Cuenta con un público incondicional que se vuelca y vive con él sus sentimientos cada vez que se sube a un escenario. De su anterior trabajo, La fuente del deseo, ha llegado a vender casi 100.000 copias, lo que se dice pronto, y su nuevo disco, Me voy al mundo, está a punto de llegar a las 35.000 copias en una semana.
Poeta urbano del siglo XXI para sus seguidores, José Luis Figuereo, Selu, El Barrio, salió de su Cádiz natal, una gran cantera de arte, para intentar comerse el mundo y decirle a éste cómo es la vida en él. Con el nombre acortado de su lugar de origen el Barrio de Santa María , acaba de lanzar su quinto álbum, que lleva «la misma onda, porque lo difícil en este mundo es hacerte algo personal, aunque lo he hecho un poco más flamenco. Sobre todo destaca que tiene unas letras un poco más callejeras que las de otros discos, más urbana, más identificativa para el público». De éste cuenta que sí le es muy fiel, pero que, a la vez, «es muy exigente. Cuando van a ver a El Barrio, lo quieren ver en todo su esplendor, y ahí no vale que te duelan las muelas, ni estés malo ni tengas fiebre; la gente va para escucharte y muere contigo».
Aunque siempre afirma que es lo que es gracias a Sevilla, «porque me apoyó desde el principio»; no se olvida de su ciudad, y no sólo por su nombre artístico. De su barrio y de Cádiz tiene «las calles estrechas, las calles con adoquines, las farolas, la tristeza de un barrio que lo ha sido todo y que ahora va tirando, y todo eso desde chiquitito se lleva dentro y se convierte en poesías». A ello hay que añadir «la sal, la alegría, la doble luz de nuestra forma de hablar; creo que todo se refleja en la música y en la manera de escribir».
Afirma ser muy religioso, lo que queda demostrado cuando cuenta que pertenece a la Hermandad de la Sentencia, de la Iglesia de la Merced, en pleno barrio de Santa María, y adelanta que, tras su presentación en Sevilla hace unos días, tiene el verano cargado de conciertos, entre los que destaca el que ofrecerá en junio en el Teatro José María Pemán de Cádiz, «en donde la gente te suele exigir un poquito más», aunque afirma que él se entrega por igual en todas sus actuaciones. «El Barrio mantiene un buen directo. Lo demás, el calor, lo pone la gente, y si hay conexión entre el público y el artista, solemos salir bien pagados», asegura con orgullo este artista que ha leído la poesía de autores cómo Lorca o Alberti. Sin embargo, afirma que es el rock andaluz Alameda, Medina Azahara, Triana y Cai Manolo Caracol, «aunque no sean de mi tiempo», quienes le han inspirado. Por ello, dice que «siempre he sido guitarrista flamenco, lo que ha fusionado con algunos matices de rock andaluz. Por ahí nació El Barrio».
ANA GARCIA ROMERO. Ed. Senador