Teatros del Canal. Sala Roja – Entradas
23 de mayo / 19:00 h
24 de mayo / 20:30 h
Rubén Olmo (Colaboración especial)
Inmaculada Salomón
Estela Alonso
Débora Martínez
Irene Tena
Cristina Aguilera
Ana Almagro
Sara Arévalo
Pilar Arteseros
Marina Bravo
Irene Correa
Yu-Hsien Hsueh
María Martín
Sara Nieto
Noelia Ruiz
Laura Vargas
Sou Jung Youn
Francisco Velasco
Eduardo Martínez
José Manuel Benítez (día 23)
Cristian García (día 24)
Albert Hernández
Matías López
Carlos Sánchez
Diego Aguilar
Juan Berlanga
Manuel del Río
Axel Galán
Álvaro Gordillo
Antonio Jesús Jiménez
Adrián Maqueda
Víctor Martín
Javier Polonio
Pedro Ramírez
Sergio Valverde
Gabriel de La Tomasa, cante
Enrique Bermúdez y Jonathan Bermúdez, guitarras
Iván Fernández y Roberto Vozmediano, percusión
Inspirado y fascinado por los libros Ángel Gitano y Mil Besos no podía yo limitarme a copiar tanta belleza. Las magistrales sesiones fotográficas de Ruven Afanador en Andalucía son irrepetibles: es irrepetible la alquimia que allí se dio entre el fotógrafo y figuras del carisma de Israel Galván, Matilde Coral, Eva Yerbabuena, José Antonio o el mismísimo Rubén Olmo.
Mi viaje empieza donde terminan aquellas sesiones, y cuando termino de soñar con ellas, incapaz de recordar los detalles completos o de someterlos a una lógica que se ha perdido por el camino, aparece el afán del despertar.
Afanador eclosiona en la tensión entre la fascinación que se emana de las fotos de Ruven Afanador, y mi propia fascinación por todo el misterio, tan diurno y a la vez tan nocturno, que en su día fascinó a Ruven. Estudié fotografía y soy nieto de fotógrafo. Aunque nunca me dediqué profesionalmente a la fotografía siempre la tuve muy presente en mi trabajo como creador de mundos y director de escena. Con su impresionante labor de escenificación y evocación de la imagen, Ruven Afanador me ha impulsado a reflexionar sobre el parentesco vital entre composición fotográfica y coreográfica: el desafío carnal que es, en ambas, capturar la vida – eso, que, por definición, no se deja capturar.
Ruven Afanador observa el flamenco a través de una lente deformante, hecha de sueño, deseo y memoria. Si los elementos de la tradición son tranquilizadores por definición, ¿qué ocurre cuando estos se vuelven extraños e irreconocibles? La mirada surrealista de Afanador sobre el flamenco es muy parecida a la mirada sobre el mundo que ha nutrido en estos años mi trabajo al mando de La Veronal: no representar el mundo que existe sino inventar uno nuevo.
Marcos Morau