubrir una importantísima trayectoria artística que va mucho más allá del simple triunfo en un festival o de la conquista de una afición cualquiera en cualquier peña del mapa flamenco, con todo lo que ello lleva -y El Pele también ha recorrido estos caminos- de prestigio y de consideración artística.

Pero El Pele ha hecho más. Su intuición musical, sus conocimientos artísticos y su personalidad buscadora de nuevas formas y de nuevas modas arrancando siempre de las raíces más puras del flamenco, lo han llevado a compartir los escenarios más dignos del mundo con las primerísimas figuras de la música de todas las latitudes posibles.

Un día veraniego del año 1990, el genial David Bowie escuchó un disco de El Pele. Tan ganado quedó su arte, que decidió llevarlo para que abriera sus conciertos. Así lo hizo en Madrid y en Barcelona. Antes había sido Prince quien había sido ganado por el arte gitano y jondo de El Pele. Y es que ya lo hemos dicho en otras ocasiones, las músicas del mundo encuentran en el flamenco frescura y pureza, mientras el flamenco, con las músicas del mundo, se enriquece en horizontes, encuentra nuevas técnicas y comparte propuestas expresivas.

En Coimbra participó en el 7º Festival Internacional de Música Étnica; en el Palau de la Música de Valencia triunfó en 1994 junto a Paco de Lucía, Enrique Morente, Vicente Amigo y otros importantes artistas flamencos, mientras que en Montreux (Suiza) obtuvo un éxito grandioso compartiendo escenario con Manolo Sanlúcar, con Camarón y con Lole y Manuel. Allí , Quincy Jones, manager nada menos que de B.B. King, y padrino del Festival de Jazz de la ciudad helvética asentada en las orillas del lago Leman, le confesó a Manolo Bohórquez ante la actuación de El Pele: «El flamenco no tiene que envidiarle a ninguna música del mundo, sino todo lo contrario. Es tan completa que no necesita influencias extrañas de ninguna otra cultura del mundo».

Así es como El Pele ha llevado su arte por todos los escenarios del mundo, sin complejos de inferioridad con otras músicas, con orgullo de ser y cantar flamenco, abierto a todos los encuentros, pero defensor de las purezas jondas que encierra el cante flamenco, un cante que es patrimonio de Andalucía y, por eso mismo, patrimonio del mundo.

La trayectoria artística de El Pele viene marcada por la incansable búsqueda de nuevos horizontes desde las más puras raíces, su eterna inquietud por conocer y recrear a su propio estilo; ésto le ha llevado a estar considerado como un innovador con la necesaria prudencia y respeto a no perder sus principios. En su carrera, encontramos claros ejemplos de ello.

Su encuentro con el guitarrista Vicente Amigo supone una revolución interna de sí mismo, y de donde nace un hito en el mundo de la discografía flamenca, «Poeta de esquinas blandas», en el que se incluyen temas que han llegado a ser himnos de flamenquería como fue «Vengo del Moro».

En 1.995 aparece «Avante Claro», un compacto que recoge las formas expresivas del flamenco a las puertas de un nuevo milenio y que ha sido muy bien tratado por la crítica aunque hay que destacar, precisamente por esa búsqueda ya recalcada de reencuentro permanente con otras músicas, desde la fidelidad más absoluta a lo jondo, su participación en el compacto «Serrat…eres único», un homenaje de los mejores músicos españoles de todos los géneros al gran músico catalán Joan Manuel Serrat.

Asimismo cabe destacar su producción escenográfica «Desde la memoria», estrenada en Úbeda y con la que recorrió los principales teatros del mundo.

Su último trabajo fue, «Canto» ( BMG, 2003), en el que vuelve a estar acompañado por Vicente Amigo, a su vez productor del mismo.

De El Pele se han hecho muchas afirmaciones pero nos quedamos con estas muestras:

«El Pele es la llamarada intrínseca de la memoria global del flamenco» (Latino Salces).

«Es todo un animal flamenco, en su estado más natural, vitalista y anárquico como buen gitano» (Agustín Gómez)».

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