MARÍA PAGÉS COMPAÑÍA
27 y 28 de diciembre, 2019 – 20h
Una oda al tiempo
La victoria de María Pagés sobre el tiempo
El final de las utopías, el terrorismo, los ataques a la igualdad, el retroceso de las democracias… Un espectáculo flamenco se enfrenta a las grandes cuestiones de la contemporaneidad en “Una oda al tiempo”, la última creación de María Pagés (Sevilla, 1963), la bailaora y coreógrafa que al bailar, según José Saramago, “mueve todo lo que le rodea. Ni el aire ni la tierra son iguales después de que María Pagés haya bailado”.
Bajo su enorme lección de esteticismo, “Una oda al tiempo” condensa las experiencias de Pagés aprendidas durante su brillante trayectoria. Pieza circular, fraccionada en doce escenas -como los doce meses del año divididos por estaciones- es un espectáculo sobre lo efímero, lo permanente y lo eterno y, sobre todo, sobre nuestra relación con la memoria, alentado por ideas y citas de Platón, Borges, Yourcenar, Neruda o John Cage. María Pagés, desde su madurez, sigue profundizando en las conexiones entre la tradición y la universalidad de la danza en un montaje para 4 bailaoras, 4 bailaores y 7 músicos eclécticos en escena que abordan 12 ritmos flamencos, a los que hay que sumar la presencia de piezas de Vivaldi y Händel. La tradición cultural española es explorada nutriéndola, con evocaciones de Goya y Picasso.
“Una oda al tiempo” transciende la dramaturgia tradicional del flamenco con su naturaleza cambiante y polimorfa y el despliegue de unas estructuras coreográficas rápidas, cortantes, que aparecen y se desvanecen “casi a la manera rítmica de un proyector de diapositivas”, señala el ideario de la pieza, buscando una tensión constante entre el argumento y la abstracción.
Estrenada en 2017 y aclamada por el público y la crítica, “Una oda al tiempo” reflexiona sobre la condición del tiempo como “todo y nada”: “esa ficción a la que no cesamos de buscarle forma y sentido”.
Con dirección, coreografía y diseño de vestuario de María Pagés y dramaturgia, textos y letras de El Arbi El Harti (Asilah, Marruecos, 1963), un intelectual marroquí periodista y profesor de literatura codirector de la compañía, “Una oda al tiempo” presenta seguiriyas, tonás y trillas, soleás, bulerías, alboreás, alegrías, vidalitas o peteneras, entre otros palos, en una escenografía presidida por una gigantesca luna roja que se transmuta en Sol o en el péndulo metáfora del tiempo.
“El contraste de formas, colores y sonoridades entre momentos esplendorosamente intensos y delicadamente suaves mantiene al espectador en continuo asombro”, señaló María José Ruiz, para quien el espectáculo es “redondo”. “Un elogio a la belleza” y “una lección de elegancia y buen gusto” (Sara Arguijo) o “un hermosísimo trabajo que dejará muy alto por todo el mundo el pabellón del flamenco” (Rosalía Gómez) son otros juicios de las críticas y especialistas que se han rendido ante uno de las grandes creaciones flamencas, con mayúsculas, de las últimas décadas.