Miguel Poveda en el Villamarta
Siempre había navegado en el océano que es la obra de Federico García Lorca, pero nunca había buceado tanto como en estos dos últimos años llegando a “enlorquecer” de una manera arrebatada. Para mí, ha supuesto un antes y un después en mi manera de ver y entender la vida. Desde que leí por primera vez, hace ya algunos años, “Soneto de la dulce queja” un algo imperioso y terrenal me arrastró al mundo de Federico con todo lo que eso implica, pero es ahora, con el paso de los años, cuando con mucha más fuerza y madurez me he sentido capaz (o eso creo) de afrontar la selección de poemas que finalmente he decidido grabar en este disco.
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