Heredero de una escuela única, debutó en la escena internacional a los 5 años en Broadway con el espectáculo Flamenco Puro, donde compartía cartel con las figuras más legendarias del Flamenco. Tras sus actuaciones en New York y Boston, el New York Times le consideró «el mejor artista que pisó la gran manzana en 2001».
Farruquito, con 8 años presenta su primera temporada en Madrid. A los 11, interviene en el vídeo-clip Camaron nuestro y al año siguiente en la película Flamenco de Carlos Saura, frente a frente con el patriarca de la saga, El Farruco. Ese mismo año junto a su familia en Bodas de gloria, participa en la concepción artística y coreográfica del espectáculo.
En 1992 actúa en el Acto de Inauguración de las Paraolimpiadas de Barcelona y con su abuelo, en el Pabellón de Andalucía de la Exposición Universal de Sevilla con el espectáculo Presente, pasado y futuro.
El fallecimiento de Farruco en 1997 supone el relevo: a los quince años, Farruquito asume la responsabilidad de «perpetuar la estirpe».
Con tan solo 15 años crea su primer espectáculo, Raíces flamencas, donde se distingue a un bailaor de una nueva dimensión que acopla toda su tradición a una concepción artística personal prodigiosa. Desde su debut en el Royal Festival Hall de Londres esta muestra del flamenco más puro y racial se ha presentado con gran éxito en el Teatro de la Villa y Conde Duque en Madrid, en el Teatro Poliorama de Barcelona y en giras internacionales en Francia o Japón.
En 2001 presenta La len varo en el I Festival Flamenco USA. Tras sus actuaciones en New York y Boston, el New York Times le consideró «el mejor artista que pisó la gran manzana en 2001». Al año siguiente Farruquito triunfa en su ciudad natal, Sevilla, con una temporada en el Teatro Central. El mismo año actúa en la Gala de los Premios Max. Cabeza de cartel del espectáculo Por derecho, realizó una gira por once ciudades norteamericanas donde la crítica se rindió ante su arte y su personalidad. Igualmente su participación en el Festival Flamenco de Madrid en el Teatro Albéniz o el de Jerez en el Villamarta le ha supuesto un éxito rotundo de crítica y público.
La genialidad de Farruquito no ha pasado desapercibida a los ojos del gran fotógrafo Richard Avedon, del diseñador Antonio Miró, de la revista americana PEOPLE que lo ha elegido como una de las personas más bellas del mundo o de la Academia de la Música que le ha premiado por su letra Dulce canela del disco María de Niña Pastori y por el sonido de sus pies en el disco homenaje a Jeros. El bailaor también está al frente de la academia, situada en Sevilla, que difunde los preceptos de la escuela Farruco.